EL PAíS
Sábado es el día para que Carrió e Ibarra hablen de política
La relación del jefe de Gobierno y la líder del ARI es cada vez mejor. Se reúnen los sábados de mañana a conversar las listas y repasar la semana, en una relación muy fluida.
› Por José Natanson
La pasa a buscar en su auto, casi siempre los sábados a la mañana. En el camino hablan de política, repasan la semana, conversan sobre las listas. Hasta ahora, Aníbal Ibarra no consiguió su mayor objetivo: convencer a Elisa Carrió para que encabece la boleta de diputados nacionales. Sin embargo, coinciden en todo lo demás: cerca de Ibarra aseguran que la chaqueña ya aceptó fusionar las listas de diputados del ARI con las suyas, bajar la candidatura de Eduardo Jozami y elegir un nombre para el primer lugar, que posiblemente lo ocupe Delia Bisutti.
Hace casi ya tres meses que Ibarra escuchó las palabras mágicas. “Con vos vamos a hacer lo mismo que con (Hermes) Binner. Yo dije que voy a respetar las legitimidades en los distritos, y eso también vale para la Capital. Voy a hacer todo lo posible para que ganes”, le dijo Carrió poco después de las elecciones del 27 de abril.
El jefe de Gobierno venía buscando desde hacía meses el aval de la chaqueña. Aunque por sí solo no alcanza para garantizar la victoria, implica el apoyo de una figura con buena imagen entre los porteños, que en las elecciones presidenciales obtuvo casi un 20 por ciento de los votos y que decidió jugar su prestigio acompañándolo personalmente.
Así fue como el ARI y Fuerza Porteña –que no es una nave espacial sino el curioso nombre de la coalición entre el Frente Grande, el Partido Socialista, un sector de la CTA y el peronismo kirchnerista– decidieron formar una alianza.
No fue fácil. Rafael Romá, designado por Carrió como virtual interventor del ARI porteño, fue a un plenario de su partido y apenas pudo creer lo que escuchó. “Acá hay representantes de las seis corrientes mayoritarias del ARI de la Capital”, dijo uno de los dirigentes, mientras Romá trataba de explicar que le parecían demasiadas “corrientes” para un partido nuevo, que recién conseguía la personaría y que debía casi todo a la figura de Carrió. Al final, cansado de las peleas, Romá sólo pudo consensuar con Ibarra una lista conjunta de legisladores locales, y el ARI presentó una boleta propia, encabezada por Jozami, para diputados nacionales.
Justamente, éste es uno de los temas que los dos socios analizaron en sus recorridas. La Justicia pospuso la fecha de las elecciones, que se realizarán el 24 de agosto, y estiró los plazos para anotar las candidaturas, por lo que ahora tienen tiempo para consensuar también la lista de diputados. Aunque ya no le pide más que encabece la boleta, Ibarra está conforme con la actitud de su socia: en el Gobierno de la Ciudad aseguran que Carrió –a quien definen como “muy generosa” en la negociación– entendió las razones por las cuales el ex fiscal se opone a la presencia de Jozami. “No es porque no nos gusta la cara o que una vez nos contestó mal. Se fue de la gestión tomando el edificio, armando una manifestación. Fue un hecho político fuerte”, recuerdan.
Sin Jozami, la lista estaría integrada, en un orden aún a definir, por
Delia Bisutti; la kirchnerista Juliana Marino, el economista de la CTA Claudio Lozano, y Raúl Puy, del socialismo. Aunque Carrió no lo planteó en ningún momento, Ibarra cree que el ARI debería encabezar la boleta.
Pero el armado de las listas es sólo uno de los costados de la sociedad. Hasta ahora, Carrió acompañó a Ibarra en una visita a la Carpa Itinerante de la Cultura, a un Hogar de Día del Gobierno porteño y a un centro de atención para madres adolescentes. Suelen conversar en el departamento de la diputada en Barrio Norte –un living decorado en estilo clásico– o en la moderna casa del frepasista en Villa Ortúzar, usualmente junto a la senadora Vilma Ibarra, hermana del ex fiscal y amiga de Carrió.
La buena onda les permitió explorar otros temas. La semana pasada, por ejemplo, Carrió se comunicó con Ibarra para pedirle una gestión en Río Negro, donde la chaqueña decidió respaldar al candidato a gobernador del Frente Grande, el intendente de Cipoletti Julio Arriaga.
En este contexto, el único tema que podría haberse convertido en un conflicto –el apoyo del Gobierno a Ibarra– se resolvió sincontratiempos. Al principio, el ex fiscal andaba con cuidado, con temor a que el aval explícito de Néstor Kirchner pusiera en riesgo su alianza con Carrió. Con el paso del tiempo, sin embargo, los dos se fueron convenciendo de que una cosa no quita la otra. “El ingreso del kirchnerismo a la coalición no es contradictorio con el ARI. Lilita lo entendió”, sostienen cerca de Ibarra.
Con el apoyo de Carrió y el medio aval de Kirchner, Ibarra comenzó a crecer en las encuestas, hasta ubicarse en un virtual empate con Mauricio Macri. Contento con la ampliación de su alianza, el jefe de Gobierno no tiene pensado incluir a su nueva socia en la publicidad de campaña, aunque la idea es mantener el ritmo de un encuentro semanal que se autoimpusieron. “No hace falta sobreactuar el mensaje. El hecho político está claro”, concluyen cerca de Ibarra.
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