EL PAíS › DEFINEN DONDE QUEDARA DETENIDO SANGUINETTI
El coronel retirado Esteban Sanguinetti, imputado por la desaparición del soldado Alfredo Ledo en 1976, fue revisado ayer por médicos forenses para determinar si está en condiciones de afrontar la prisión preventiva en una cárcel común o si sus achaques justifican el beneficio del arresto domiciliario. Sanguinetti quedó detenido el miércoles, luego de presentarse ante el juez federal tucumano Daniel Bejas, quien debe resolver si le extiende el arresto hogareño y luego pronunciarse sobre su situación procesal. Ledo es el conscripto desaparecido durante la dictadura que el Ejército calificó como “desertor”, según el sumario que instruyó hace 37 años el actual jefe del Ejército, general César Milani, quien por el momento no está imputado en la causa judicial.
Sanguinetti, al parecer residente en España desde hacía cinco años, se presentó espontáneamente el miércoles ante el juez Bejas, quien desde 2008 tenía pendiente de resolución un pedido de indagatoria solicitado por el Ministerio Público Fiscal. Asistido por la defensora oficial Carolina Cuenya, el militar negó su relación con el secuestro, sugirió que su labor estaba enfocada en la tarea social, en la reparación de caminos y de escuelas de Tucumán, y se negó a responder preguntas. Mientras resuelve si lo procesa, lo sobresee o le dicta la falta de mérito, el juez dictó la prisión preventiva y le concedió el beneficio del arresto domiciliario, que cumple en casa de amigos en el barrio residencial Yerba Buena, en las afueras de San Miguel de Tucumán. Ayer se realizó la junta médica ordenada por el magistrado. La encabezó el perito de la Cámara Federal de Tucumán, Raúl Asial. En base a su informe, el juez deberá determinar la próxima semana si lo traslada o no al penal de Villa Urquiza. Antes deberá dictaminar en el mismo sentido el fiscal federal Carlos Brito, que fue quien pidió la detención hace nada menos que un lustro.
La denuncia de la familia de Ledo menciona a Sanguinetti como la última persona que vio al conscripto. Fue el 17 de junio de 1976, cuando le ordenó que lo acompañara en tres oportunidades a realizar recorridas por zonas cercanas a Monteros, Tucumán. En la última de esas salidas, el entonces capitán Sanguinetti volvió sin el soldado. Luego comenzó a instruirse el sumario bajo la figura de “deserción”, que lleva la firma de Milani. El actual jefe del Ejército se presentó ante el juez Bejas y negó cualquier vínculo con la desaparición. La deserción, tal como el CELS denuncia públicamente desde 1982 y como confirmó en un informe oficial el propio Ministerio de Defensa, fue la figura elegida por la dictadura para encubrir la desaparición de soldados.
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