EL PAíS
› OPINION
Fiesta para el zapping
› Por Nora Veiras
El debate fue el tema de debate durante los diez días posteriores a la reñida elección del Jefe de Gobierno porteño. Los pretextos arreciaron hasta que apareció Poder Ciudadano para mediar. Finalmente, los delegados de Aníbal Ibarra y Mauricio Macri acordaron. Hoy habrá un simulacro de debate. Un simulacro en el que la primera víctima ya se puede cuantificar y es la política.
Preguntas conocidas de antemano. Respuestas elaboradas por técnicos –¿tecnócratas?– encargados de analizar en condiciones de laboratorio. Asesores de imagen empeñados en encontrar el tono, el énfasis, el gesto más convincente. Ausencia total de espontaneidad, de capacidad de reacción ante lo inesperado, de resolución ante problemas imprevistos.
Se puede decir que son las condiciones deseadas por Macri. El hombre que aprendió lo que es la vida –según dice– desde la presidencia de Boca. El hombre elegido por los sectores que denostan la política en nombre de la “eficiencia”. Eso sí, con criterios más que laxos a la hora de hacer negocios.
“No quedó otra alternativa que aceptar la propuesta de Poder Ciudadano, porque de lo contrario no había debate y además corríamos el riesgo de dar la imagen de que no queríamos debatir”, dijeron en un intento de queja-justificación los ibarristas. Un pobre argumento para avalar lo que dicen que quisieron evitar: la ausencia de debate.
Así, los espectadores-votantes tendrán la oportunidad de asistir a la representación de una lección en la que ni siquiera estará la expectativa del bolillero. Menos mal que el escenario es Canal 7, un lugar donde, quizá, la obsolescencia del equipamiento evite que los candidatos lean sus respuestas en teleprompter.
Una vez más acá la forma condiciona y desvirtúa el contenido. Debatir supone confrontar argumentos, refutar, persuadir, convencer en función de un ida y vuelta que incluye la sorpresa. En definitiva, debatir es ponerse a prueba. Es atreverse a subir al trapecio sin red. Es aceptar el desafío de revalorizar el discurso llenándolo de contenido.
A diez días del primer ballottage porteño, los candidatos optaron por ir a lo seguro. Conjurar el riesgo de lo inesperado. “Este es el debate posible”, explicaron desde Poder Ciudadano. Una vez más lo posible aparece en los antípodas de lo deseable. Eso sí, por suerte, existe el zapping.