Se reanudó el juicio al ex presidente Fernando de la Rúa y a otros funcionarios por el presunto pago de sobornos a senadores para aprobar la flexibilización laboral en 2000. El arrepentido Mario Pontaquarto amplió su declaración indagatoria e insistió en que “la esencia de lo que pasó es que se pagaron sobornos”. El juicio estuvo parado varios meses por la enfermedad de uno de los integrantes del tribunal, Gerardo Larrambebere, quien dejó el proceso y fue reemplazado por el cuarto juez designado, Fernando Ramírez. “Reconozco haber tenido algún tipo de error en el relato, pero la esencia de lo que pasó es que se pagaron sobornos, hice un relato de lo que viví sin querer involucrar a nadie inocentemente ni perjudicar. Fue lo que sucedió”, insistió Pontaquarto, que era el secretario parlamentario del Senado en abril de 2000, cuando se habrían pagado los sobornos. El funcionario reconoció que fue el “valijero” de las coimas, que las fue a buscar al edificio de la SIDE y las repartió entre los senadores peronistas a los que el gobierno de la Alianza necesitaba para que se aprobara la norma en el Senado. Ayer volvió sobre el relato que hizo para aclarar imprecisiones y dudas sobre detalles de dónde ocurrieron los hechos. “Por supuesto que ningún senador va a reconocer sobornos ni ningún edecán va a darme la razón; ninguno de los que están acá me va a corroborar nada de lo que yo dije. Esto es lo que quiero manifestar, pero están dale y dale con que si hubo contradicciones. Sí las hubo, porque en mi vida había pisado el despacho de la Casa de Gobierno, sólo en esa oportunidad, y me piden precisión meridiana”, se quejó. Pontaquarto había asegurado que el senador radical –ya fallecido– José Genoud le dijo a De la Rúa que los peronistas pedían “otra cosa” y que el presidente le contestó: “Eso arréglenlo con De Santibañes”, en referencia al jefe de la SIDE de entonces. De la Rúa en persona se ocupó de hacerle las preguntas ayer.