“La bomba los mató. La falta de justicia no nos deja sepultarlos.” Con esta consigna central se va a conmemorar hoy el noveno aniversario del atentado contra la AMIA. La concentración, frente al predio de Pasteur 633 donde se perpetró el ataque, empezará a las 9.53, hora en la que se produjo la explosión, y es organizada por la agrupación Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA, la AMIA y la DAIA. El acto se produce en un momento que resulta clave por varias razones. En primer lugar, asistirá el Presidente de la Nación, que especialmente adelantó su regreso de Europa. No hubo invitación, no estará en el palco y concurre con su esposa como un simple ciudadano. Estaba la idea de proponerle que diga unas palabras, pero desde el Tango 01 el Presidente les hizo saber anoche a los dirigentes de la comunidad que prefería no hablar: “No quiero que quede ni la menor sospecha de que intento hacer un uso político del acto”. En segundo lugar, la concentración se realiza cuando faltan pocos meses para que concluya el juicio oral en el que se juzga un aspecto lateral de la conexión local, la provisión del coche que después se cargó con los explosivos. Por último, está candente la cuestión del terrorismo, las acusaciones –para algunos dudosas– contra Irán por el atentado, el fresco recuerdo de la invasión norteamericana a Irak y la inminente declaración por teleconferencia del iraní conocido como testigo C. Todo eso estará presente en los discursos.
Néstor Kirchner será el tercer presidente que concurrirá a un acto por el atentado, pero el repaso refleja bien las distintas actitudes:
u Carlos Menem estuvo en el llamado acto de los paraguas, la masiva concentración que se hizo en la Plaza de los dos Congresos cuatro días después del atentado. Aquella vez, Menem le expresó sus condolencias al primer ministro de Israel, algo que provocó consternación entre los presentes ya que de hecho ubicaba como no argentinas a las víctimas del atentado. Poco tiempo después, los familiares de las víctimas le pidieron una audiencia para reclamar por la exigua investigación. Menem, que ya había recibido, por ejemplo, a la modelo Claudia Schiffer, derivó el pedido de audiencia al ministro Carlos Corach. Los familiares contestaron: “Cuando querramos una entrevista con Corach, se la pediremos”.
Más tarde, los familiares volvieron a pedir una audiencia y esta vez la respuesta fue que se la concederían si se hacía en conjunto con el titular de la DAIA, por entonces Rubén Beraja. Los familiares contestaron: “Sabemos dónde queda la Casa Rosada. No necesitamos nadie que nos lleve”.
u El segundo presidente que estuvo en una concentración fue Fernando de la Rúa. Fue en julio de 2000. Concurrió también como un simple ciudadano y no se subió al palco. Un año más tarde, en julio de 2001, ya no se animó a hacerse presente. Concurrió a la AMIA a entrevistarse con las autoridades el día anterior al séptimo aniversario.
u Néstor Kirchner irá hoy a la concentración de Pasteur en las mismas condiciones fijadas para todos. No hay invitación formal, en el palco sólo van a estar los oradores y todos los políticos y personalidades concurren como simples ciudadanos. Pero el santacruceño llega avalado por una serie de decisiones diametralmente opuestas a las que tomaron sus antecesores. Ya firmó y aún va a firmar varios decretos por los que se abren archivos de las fuerzas de seguridad respecto del atentado, obligó con otro decreto a que declaren los agentes de la SIDE que participaron de la investigación, a través del canciller Rafael Bielsa intimó a Irán a que responda a los pedidos de captura de iraníes y, además, fue el primer presidente que recibió a todos: la agrupación Familiares, la agrupación Memoria Activa, la AMIA y la DAIA. Más allá de lo que pueda resultar al final de toda esta movida, en los casi dos meses de gestión mostró voluntad de que se avance en el esclarecimiento del atentado y en develar las irregularidades de la pesquisa.
En ese marco, con el juicio oral terminándose, la cuestión del terrorismo en el centro de la escena internacional y la presencia de Kirchner, el acto de hoy será, como siempre, el escenario de un reclamo de justicia que, como dice la convocatoria, “hasta que no haya respuesta, no vamos a parar”.