EL PAíS › OPINIóN
› Por Eduardo de la Serna
Señores ministros de la Corte Suprema:
Desde hace tiempo, ¡mucho tiempo!, la “Justicia”, o más precisamente el “Poder Judicial”, está en el centro de la escena política.
Se dice que desde la “división de poderes” se pretende que cada uno de los tres poderes sea independiente del anterior. Y se me ocurren algunas cosas:
No es muy creativo destacar que el Poder Judicial goza de privilegios de los que carece toda otra instancia de la Patria: no son elegidos por el pueblo (¡en una democracia!), no lo son por un “período”, sino que son vitalicios, e incluso están por encima de la misma ley (que haya miembros de la Corte que superen los 75 años me resulta patético, ¡ni entre el Episcopado se da semejante cosa!).
No hace falta que les diga la incredibilidad de la que “gozan” ante la sociedad. Aunque creo que eso no les importa, ya que parecen considerarse “suprahumanos”. La sensación que tiene el pueblo es que la Justicia no es para ellos salvo que sea para sancionarlos o condenarlos. Cosa habitual entre los pobres.
Es serio que a uno de los tres poderes de la República sólo se pueda acceder siendo abogado, ¿no les parece? ¿No es un “pueblo = demos” excesivamente elitista ése?
Una cosa son los “Poderes” que conforman el Estado, pero eso no implica que sean los únicos poderes que hay en la Patria. Hay un “cuarto poder”, hay un “poder económico”, y –para ser sinceros– nunca parecen haberse preocupado de mostrarse independientes de los mismos. Es más, ¡son tantas las veces en las que parece que la Justicia sólo beneficia a los poderosos! (por si no se dan cuenta, eso quiere decir, a los que tienen poder).
Soy de aquellos que celebraron la nueva composición (no totalmente nueva, por cierto) de la Corte Suprema. Soy de los que lamenta haber celebrado.
Sinceramente ya no espero justicia, y menos del “Poder Judicial”, y quizá deba agradecerles por eso. Habrá –quizás– eventuales “maníes para los monos”, pero no espero Justicia.
Viendo el alarde de inJusticia del que gozamos, creo que ahora nos falta esperar que:
- Declaren que el Grupo Clarín debe ser el dueño de todos los medios de la Argentina;
- Declaren que las PASO deben anularse ya que en la experiencia pasada fue evidente cómo terminarían las elecciones;
- Declaren que la Mesa de Enlace debe hacerse cargo de los ministerios de Economía, Relaciones Exteriores y Educación;
- Declaren prohibida en todo el territorio nacional la enseñanza de cualquier historia que no sea coherente con la que “Mitre nos legó”;
- Declaren que se debe anular la Asignación Universal por Hijo, porque conduce por los canales del juego y la droga;
- Declaren al alcalde de Buenos Aires único candidato para las próximas elecciones nacionales;
- Declaren el cierre inmediato de las nuevas universidades y hospitales;
- Y finalmente declaren nulo el 54,11 por ciento de las pasadas elecciones.
Así habrá justicia y Sus Señorías podrán seguir en la estratosfera ajenos al mundo y, sobre todo, bien distantes del pueblo, no sea cosa que éste gobierne.
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