Con carteles, pancartas y un muñeco de Carlos Ruckauf, el candidato a gobernador de Recrear, Hernán Lombardi, encabezó ayer un acto en la puerta del Banco Provincia para denunciar la crisis de la entidad. “Lo vaciaron para darles créditos a los amigos del poder”, acusa Lombardi. Y, cuando se le mencionan las encuestas que le asignan una intención de voto mínima, desafía: “Que (Felipe) Solá aproveche ese supuesto margen para limpiar su lista, que le pida la renuncia a Ru- ckauf”.
–¿Qué quisieron mostrar con el acto de ayer?
–Lo que fue el Banco Provincia durante la gestión de (Eduardo) Duhalde y Ruckauf. El Banco tiene 23 mil créditos, por un total de 2400 millones de pesos, de los cuales 1800 son incobrables. Pero lo peor de todo no es eso, sino el hecho de que 900 millones corresponden a sólo 300 tomadores de créditos. De esos 900 millones, 375 fueron a sólo ocho personas o empresas.
–¿Como cuáles?
–Américo Gualtieri, el empresario favorito de Duhalde, que además tenía la concesión de la mayoría de las obras de la provincia. No es que le daban el crédito a un fabricante de tornillos que estaba corriendo un riesgo empresario, sino a un tipo que tenía ganancias aseguradas por sus contratos con el Estado provincial. El gerente de la casa matriz, en La Plata, está preso por este tipo de maniobras: ¿quién puede pensar que dio esos préstamos sin una orden política?
–¿Cuál es la situación actual?
–El Banco tiene capacidad nula para prestar. Debería ser ahora un Banco al servicio de la reactivación, que es el rol que debería tener la banca pública, pero no se puede porque le regalaron créditos a los amigos.
–¿Solá mejoró la situación?
–No. De hecho, pasó esos créditos incobrables a un fondo fiduciario, lo que significa que todos los bonaerenses nos hacemos cargo.
–¿Usted cree que no hay ninguna diferencia entre Duhalde y Ruckauf y Solá?
–Es una continuidad. Solá apoyó a Duhalde y fue vicegobernador de Ruckauf.
–Es un argumento relativo: de hecho, usted fue ministro de Fernando de la Rúa.
–Pero no es así porque Solá está en una contradicción que no puede resolver. Miremos la lista de diputados, donde están Ruckauf y la señora de Barrionuevo: ¿cómo puede ser que Solá los critique y al mismo tiempo los lleve de candidatos?
–¿Le preocupan las encuestas, que le asignan una intención de voto irrelevante en comparación con Solá?
–Lo que me preocupa es el futuro de la provincia con un PJ que busca ocupar todos los espacios: Rico y Patti, que se presentan como oposición, son desgajamientos del peronismo. Es un intento hegemónico. Por otro lado, suponiendo que las encuestas fueran ciertas, Solá podría aprovechar este supuesto amplio margen para hacer un gesto coherente.
–¿Por ejemplo?
–Que limpie la lista que tanto critica.
–Pero la lista la armó Duhalde, no Solá.
–Pero que aproveche este margen para hacer algo. Que le pida la renuncia a Ruckauf, que venga a debatir con el resto de los candidatos a la Universidad de La Plata.
–La inseguridad es el principal tema de campaña: ¿cómo se ubica en la tensión entre mano dura o garantismo?
–Yo creo que es una falsa contradicción. La solución no pasa por esa polémica, sino por el sentido común y la eficiencia.
–En concreto, ¿coincide con López Murphy en la idea de devolverle la facultad de interrogación a la policía?
–No hay que empezar por ahí, sino por un plan para que haya un fiscal por municipio. Ahora, por ejemplo, Villa Gesell no tiene fiscal: si pasa algo tienen que esperar diez horas. Con el plan para que haya un fiscal por municipio se resuelve ese problema. Para combatir la inseguridad lo que tiene que haber es proximidad e inmediatez.
–¿Y qué opina de la propuesta de López Murphy para bajar la edad de imputabilidad a 12 años?
–Primero tenemos que poner en marcha este tipo de cuestiones, mejorar la policía, crear policías municipales, mejorar el Código Procesal. Eso es lo importante. El Código Penal viene después.