EL PAíS
Pelea en el socialismo por alianzas que no fueron y costaron tanto
Binner está furioso por Giustiniani, a quien acusa por dejar afuera al ARI. Hasta la distribución de boletas conjuntas falló.
Por José Natanson
La derrota en las elecciones santafesinas instaló una disputa silenciosa pero feroz entre los dos jefes del socialismo. Hermes Binner apenas se refirió al tema, pero sus hombres atribuyeron el resultado a una serie de errores estratégicos, como la falta de acuerdo con el ARI o la decisión de excluir a Elisa Carrió de la campaña. Indignados, identifican como responsable al titular del partido, Rubén Giustiniani, al que acusan de privilegiar su candidatura a senador aun contra las chances de Binner.
Las elecciones santafesinas se celebraron bajo el sistema de lemas, único en el mundo, que permite a un partido llevar varios candidatos para un mismo cargo, pero lo impide para las alianzas. Así, gracias a este mamarracho legislativo, el PJ pudo postular varios candidatos para el mismo puesto, mientras que el ARI y el socialismo, que tenían previsto formar una alianza, no tuvieron más remedio que intercalar sus dirigentes en una misma lista.
El acuerdo del centroizquierda no se produjo. Para no perjudicar a Binner, el ARI presentó candidatos a todos los cargos menos a gobernador. El intendente fue derrotado de todos modos. Cuando le preguntaron por las causas, atribuyó el fracaso a la decisión de no cerrar una alianza con el ARI. “Hubo un poco de incomprensión de ambos lados. Se privilegiaron cargos”, fue la explicación.
Enojados, sus operadores fueron más allá. “La política de alianzas fue una decisión de Giustiniani, que buscó acuerdos con todos menos con el ARI”, asegura uno de ellos, y menciona dos motivos que lo habrían llevado a boicotear la alianza con el ARI. El primero, el viejo enfrentamiento entre Giustiniani y Carrió a raíz de un proyecto sobre despenalización del aborto, que derivó en la ruptura entre el socialismo y el ARI. El segundo tiene que ver con los cargos. “Giustiniani quería ser candidato a senador a toda costa, y en una negociación con el ARI quizás hubiéramos tenido que resignar ese lugar”, agrega el operador de Binner.
Pero no se trató sólo de la falta de acuerdo. Cerca de Binner aseguran que el intendente no tuvo más remedio que rechazar un ofrecimiento de Carrió, que en las presidenciales de abril dio un batacazo en Santa Fe y quedó segunda, a unas décimas de Carlos Menem. Generosa, la chaqueña le propuso aprovechar su buena estrella santafesina y recorrer juntos la provincia: ella haría campaña por sus candidatos y Binner por los suyos.
La propuesta beneficiaba claramente al intendente, pero perjudicaba al resto de los candidatos socialistas. “Giustiniani se opuso. Prefirió arriesgar la gobernación antes que poner en peligro su candidatura a senador”, se quejan cerca de Binner.
El último cortocircuito se produjo unos días antes de las elecciones. El ARI quiso distribuir su boleta junto a la Binner, cuestión de completar el espacio en blanco de la candidatura a gobernador. Susana García, jefa del ARI local, habló con el intendente, pero no consiguió que las autoridades socialistas le facilitaran las boletas.
Carrió se comunicó con Binner. “Es una locura. Muchos piensan que el ARI ya te lleva de candidato, y no saben que hay que agregar el corte de gobernador. Es gente que te quiere votar y va a terminar votando en blanco”, le dijo la chaqueña. Pero no hubo caso: el ARI no consiguió las boletas.
Los hombres de Giustiniani se defienden. Según dicen, el diputado, consciente de la mala onda con Carrió, se mantuvo desde un principio al margen de las negociaciones. “El es el jefe nacional del partido, y la estrategia de alianzas en Santa Fe la manejaron los órganos provinciales”, explican cerca de Giustiniani. “Quizá la política de acuerdos fue equivocada, pero se hizo pensando en ganar y no para boicotear a nadie. La derrota no benefició a nadie”, agregan.
Sea como fuere, al final Binner obtuvo el 38,4 por ciento, mientras que los distintos candidatos peronistas consiguieron el 43,5. El ARI cosechó el 7,8 por ciento, una cifra que, sumada a la del socialismo, supera laperformance del PJ. “Digan lo que digan, fue un error. Y no fue gratuito. Se privilegiaron algunos cargos en vez de poner todo para ganar la gobernación”, concluyen cerca de Binner.