Vie 02.08.2013

EL PAíS  › EL JUEZ CASANELLO PROCESO AL REPRESOR ARTURO RICARDO SILZLE

El último miembro de la banda

Ex agente del Batallón 601 de Inteligencia Silzle está acusado por su participación en secuestros extorsivos a empresarios y financistas durante la última dictadura. Ya habían sido detenidos y procesados los demás integrantes del grupo de tareas.

El juez federal Sebastián Casanello procesó a Arturo Ricardo Silzle, alias “Angel R. Sarriez”, ex integrante del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército, por su participación en una banda dedicada al secuestro extorsivo de empresarios y financistas durante la dictadura. Entre los casos que se le imputan figuran los secuestros de los financistas Alberto Martínez Blanco, su cuñado Ricardo Tomasevich y el banquero uruguayo Carlos Koldobsky, ocurridos en 1980 y 1981. Silzle, que estaba prófugo, fue detenido el 24 de julio y, en los allanamientos, entre otras cosas se le secuestraron “un revólver, un handy de los utilizados por la policía, un cargador de baterías para dicho aparato, credenciales y cédulas a nombre de Angel Rubén Sarriez, apodo usado por Silzle en su calidad de agente de Inteligencia”. El juez dictó un embargo de tres millones de pesos. Silzle es la última pieza, por ahora, de una serie de detenciones y procesamientos que incluyeron a los otros integrantes de la banda: los ex agentes de Inteligencia Leandro Angel Sánchez Reisse, Rubén Osvaldo Bufano y el japonés Luis Alberto Martínez.

Casanello los inscribió como una banda dedicada al secuestro extorsivo que persiguió a empresarios bajo la figura de “subversión económica”. Señaló que el dinero que recogían no sólo era destinado a hacer “caja propia”, sino a alimentar la estructura represiva. Esta banda, ligada también al secuestro del empresario Fernando Combal, apareció en los secuestros extorsivos que reciclaron la mano de obra represiva y combinó a las fuerzas de policía. Bufano también fue detenido este año y procesado en mayo.

“Las pruebas reunidas permiten sostener que la organización ilícita investigada –dice el juez en el procesamiento– estuvo integrada por más de tres personas dependientes de las Fuerzas Armadas, de servicios de Inteligencia y de las restantes fuerzas de seguridad y de otros sujetos vinculados con éstas, entre ellos: Bufano, Sánchez Reisse, Martínez y Silzle, que llevaron a cabo delitos en distintas jurisdicciones y utilizaron armamentos de gran calibre. Asimismo, la actuación ilegal que desplegaban respondió al mandato o cuanto menos contó con la tolerancia y aquiescencia de los superiores.”

La “organización investigada” funcionó durante 1980 y 1981. Y la investigación estuvo dividida en dos etapas. El secuestro de Tomasevich y de Martínez Blanco se produjo el 19 de septiembre de 1980 y el de Koldobsky en 1981. Una parte de la banda fue investigada y quedó detenida cuando intentaron cobrar el rescate en Suiza de Koldobsky. En el marco de esa investigación, Martínez Blanco y Tomasevich fueron citados a una rueda de reconocimiento de Silzle, pero en ese momento negaron reconocerlo. Esto ahora lo usó Silzle para defenderse en su indagatoria. Sin embargo, el abogado de Martínez Blanco y de Tomasevich, Eduardo Barcesat, explicó que aquello se debió a cuestiones de seguridad: en ese momento ellos creyeron que no estaban dadas las condiciones para reconocerlo.

El secuestro de Tomasevich y de Martínez Blanco se produjo el 19 de septiembre de 1980, alrededor de las 9.30, mientras circulaban en un Ford Fairlane por Avenida del Libertador. Los interceptó un Ford Falcon Futura de color claro, tripulado por cinco o seis hombres que colocaron en el techo una baliza y exhibieron armas largas y de puño. Les dijeron que eran parte de un operativo de la Policía Federal y que serían llevados a la Brigada de Tigre. A Tomasevich lo cargaron en el Falcon y a su cuñado en la parte trasera del Fairlane. Los dos fueron obligados a acostarse en el piso con los ojos vendados. Los trasladaron a un inmueble donde permanecieron cautivos, encadenados, con los ojos vendados.

“Luego de indicarle que se trataba de un ‘negocio’ –en referencia a un secuestro–, amenazarlos y acusarlos de ‘subversión económica’, los captores retiraron de la habitación a Tomasevich y comenzaron un interrogatorio coactivo, respecto de Martínez Blanco, en el cual se le exigió el pago de dinero para recuperar su libertad”, señala el texto del procesamiento. Los sometieron a descargas eléctricas en la cabeza, las piernas, las manos, las orejas y los golpearon. Liberaron a Martínez Blanco para que consiguiera dos millones de dólares de rescate. Para la entrega del dinero, los captores usaron un sistema que volvieron a repetir más tarde en el secuestro de Koldobsky: “postas en latas de cerveza” ubicadas en diversos puntos de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, donde dejaban mensajes que iban guiando a quien debía entregar el dinero. Finalmente, entregaron 600 mil dólares de rescate. A Tomasevich lo liberaron en un lugar bastante simbólico: frente a la Escuela de Mecánica de la Armada.

De acuerdo con los datos del procesamiento, Tomasevich estuvo en una locación de Villa Tranquila, Buenos Aires, que usaba Silzle. De ese lugar, según dice Barcesat, ahora se secuestró “un revólver, un handy de los utilizados por la policía, un cargador de baterías para dicho aparato, credenciales y cédulas a nombre de Angel Rubén Sarriez, apodo usado por Silzle en su calidad de agente de Inteligencia”. Además, portacargadores de pistola 9 mm, munición para el arma, un cargador para arma calibre 22 largo, llaves de vehículo marca Ford Falcon, un par de anteojos pintados de negro, diversos sellos y una venda blanca con cinta adhesiva en sus extremos. “Los extremos consignados permiten extraer como primera conclusión que el inmueble era utilizado por éste, en el marco de las tareas que llevaba a cabo como integrante del servicio de Inteligencia del Ejército, en el contexto de la denominada ‘lucha contra la subversión’”, dice el escrito.

Una parte de esta causa ya fue elevada a juicio. Se trata del tramo en el que está procesado Sánchez Reisse. Martínez fue apartado de la causa por razones de salud, un diagnóstico que aún no está firme. El tramo de Bufano está listo para ser elevado a etapa oral y este tramo ingresa en ese camino. En la fiscalía se investiga la estructura que sostuvo a esta banda, en la que parte de sus integrantes aparecen como mano de obra de un vértice encabezado por el I Cuerpo del Ejército, a cargo de Carlos Guillermo Suárez Mason.

El procesamiento de Casanello se nutre del Informe de la Comisión Nacional de Valores emitido en marzo pasado, que encuadra los secuestros extorsivos a empresarios como una metodología robustecida a partir de 1978 y 1979, cuando disminuyó la persecución a las organizaciones armadas, políticas y sociales ya aniquiladas y aparece una segunda etapa de la represión.

El paso del tiempo abrió otra historia del grupo que encabezó Tomasevich. Tomasevich es parte del Grupo Puente Hermanos, actualmente liderado por sus hijos y una de las financieras más importantes de la city. El Grupo estuvo integrado entre sus directivos por el hijo del dictador Emilio Massera, Eduardo Enrique, procesado en la causa por el robo de bienes a los desaparecidos de la ESMA.

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