De cara a la próxima sesión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas sobre las Malvinas, el gobierno nacional invitó a las principales fuerzas políticas de la oposición a que se sumen al grupo que representará al país para reclamar, como todos los años, por la soberanía argentina sobre las islas. La sesión se realizará el próximo 26 de junio en la ciudad de Nueva York. Junto con el habitual pedido de la reanudación del diálogo con el Reino Unido para resolver el conflicto, la Argentina llevará a la sesión una fuerte protesta contra el proceso de militarización que el gobierno británico ha desplegado en el Atlántico Sur. También volverá a plantearse el tema de la exploración y explotación de petróleo.

La delegación, que el año pasado fue encabezada por el canciller Héctor Timerman, sumará este año a Daniel Filmus como secretario de Asuntos Relativos a Malvinas. En el Congreso, algunas fuerzas de la oposición ya designaron su representante –el radicalismo, por ejemplo, nombró al diputado Julio Martínez–, mientras que se espera la confirmación de otros sectores como el PRO y el Frente Renovador. En Diputados la invitación se extendió también a bloques de menor peso, pero que integran la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.

“Siempre hemos planteado que el reclamo por la soberanía de las Malvinas tiene que ser entendido como la construcción de una política de Estado. Por eso es importante la presencia de diputados y senadores de los principales bloques, como una muestra de las altas coincidencias que tenemos sobre el tema”, señaló el diputado Guillermo Carmona (FpV), presidente de la Comisión en la Cámara baja.

En el Senado también se avanza en el armado de la delegación con este criterio. El grupo siempre incluye a los llamados peticionarios argentinos, en general un descendiente de Juan Vernet (la autoridad a cargo de la isla en el momento de la usurpación británica, en 1833), y Alejandro Betts, un argentino nacido en Malvinas y residente en la provincia de Córdoba desde la década del ’80. Si la sesión del año pasado tuvo como telón de fondo el referendo impulsado por el gobierno británico entre los isleños –que votaron seguir siendo parte del Reino Unido con el argumento de la autodeterminación de los pueblos–, esta vez el tema crítico es el de la militarización de las islas.

La Argentina viene presentando protestas formales ante los organismos internacionales por los ejercicios con misiles de Gran Bretaña en las islas. En este sentido, el Gobierno ha advertido que la militarización es un peligro no sólo para la zona, sino también para el área de la Antártida, donde sólo se pueden realizar actividades científicas. Entre otros puntos, la Argentina señala que las Islas Malvinas se han convertido en uno de los territorios más militarizados del mundo, ya que sobre una población de tres mil isleños se despliegan entre mil quinientos y dos mil efectivos militares. Las resoluciones de las Naciones Unidas son claras sobre el punto, ya que llaman a ambas partes a reanudar las negociaciones por la soberanía y a abstenerse de hacer modificaciones unilaterales en la situación mientras persista la controversia.

Las denuncias sobre los ejercicios militares han sido presentadas, además de ante el Comité de Descolonización, a la Organización Marítima Internacional, la Unasur, la Cumbre Iberoamericana, la Liga Arabe, el Mercosur, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Unión Africana, la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur y el G-77+China.