Jue 19.06.2003

EL PAíS  › CUMBRE CON PROYECTOS IDENTICOS DE BRASIL Y LA ARGENTINA

El Mercosur en su nueva sintonía

La primera reunión del Mercosur con Kirchner y Lula mostró igualdad absoluta de posturas entre los dos socios mayores, que terminaron apadrinando a un invitado especial, Hugo Chávez de Venezuela. Las diferencias quedaron marcadas con Uruguay. Batlle dijo que su idea es imitar a Chile y su acuerdo con Washington. Pero Chile no quiere alejarse del Mercosur.

› Por Martín Piqué

Nunca antes se había escuchado tanta sintonía entre un presidente argentino y su par brasileño en una Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur. Fueron tantas las coincidencias que parecía un único discurso. “Para encarar esta fase crucial debemos reforzar al Mercosur político”, afirmó Néstor Kirchner. “Al Mercosur le faltó una dimensión política”, coincidió Luiz Inácio Lula da Silva. “Una de las primeras tareas indispensables será perfeccionar el arancel externo común, elemento central de la Unión Aduanera”, definió el brasileño. “Pueden también contar con nosotros para trabajar sobre el perfeccionamiento del arancel externo común, que es el principal instrumento de la Unión Aduanera”, apoyó el argentino. La cohesión de los socios mayores del bloque fue uno de los datos relevantes del encuentro que se desarrolló ayer en Asunción.
“El Mercosur constituye el hecho más relevante de nuestras políticas exteriores del siglo XX”, dijo Kirchner en su discurso, y dijo que no se puede avanzar hacia el mercado común “sin un basamento político acorde con el elevado nivel de confianza mutua y una clara definición de los objetivos comunes más allá de toda sospecha”.
Una imagen resumió la nueva alineación interna del Mercosur y los países asociados, Chile y Bolivia, que produjo la asunción de Kirchner. En el auditorio del Hotel Yacht y Golf Club –un complejo hotelero en las afueras de la capital paraguaya, con terrazas que dan a la costanera del río Paraguay–, el uruguayo Jorge Batlle respondía si había reclamado “igualdad de condiciones” para discutir las agendas del Mercosur. Mientras Batlle hablaba con su voz aguda, Lula se paró y se dirigió a la otra punta de la mesa, donde estaban Kirchner y el venezolano Hugo Chávez. Batlle seguía hablando, pero el brasileño no le prestaba atención: conversaba en secreto con Chávez bajo el estallido continuo de los flashes.
La escena se completó al finalizar la conferencia de prensa. Kirchner, Lula y Chávez conversaban en voz baja, casi abrazados y se reían por lo bajo. Del otro lado, Batlle se saludaba con el boliviano Gonzalo Sánchez de Losada, cuyo discurso había levantado ironías por sus dificultades para hablar el castellano sin acento inglés. Y el chileno Ricardo Lagos aparecía solo a un costado, callado y a la izquierda del resto. Así, la despedida de los presidentes que participaron de la XIV cumbre del Mercosur funcionó como metáfora de la ubicación de cada país dentro del bloque comercial y, en la expectativa de Lula y Kirchner, político.
Las diferencias entre el eje Brasil-Argentina con respecto a Uruguay se comprobaron hasta en la redacción de la declaración final de la cumbre. “Los uruguayos presionaron para que se bajara el tono en todos los párrafos”, contó un funcionario de la Cancillería a Página/12. Por ejemplo, las principales propuestas de los socios mayores –el “objetivo 2006” por el lado brasileño, que implica avanzar con medidas concretas hacia la Unión Aduanera, y el Instituto Monetario del Mercosur por el lado argentino– aparecieron en el texto como propuestas presentadas por cada país. O sea, no fueron incorporadas como decisiones colectivas del bloque y se postergó su discusión para la próxima reunión.
Las discrepancias con Uruguay se observaron en el discurso de Batlle, quien contradijo a Lula y Kirchner y destacó que la economía (o sea, el mercado) es la única instancia capaz de mejorar la vida de los pueblos. La posición minoritaria de Batlle también quedó reflejada en sus elogios a Chile, país al que gustaría imitar en su firma del tratado de libre comercio con Washington. “Del único que no podemos decir nada es de Chile. Hoy, junio de 2003, es el único que negocia y obtuvo un acuerdo con la Unión Europea, con Estados Unidos y con Corea”, dijo.
Para definir la situación al cierre de la cumbre, un funcionario de la Cancillería dijo que podría usarse la fórmula “3 menos 1”, por laresistencia uruguaya y la disposición que muestra el presidente electo de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos.
En la Cancillería argentina destacaron algunos puntos del documento final, como el que manifiesta la “adhesión y respaldo al sistema multilateral” y la “necesidad de fortalecer el sistema de las Naciones Unidas y sus órganos”. Una referencia oportuna luego de la guerra e invasión de Irak que Kirchner ya había desplegado en su discurso del 25 de mayo ante la Asamblea Legislativa. El texto también aceptó “la necesidad de que prosigan las negociaciones por el ALCA” pero la condicionó a que permitan alcanzar “resultados justos y equitativos, mediante la eliminación de distorsiones al comercio agrícola”.
Ese pedido motivó una respuesta casi irónica de Chávez, quien a pesar de ser invitado aprovechó el escenario como tribuna política: “No podemos seguir reclamándole al mundo desarrollado que elimine los subsidios, no lo va a hacer”, dijo. “Sin ánimo polémico de ningún tipo, me parece que estas reuniones de presidentes se parecen más a un debate de ideas y por qué no de contrastes”, agregó. Luego se permitió pedir “audacia” a Lula y Kirchner, sus aliados en el Mercosur. Al brasileño le sugirió que usara aluminio venezolano para producir motos en la zona franca de Manaos, y al argentino le recordó su propuesta de unir las empresas de petróleo estatales en “Petroamérica”. Una contradicción, porque la Argentina no tiene petrolera pública.
Kirchner fue uno de los presidentes que más respaldo le brindó al venezolano. Tras un encuentro con Chávez en el que también participó el canciller Rafael Bielsa, aceptó visitar Caracas el 5 de julio.
Pero a pesar de las conversaciones con Chávez, con quien se mostró más elogioso el Presidente fue con su par chileno. En la cena protocolar del martes, en el restaurante sobre el río, Kirchner dialogó con Lagos y luego comentó a sus allegados que la conversación con el chileno lo había “entusiasmado”. Chile firmó un acuerdo con los Estados Unidos pero quiere un Mercosur político en el que también puede jugar pese a su economía más abierta. “Ellos hacen su juego, pero tienen que estar en lo que se pueda”, explicó un miembro de la comitiva argentina. “Tenemos que descubrir cuáles son nuestros carbón y acero”, dijo Fernando Reyes Matta, asesor chileno de Lagos, por el proceso de acercamiento entre Francia y Alemania que desembocó en el acuerdo europeo. “Vamos a avanzar en lo político y en lo económico y en aquellas cuestiones que no estén complicadas por el acuerdo TLC con Estados Unidos. No hay molestias”, dijo un alto funcionario brasileño a Página/12.

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