EL PAíS
Las dos Cámaras dejaron constancia de que quieren ayudar al Gobierno
Después de meses de enorme pasividad, diputados y senadores sesionaron al mismo tiempo. El objetivo político era demostrar que cooperan con Kirchner. Fue el debut de Scioli a cargo del Senado y le ahorraron que pagara el derecho de piso.
Por Felipe Yapur y Eduardo Tagliaferro
La consigna parece ser que hay que ponerse al tono con la energía del presidente Néstor Kirchner. De esta forma, tanto la Cámara de Senadores como la de Diputados volvieron a sesionar, con renovados bríos, después de un extenso letargo que le imprimió primero el verano y luego el proceso electoral. Si bien las leyes que se debatieron se presentaron como exigencias de la nueva administración, no cabía duda de que en realidad eran temas que habían quedado pendientes desde hace tiempo. De todas formas, y al cierre de esta edición, tanto senadores como diputados del oficialismo podrán mostrarle mañana al Presidente que cumplieron con su parte en la primera semana del gobierno.
Un paquete de leyes referidas a combatir los secuestros extorsivos formaron parte del menú de temas que debatieron ayer los legisladores de ambas cámaras. El gobierno de Kirchner buscó mostrarlas como propias al enviar al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Gustavo Beliz, a reunirse con los referentes más destacados de las bancadas oficialistas y también de la oposición. El ministro estuvo en el Senado el martes y ayer visitó a Diputados. En los dos lugares el oficialismo le garantizó la aprobación de los proyectos en danza. Anoche estaban cumpliendo con su cometido. El Senado dio su aprobación y Diputados al cierre de esta edición la seguía tratando (ver, en más detalle, página 15).
Tal vez la más importante de las dos sesiones era la del Senado. Daniel Scioli debutó como presidente del cuerpo y no pudo ocultar su nerviosismo y cierta impericia en el manejo de la sesión por falta de familiaridad con el reglamento. Pero no lo dejaron solo, los empleados de la Cámara estuvieron siempre cerca para ayudarlo. Incluso algunos senadores del PJ lo corregían con señas salvadoras.
La sesión de Scioli se planteaba tranquila hasta que llegó el momento de votar a la nueva estructura jerárquica de la cámara. El vicepresidente propuso a Juan Héctor Estrada como reemplazante de Juan Carlos Oyarzún en la Secretaría Parlamentaria y a Carlos Alberto Machiaroli en la Secretaría Administrativa, en reemplazo de Jorge Amarfil. En ese momento pidió la palabra el jefe del bloque del PJ, Miguel Pichetto. El rionegrino abrió solo el paraguas al reconocer que Machiaroli supo ser empleado de la Cámara hasta que se fue por el sistema de retiro voluntario. En aquella ocasión, cuando un peso equivalía a un dólar, embolsó 97.000 pesos. Pichetto dijo, para sorpresa de varios, que el funcionario nominado se ofreció a devolver esa suma ahora que retoma un cargo en el Parlamento. Claro, nada dijo a cuántos dólares equivaldrán cada uno de los pesos que reintegraría. La senadora del Frente Grande Vilma Ibarra se opuso a tal nominación pero no obtuvo eco. Sólo unos pocos legisladores provinciales se le sumaron. El radicalismo prefirió el silencio acuerdista y se abstuvo con lo que le dio vía libre al PJ para imponer a su gente.
De todas formas, el nombramiento de Machiaroli generó cierto gustito amargo entre el oficialismo porque Amarfil “es un hombre del bloque” y, sobre todo, de la hiperduhaldista Mabel Müller.
Si bien la sesión de ayer fue el debut de Scioli, el flamante vicepresidente no contó con la presencia de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien debió partir minutos antes del comienzo de la reunión hacia la Casa Rosada convocada por su esposo, el Presidente.
No sólo el paquete de leyes antisecuestro fue el denominador común de lo que se discutió en ambas Cámaras, también lo fueron las condolencias por el fallecimiento del diputado socialista Alfredo Bravo y el repudio por los dichos que durante la mañana había formulado el ahora ex jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni. En el Senado, el bloque del PJ presentó un proyecto donde se rechazan las declaraciones del militar y otro en solitario de Ibarra. En Diputados seis parlamentarios alzaron su voz encontra del retirado general. El gesto, sobre todo en el PJ, se tomó como un alineamiento con el patagónico. De todas formas, entre los diputados justicialistas hay quienes plantearon la necesidad de que el repudio alcanzara también al ministro de Defensa, José Pampuro, por entender que no estuvo a la altura de las circunstancias. Pero no prosperó.
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