Aníbal Ibarra acompañó ayer a Néstor Kirchner durante la firma del decreto que limita las atribuciones del Presidente para designar a los jueces de la Corte Suprema de Justicia, aunque su paso por la Casa Rosada no quedó sólo en eso: antes de la ceremonia el jefe de Gobierno porteño estuvo conversando con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y la reunión continuó después ya con la participación del propio santacruceño. En la charla quedó clara la voluntad de unos y otros de formar una lista conjunta para las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires y en ese marco Kirchner hará otro gesto a favor de Ibarra el próximo miércoles. Ese día ambos compartirán el acto de entrega a la Policía Federal de 58 patrulleros comprados por la administración porteña.
La relación entre Ibarra y Kirchner se fue consolidando desde que el santacruceño asumió la presidencia. Después del pedido inicial de Kirchner al jefe de Gobierno porteño de que le cediera a su compañero de fórmula Daniel Filmus para ponerlo al frente del Ministerio de Educación, hubo una serie de señales mutuas que fortalecieron los vínculos entre ambos. Ibarra salió a respaldar diversas iniciativas de Kirchner, quien a su vez tuvo en cuenta la opinión del ex fiscal en varios temas, entre ellos la reestructuración de la cúpula de la Federal.
La invitación para que participara en el acto de firma del decreto que cambia el modo de designación de los miembros de la Corte (ver páginas 2 y 3) constituyó un nuevo gesto de Kirchner hacia Ibarra, quien el próximo 24 de agosto se jugará su reelección frente al empresario Mauricio Macri. Del mismo modo debe interpretarse el compromiso del santacruceño de acompañar al jefe de Gobierno el miércoles que viene en la entrega de los patrulleros para la Federal.
Lo que hay detrás de todos esos gestos son conversaciones concretas sobre el modo de transitar un camino conjunto en el distrito. En ese sentido, durante la reunión que Kirchner, Ibarra y Fernández mantuvieron ayer –y de la cual participó también la senadora Vilma Ibarra y, por momentos, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli– se ratificó la voluntad de ambos de integrar listas conjuntas para las próximas elecciones porteñas.
El plazo para la inscripción de candidaturas vence recién en los primeros días de julio y por eso aún no se ha avanzado en cuanto a nombres y lugares en las boletas. El plazo para anotar las coaliciones electorales vence, en cambio, el próximo martes aunque eso no representa ninguna dificultad: Ibarra volverá a registrar el sello de Fuerza Porteña, la alianza que formó con el ARI, el socialismo y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y en la que el kirchnerismo ya tiene anotada a Juliana Marino.
Fuera de discusión por el momento las candidaturas, las conversaciones entre el kirchnerismo y el ibarrismo se limitan a cuestiones de política general y lo que se resolvió al respecto es trabajar en la articulación de un acuerdo transversal que tenga a Ibarra como referente en la ciudad. En forma paralela, el ex fiscal y Kirchner se propusieron también definir una agenda de gestión en las áreas que son comunes al gobierno porteño y al nacional.
El límite que Ibarra se fijó en su estrategia de acercamiento a Kirchner es no poner en riesgo la coalición que ya logró articular en el distrito y en particular su vínculo con Elisa Carrió, quien se muestra mucho más reticente a salir en apoyo del santacruceño. El ex fiscal no sólo consiguió que la chaqueña respaldara su candidatura, sino incluso que lo acompañara en sus apariciones de campaña y sabe que su compañía es clave en su objetivo de derrotar a Macri.