EL PAíS
› KIRCHNER DECIDIRA SOBRE LAS BAJAS
Genocidas en capilla
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró que el presidente Néstor Kirchner definirá en las próximas horas las sanciones contra Ramón Díaz Bessone y Reynaldo Bignone, quienes reivindicaron los delitos cometidos durante la dictadura, y también contra Albano Harguindeguy, quien admitió secuestros, torturas y asesinatos en esos años de plomo.
“El Presidente está analizando con el ministro de Defensa” posibles sanciones, al entender que “con la conciencia humana no se condicen historias como las que se han contado”, señaló Fernández. “A cualquier argentino de bien –agregó– le tiene que haber caído muy mal lo que han dicho estos generales.”
Kirchner y Pampuro se reunieron antenoche en el Gobierno. El ministro de Defensa le informó que las fuerzas militares estaba analizando “técnicamente” de qué manera sancionar a Díaz Bessone, Bignone y Harguindeguy. Pero a lo largo de la jornada de ayer ni la cartera del área ni Presidencia pudieron precisar la fecha en que se conocerían los castigos a los militares.
Hasta ahora Pampuro ofreció una pista, al mencionar la palabra “baja”. De todos modos, en un artículo publicado ayer por el diario El País de España, amplió las posibilidades. “El castigo podría ir desde el arresto hasta la baja o la degradación, aunque será algo más que arresto porque varios de ellos están ahora en prisión preventiva domiciliaria” por otras causas.
El funcionario ya había explicado los porqué de una sanción que a esta altura aparece como inexorable. “La Justicia militar es muy clara: el que tenga grado militar, aun siendo retirado, tiene que comunicar eso (lo revelado en la entrevista de la TV francesa y publicado por Página/12) a la superioridad; esto no fue hecho y ahora tendrá que evaluar en el Código Militar la sanción que corresponda.”
Ante este diario, Pampuro también había cuestionado duramente las declaraciones de Díaz Bessone y Bignone. “Una cosa es relatar lo que pasó y admitir las culpas y responsabilidades y otra muy diferente es hacer alarde de esos actos”, señaló.
El ministro ayer optó por no volver con el tema en público. Pero seguramente lo abordó en privado durante su viaje a Córdoba, en su visita al Tercer Cuerpo de Ejército. Allí asistió a un ejercicio militar realizado por efectivos de esa unidad junto al jefe del Ejército, Roberto Bendini, y el titular del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier Jorge Chevalier.
Entre las declaraciones que generaron revuelo están las de Díaz Bessone reivindicando la tortura y los asesinatos. “¿Cómo puede sacar información (a un detenido) si usted no lo aprieta, si usted no tortura?”, dijo; “¿Usted cree que hubiéramos podido fusilar a 7 mil? Al fusilar a tres nomás, mire el lío que el Papa le armó a Franco con tres. Se nos viene el mundo encima. Usted no puede fusilar a 7 mil personas”, siguió.
Por su parte, Bignone contó que mantuvo en 1977 una reunión con tres obispos de la Iglesia Católica, y dijo que ésta aprobó la tortura. Además, ofreció su propia doctrina penal:
- “La única forma de evitar que le pongan una bomba es matar antes al tipo que se la va a poner”.
- “El delincuente tiene que saber que en la comisaría por lo menos una pateadura se va a ligar”.
En tanto, Harguindeguy consideró que la tortura y la desaparición forzada de las personas son “una violación a los derechos humanos por Naciones Unidas” y “un error político”.
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