EL PAíS › REUNION DEL DUHALDISMO BONAERENSE, SIN EL JEFE
Para ordenar la propia tropa
Duhalde no estuvo, pero estuvo. Hubo concurrencia masiva, una fe blindada en que van a arrasar y minuciosas mediciones de listas y de distancias entre el Jefe y el presidente Kirchner.
Por M. P.
Eligieron el escenario de los mejores días: la “quinta de Perón” en San Vicente, la misma que Eduardo Duhalde compró para la provincia y que desde entonces ofició de plataforma para anuncios relevantes. Allí se presentó en público la alianza Duhalde-Kirchner, en un acto que figuras tan disímiles como Cristina Fernández de Kirchner y Brígida Malacrida de Arcuri, o el entonces candidato –hoy Presidente– y el veterano Manuel Quindimil. Ese fue el lugar elegido por todo el PJ bonaerense para definir la estrategia de la campaña electoral por la gobernación. La asistencia fue masiva, aunque hubo algunas ausencias notorias: Graciela Camaño y Carlos Ruckauf, integrantes de la lista de diputados nacionales. El ausente más evidente fue Eduardo Duhalde, quien en ese momento volvía de Misiones con rumbo a Pinamar, previa escala en Lomas de Zamora.
La reunión había sido programada con cierto sigilo y comenzó pasadas las diez de la mañana en la quinta 17 de Octubre, en el lejano sur del Conurbano. Participaron unos trescientos dirigentes, entre los que se destacaron Chiche Duhalde –primera candidata a diputado– y el gobernador Felipe Solá, quienes hasta ayer no se habían visto demasiado. También asistieron Graciela Giannettasio, Eduardo Camaño, José María Díaz Bancalari, Aníbal Fernández, Alfredo Atanasof y Juan José Alvarez, todos miembros de la lista de diputados que finalmente no se abrió a los extrapartidarios “kirchneristas”.
La reunión comenzó con los discursos de ocasión (la blonda Brígida Malacrida, luego Quindimil), y luego siguieron las exposiciones de Chiche y Solá, que exhibieron mucha confianza (“La elección ya está ganada”, pronosticó Chiche) y repasaron la gestión que abandonara Ruckauf. Motivados por ese optimismo, en el plenario se decidió que la campaña sea “austera” y que los spots publicitarios se concentren en tres ejes: “la educación, la salud y la producción”. Al mismo tiempo, en las conversaciones informales y en los discursos se escucharon citas a “la identidad del peronismo” y críticas a los peronistas que compiten por fuera de la estructura partidaria. Esa referencia pareció dirigida al misionero Carlos Rovira y, por extensión, al Presidente.
Los duhaldistas también explotaron el encuentro para analizar juntos los últimos movimientos de su jefe. Ayer comentaban, por ejemplo, que Duhalde está pensando en pasar unos días en Montevideo, en la casa que tiene allí su amigo Ramón Puerta. Pero que antes querría lograr un acuerdo con Kirchner para que Puerta y Rovira compartan, al menos, una lista de diputados única que postule a los mismos candidatos. “No queremos que se quiebre el esquema interno del peronismo. Eso sería traumático para la CAP, donde además está Rovira”, analizaba ante Página/12 un bonaerense que conoce al detalle la pasión de Duhalde por “el armado” de listas.
Varios representantes del PJ bonaerense contaban, también, que el ex presidente se muestra “distendido” y “relajado” y que ya no se mueve con sus asesores de siempre, Carlos Ben, Jorge Bujía y el vocero Luis Verdi. Lo acompaña nada más que su secretario personal, Norberto Rafetti. Pero la distensión no significa relajamiento porque Duhalde no descuida uno de sus pasatiempos favoritos: el análisis –casi ajedrecístico– del orden de los candidatos en las listas legislativas. Por ejemplo, un ex funcionario suyo lo considera el ideólogo de la alianza del PJ con Mauricio Macri. “No importa que pierda, porque de cualquier forma sus dos primeros diputados van a estar en el bloque peronista”, pronosticó a este diario.
Asimismo, los bonaerenses con más trato con su Jefe aclaraban que el distanciamiento con Kirchner no es tan profundo como aparenta. “No es tan grave y dramático como lo pintan los medios”, aclaraban en San Vicente en un mensaje que también tenía destinatarios dentro del duhaldismo, como el intendente de Lanús, que se quejó porque nombraron a una rival política suya, ex Frepaso, en el Ministerio de Desarrollo Social. Sin embargo, pese a los llamados a la moderación y a la calma, un discurso oficial circulaba monolíticamente: “Hay que fortalecer al PJ”, eran las palabras claves.
Ese mensaje encierra un pronóstico acerca del rumbo del Gobierno, del que suponen que en algún momento tendrá que tomar medidas “antipáticas” –o sea, giraría un poco a la derecha– y entonces necesitará de la disciplina partidaria tan afecta al PJ. Anticipándose a ese escenario, los duhaldistas ya están haciendo cuentas porque prevén que en las elecciones de septiembre batirán el record de cantidad de diputados electos por el justicialismo de la provincia de Buenos Aires. “Vamos a tener 24 diputados”, pronosticaba a Página/12 un duhaldista que, dirían los uruguayos, “no entra en la camiseta” de tan confiado.