El Gobierno dio un nuevo golpe de impacto al resolver un sorpresivo aumento de las jubilaciones y pensiones mínimas del 10 por ciento, un incremento del olvidado salario mínimo vital y móvil del 50 por ciento –en forma gradual de aquí a diciembre– y la incorporación al salario y a los básicos de convenio de la suma no remunerativa de 200 pesos otorgada en sucesivos aumentos salariales de emergencia a partir de la devaluación de enero de 2002. También se decidió anticipar en tres meses el pago del incentivo docente correspondiente al año 2002. No hubo consultas previas con cámaras empresarias ni sindicatos. No hubo “filtraciones” y sólo apenas media hora antes de que se hicieran público los anuncios, se supo de qué se trataba. Ni siquiera hubo discusión previa en reunión de gabinete. “Esto es un cambio en las políticas de Estado, que interviene cuando lo cree necesario y cuando lo justifica una situación de excepción como la actual”, proclamó anoche Carlos Tomada, ministro de Trabajo, satisfecho por las medidas, recién vuelto de lo que él mismo calificó como un paso triunfal del presidente Néstor Kirchner por la Bolsa de Comercio (ver aparte).
El paquete de medidas fue decidido entre Kirchner, Tomada y Roberto Lavagna en una reunión en Casa de Gobierno ayer por la tarde. Ni siquiera participó el ministro de Educación, Daniel Filmus, que fue convocado a subirse al estrado para hacer los anuncios un cuarto de hora antes del acontecimiento. Entre los elementos tomados en cuenta en la decisión pesaron las recientes mediciones que indican una caída en el consumo, que estaba arrastrando a una desaceleración –estancamiento, según los menos optimistas– de la economía. Otros indicadores sobre la situación de los jubilados y asalariados abonaron la urgencia en lanzar las medidas.
De boca del propio presidente Kirchner habría surgido, en los últimos días, el reclamo a sus ministros de estudiar la formulación de “al menos un gesto” en favor de los jubilados y asalariados. Desde Seguridad Social arrimaron una estimación del costo de un ajuste en la remuneración mínima de los pasivos. Desde Trabajo, a su vez, le acercaron una evaluación acerca de la falta de avances en las discusiones salariales en el marco de los convenios colectivos. Ambos condimentos dispararon la decisión política de actuar sobre los salarios de convenio, las jubilaciones y pensiones y el salario mínimo vital y móvil al mismo tiempo. Alguien recordó la conflictiva situación de los docentes y de inmediato se incorporó el adelanto del pago del Fondo de Incentivo a la propuesta.
Los datos sobre aumento en la recaudación fiscal convalidaron la decisión política, que Kirchner reclamó hacer pública antes de iniciar su gira europea. El tráfico de planillas entre los ministerios y la Casa Rosada generó incluso algunos errores en los anuncios, luego corregidos en una rueda de prensa con responsables de Trabajo y Seguridad Social. En resumen, el paquete de decretos cuyos textos se conocerán hoy dispone:
- Un aumento del 50 por ciento en el salario mínimo vital y móvil en etapas. A partir de julio, se eleva a 250 pesos y en los meses siguientes se incrementará en 10 pesos mensuales, hasta alcanzar a 300 pesos a partir del 1º de diciembre. “Es la primera vez que se mueve en diez años; su última actualización había sido el 22 de julio de 1993”, destacó Tomada en conferencia de prensa. En Trabajo estiman que la medida beneficiará a unos 130 mil trabajadores, “el cuatro por ciento del universo de asalariados del sector privado”.
- Incorporación al salario de la suma fija no remunerativa de 200 pesos que vienen cobrando los trabajadores bajo convenio colectivo. Se efectivizará en ocho cuotas, de 28 pesos cada una, incluido un plus de tres pesos para que el “blanqueo” no afecte el salario de bolsillo de los trabajadores (por el descuento de contribuciones). Se trata, según estima Trabajo, de unos 2,8 millones de trabajadores que, además de ver garantizada esa suma a futuro, se beneficiarán por el impacto del “blanqueo” sobre el cálculo del aguinaldo, las vacaciones, las horas extray otros adicionales proporcionales, como el presentismo en algunas ramas. Los 200 pesos también se incorporan a los básicos de convenio, con lo cual les pone un piso a las futuras discusiones paritarias. Una de las cláusulas del decreto respectivo establece que ningún trabajador en categoría de convenio podrá percibir un ingreso menor al actual por la incorporación al salario de la parte no remunerativa (para evitar compensaciones que perjudiquen al trabajador). Pero desde otro lado, el aumento en el salario formal tendrá un impacto en el Coeficiente de Variación Salarial (CVS) del 1,8 por ciento mensual y entre el 12 y 14 por ciento a lo largo de los ocho meses. El CVS es la base de ajuste de los alquileres de vivienda única y la mayor parte de los préstamos bancarios pesificados.
- Aumento de la jubilación y pensión mínima a 220 pesos. Inicialmente se informó que beneficiaba a un millón y medio de personas. Luego, Seguridad Social aclaró que eran algo más de un millón doscientos mil. El ajuste representa una transferencia a favor de los pasivos de casi 40 millones de pesos mensuales (503,7 millones en un año).
- Se anticipa al mes de septiembre la efectivización del Fondo de Incentivo Docente que había sido comprometida para el primer bimestre de 2004. En agosto termina de cobrarse el que correspondía al año 2001 y para evitar el bache que dejaría a los maestros con una menor remuneración en el último trimestre del año, se “anticipa” el pago del que corresponde por el año 2002. Cada uno de los 700 mil docentes beneficiados recibiría 60 pesos adicionales, representando para el fisco una erogación adicional de 58 millones mensuales.
- Se suspende el aumento de dos puntos sobre el salario en los aportes a las AFJP de los trabajadores adheridos al régimen de capitalización, que estaba previsto aplicar a partir de este mes (ver recuadro aparte).
Kirchner arrojó el paquete y partió. Según su ministro de Trabajo, no le temen a la reacción de las cámaras patronales. “Que antes me expliquen por qué no se cumplieron los anuncios catastróficos que hicieron cuando se resolvió dar la suma no remunerativa, ni las maravillas que iban a generar las sucesivas flexibilizaciones laborales”, respondió Tomada en tono desafiante. El guante ya había sido arrojado.