El ex gerente de marketing de Telefe Gabriel Bianco concretó ayer un nuevo testimonio neutro: se supone que es la persona que presentó al entonces ministro de Economía Amado Boudou con los Ciccone, pero mucho no se acuerda. Ayer –como ya lo había hecho en la testimonial anterior– reiteró que sólo gestionó que Nicolás Ciccone y su yerno, Guillermo Reinwick, entraran a un estudio de Telefe donde entrevistaron a Boudou, que presenció un saludo de Boudou a las 30 personas que estaban presentes y que no sabe si después alguien facilitó una oficina para que hubiera una reunión entre ellos ni se acuerda de haber participado de esa reunión. Bianco dijo que tampoco se acuerda de haber estado en un encuentro en un hotel y reafirmó que no participó de una comida en un restaurante entre los Ciccone y el amigo de Boudou, José María Núñez Carmona. Hoy declara como imputado Nicolás Ciccone, que supuestamente mantendrá la versión de la familia de que Boudou se quedó con la imprenta.

Ayer hubo dos episodios relacionados con la controversia que está en el fondo del caso Ciccone. El juez Ariel Lijo sostiene que el vicepresidente fue el dueño de la calcográfica, en sociedad con su amigo Núñez Carmona y con Alejandro Vandenbroele, que según el magistrado también es amigo de Boudou. Además de presionar para salvar la imprenta, Boudou –según el magistrado– le consiguió trabajo y para ello bloqueó una licitación para comprar máquinas para la Casa de Moneda, con lo cual en la impresión de billetes quedaría más espacio para Ciccone.

El vicepresidente niega haber tenido cualquier relación con la imprenta y con el salvataje de la quiebra y afirma que no conoce ni habló jamás con Vandenbroele. Además, sostiene que no bloqueó para nada la licitación por las máquinas de la Casa de Moneda ni tuvo injerencia en esa operación.

En ese marco, Bianco declaró ayer como testigo porque aparece como una especie de nexo. Era vecino de Guillermo Reinwick en un barrio cerrado, conoció a Boudou en la infancia en Mar del Plata y su aporte habría sido facilitar la entrada de Nicolás Ciccone y Reinwick al estudio de Telefe en el que se estaba emitiendo el programa AM, con Boudou como invitado. Bianco confirma que hizo entrar a los Ciccone al canal y que sólo presenció un saludo de Boudou a todos los que estaban allí. O sea, Bianco no hizo ninguna gestión directa porque –según explicó–, conocía a Boudou desde la infancia, pero no tenía relación con él, y Reinwick sólo era un vecino con el que jugaba al squash y le pidió que le facilitara un acercamiento al ministro.

Los Ciccone sostienen que toda la relación con Boudou empezó ahí, en Telefe, que después mantuvieron un encuentro en una oficina del canal, que en los días siguientes hubo otra reunión con Boudou en un restaurante de Puerto Madero y que, además, se encontraron con Núñez Carmona en el Hotel Hilton y en el restaurante Bice. Boudou niega rotundamente cualquier encuentro con los Ciccone. Dice que saludó a todos en el estudio sin saber de quiénes se trataba, que luego no participó de ninguna reunión, ni en Telefe, ni el restaurante I-Market, ni en ningún lado. La defensa del vicepresidente, además, hace notar las contradicciones entre el propio Nicolás Ciccone y su yerno. Según Reinwick, su suegro salió de Telefe ilusionado con la posibilidad de salvar la empresa. Según Nicolás Ciccone, el supuesto encuentro lo asustó mucho, por las amenazas que se dejaron entrever.

Ayer, Bianco fue categórico en ese aspecto. Dijo que Reinwick nunca le dijo que estaba amenazado ni notó cambios en su forma de vida. Los Ciccone tienen firmados documentos ante escribano en los que queda claro que ellos eran los dueños de la imprenta, sólo que emprendían el rescate con sociedades extranjeras y con el dinero del financista Raúl Moneta. Cuando se les pregunta por qué firmaron aquellos documentos, contestan que lo hicieron bajo amenaza. El tema es que nunca denunciaron esos aprietes ni siquiera de forma particular ante un escribano. La defensa de Boudou afirma que ahora cambiaron su versión de los hechos porque reclaman una indemnización.

El otro testimonio del día de ayer fue el de un ejecutivo de una empresa de maquinaria suiza para la impresión de billetes. El hombre sostuvo que no notó nada raro en el proceso licitatorio y que tampoco le pareció extraño que la licitación hubiera terminado en la nada.

Hoy tendrá que prestar declaración indagatoria Nicolás Ciccone, uno de los dos fundadores de la imprenta. Está cantado que sostendrá la versión que cree el juez: que Boudou se hizo dueño de la calcográfica y que lo que firmó su yerno fue bajo amenaza.