Dom 15.09.2013

EL PAíS  › LAS IDEAS Y PROPUESTAS DEL EQUIPO ECONOMICO QUE RODEA A MASSA

El plan del eterno retorno

Con nombres reciclados de gestiones duhaldistas y salidos del Gobierno, la “plataforma” incluye ajuste, baja salarial y privilegios a los sectores amigos. El problema es lograr crear un ambiente “de fin de ciclo”.

› Por Sebastián Premici

La estrategia del grupo de economistas que responde a Sergio Massa es mostrarse como un equipo consolidado, que frente a lo que plantean como una “profunda crisis económica” responde con propuestas “sistémicas y coordinadas”. Pero cada uno responde a los intereses de un determinado sector económico y empresario, que elabora proyectos en consecuencia. El massismo esconde bajo el discurso de la competitividad la reducción de los costos laborales, un ajuste sobre la clase trabajadora, plantea una baja en las contribuciones patronales, una vuelta a los mercados internacionales de crédito y la claudicación ante el lobby empresario en la elaboración de las políticas económicas.

“Creemos que, a diferencia del apriete, está la política que busca incentivar a la producción. Creemos que hay que bajar las cargas tributarias, que se reduzca a cero el Impuesto a las Ganancias para los empresarios que inviertan. Por eso le vamos a recomendar al Congreso que le dé previsibilidad a la producción”, manifestó el lunes Martín Redrado, ex titular del Banco Central, durante la presentación de tres proyectos para “combatir la inflación”. El ex funcionario plantea que es necesario crear una instancia de coordinación entre todos los ministerios para “enviarles señales a los empresarios”. Es decir, una única ventanilla de reclamos a disposición del poder económico.

“Este Consejo debería coordinar las políticas económicas del Gobierno, se propondrán reuniones trimestrales para fijar las políticas de las distintas áreas”, explicó Marcos Lavagna, hijo del ex ministro de Economía. Marcos y Roberto Lavagna trabajan para Massa.

“El Frente Renovador recurre a la teoría económica que coloca las expectativas de los agentes como el elemento central que dirige la evolución de la economía. Es necesario aclarar que esta escuela tiene como supuesto la información perfecta de todos los agentes y un mercado de competencia perfecta, es decir, carente de formadores de precios, y oligopolios. La puja distributiva está ausente en este análisis y descansa sobre el pilar de las expectativas asumiendo que éstas son formadas de una manera ‘racional’ y sin formadores globales de opinión”, analizó el economista Diego Estrada, del sitio Economía del Bicentenario.

Sobre las expectativas y la competitividad empresarial está trabajando José Ignacio de Mendiguren, ex ministro de Producción de Duhalde y hombre de la Unión Industrial Argentina. Cada vez que Mendiguren planteó la cuestión de la competitividad, incluyó en su fórmula la baja de los costos laborales, reducción de impuestos y devaluación. Como muestra:

- “La competitividad no se pierde en una sola cosa, son muchas que se van acumulando y tienen que ver con la logística y el transporte, hasta el tema laboral, el cambiario y el tributario.” (La Nación. 8 de marzo)

- En 2011, el llamado Grupo de los 6 (Asociación de Bancos, la Bolsa de Comercio, Cámara Argentina de Comercio y de la Construcción, la Sociedad Rural Argentina y la UIA) se mostró preocupado por los aumentos salariales y en un comunicado habló de la pérdida de competitividad producto de dichos incrementos salariales.

- “La tercerización es una herramienta para la competitividad de las empresas, es una tendencia mundial. Esta iniciativa (un proyecto de ley presentado por Recalde para terminar con la tercerización) puede atentar contra la competitividad de la economía.” (5 de noviembre de 2010.)

- “Yo nunca propuse una devaluación, pedía una mejora en las condiciones de competitividad de la industria argentina, de un 30 por ciento en el tipo de cambio real.” (La Nación, 5 de abril de 2002.)

Quien también está dentro del massismo, aunque de manera solapada, es Jorge Remes Lenicov, que está trabajando con Jorge Sarghini. En una disertación organizada por el presidente del Concejo Deliberante de Tigre, el ex ministro de Economía de Duhalde sostuvo que “el aumento del consumo generó la fuga de divisas”, habló del atraso cambiario y reclamó una (nueva) reforma del Estado. “Tenemos todavía mano de obra calificada pero cada vez menos por la mala calidad de las escuelas. En economía, nada es gratis. Hay que reformar el Estado”, aseveró ante más de 300 empresarios. Remes Lenicov y Mendiguren, aunque enfrentados durante el gobierno de Duhalde, fueron responsables de la pesificación asimétrica y la licuación de deudas de grandes corporaciones.

Ricardo Delgado es el supuesto coordinador del equipo económico del massismo. Fue socio de Lavagna en la consultora Ecolatina y actualmente ofrece sus servicios desde Analytica Consultora. El fue el autor del proyecto que pretende crear un nuevo Indec, iniciativa que copia y pega textualmente varios artículos de los textos presentados por el radicalismo, el PRO, Francisco de Narváez y Patricia Bullrich.

Miguel Peirano, que se fue del Gobierno nacional por sus diferencias con Guillermo Moreno, planteó un proyecto de ley para transferirle al Defensor del Pueblo las atribuciones que hoy tiene el secretario de Comercio: analizar propuestas en materia de política comercial y negociaciones internacionales de manera de incentivar la estabilidad de precios, aplicar medidas y corregir distorsiones en materia de incentivo a la cadena de producción agropecuaria. El proyecto lleva el pomposo título de “Ley para bajar la inflación” y si bien se lo presenta como no vinculante, le otorga al Defensor del Pueblo una figura que depende del Congreso, atribuciones que son del Ejecutivo. El Defensor del Pueblo no tiene facultades para administrar, sino para controlar (artículo 86 CN). Si el que debe controlar, administra, ¿quién controla?

El massismo necesita extremar una mirada crítica sobre la economía que le sirva de base para sus iniciativas parlamentarias, por más que en su fuero íntimo crea que las condiciones objetivas sean otras. “No tenemos deuda, nos compran nuestros productos, hay buenos precios internacionales. Las condiciones objetivas no dan un escenario de crisis”, dijo a Página/12 uno de los referentes del FR. También creen lo mismo en el seno de la UIA, más allá de que en la reciente mesa de diálogo entre Gobierno, empresarios y sindicatos se planteen temas por resolver.

“Los ciclos para un empresario son los constitucionales. Las elecciones de medio término no son el fin de ciclo de nada. Cualquiera puede hacer el análisis político que quiera. Pero nosotros nos guiamos por ciclos constitucionales. El resto es tergiversar las cosas”, reflexionó José Urtubey, vicepresidente de la UIA, ante una consulta de Página/12.

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