EL PAíS
› OCHO POLICIAS TERMINARAN ANTE UN TRIBUNAL ORAL
El juicio se abre paso sin patadas
Piden la elevación a juicio oral de la causa por el violento asalto al local de Izquierda Unida tras la masacre de Puente Pueyrredón. Uno de los acusados está ligado a los asesinatos.
› Por Adriana Meyer
El local de Izquierda Unida, en la calle Brandsen de Avellaneda, se había transformado en un infierno. Los policías bonaerenses adujeron haber recibido una denuncia sobre una supuesta toma de rehenes en un jardín de infantes. Y patearon la puerta como solían hacer durante la dictadura, tiraron gases y dispararon balas de plomo para romper la cerradura. Ocho de los policías que participaron de esos hechos, ocurridos el 26 de junio de 2002, pocas horas después de la masacre de Puente Pueyrredón, serán juzgados en juicio oral y público. Uno de ellos es Lorenzo Colman, quien también está procesado por encubrimiento en la causa madre sobre el asesinato de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Fue identificado como quien disparó a la cabeza de Mariano Benítez.
“Cuando entraron, empezaron a disparar adentro del local, a la gente enloquecida que estaba subiendo a la terraza o tratando de saltar a otra casa. Quedamos unos veinte atrapados en un pequeño patio. No se veía nada por los gases. Se escuchan los gritos de ‘al suelo, al suelo’. Cuando me estoy tirando veo dos botas que entran y ahí me disparan en la cabeza”, relató en aquel momento Benítez a Página/12 mientras mostraba sus heridas. “Fueron nueve impactos de balas de goma. Yo estaba en el piso y el tipo a un metro y medio, más o menos. Cuando me quiero levantar, el mismo tipo me patea”, completó. Ese “tipo” es el oficial Colman, que en la foto de Pablo Piovano que ilustra esta nota aparece a la izquierda de la puerta del local de IU. Pronto se sentará en el banquillo junto a David Gaiser, José Luis Reguera, Marcelo Pérez, Jorge Ostroski, Juan Alides Paz y Cristian Gómez. Todos están acusados de abuso de armas y encubrimiento.
Cuando ingresaron al local, Reguera fue quien pateó la puerta. Según declaró en el expediente, el oficial Gaiser lo tomó del hombro (tal como se ve en la foto) y le advirtió que no entrara porque era un local partidario. Sin embargo, los reporteros que también dieron su testimonio aseguraron que Gaiser dijo: “Pará, boludo, que te están sacando fotos”. Y había sido Colman quien disparó munición de plomo contra la cerradura. Un militante de IU aportó la bala que quedó en su billetera, que llevaba en el bolsillo del pantalón a la altura de la ingle. Según lo declarado por los policías imputados, buscaban rehenes en un jardín de infantes. Colman no dudó en apretar el gatillo frente al supuesto kindergarten que funcionaría en el local de los comunistas y los socialistas.
La masacre del puente y la estación Avellaneda, que obligó al entonces presidente Eduardo Duhalde a adelantar las elecciones, ya había sido cometida en horas del mediodía. Pero eran las 15 y la cacería por las calles de Avellaneda continuaba. Algunos manifestantes se refugiaron en el local de IU, pero no imaginaron que adentro encontrarían tanto peligro como afuera. “Empecé a los gritos. Ya estábamos entregados. Entonces, otro policía que se hacía el bueno y me tira agua fría en la cabeza. Perdí mucha sangre y no le creí cuando me dijo que no me preocupara, que eran balas de goma. En el local, después, encontraron municiones de plomo. Vi cómo pateó a otro compañero. Me separó del grupo, y empecé a tener convulsiones por los nervios y el frío.” Varios testigos identificaron a Colman como el autor de los disparos que podrían haber matado a Mariano Benítez. El oficial declaró que había llevado la escopeta “descargada”.
El fiscal Juan José González, que también investigó la causa madre, pidió la elevación a juicio oral y público de este expediente. Ahora se expedirán las partes y luego la jueza de garantías Marisa Salvo tomará una decisión al respecto. El abogado de la Correpi Claudio Pandolfi explicó a Página/12 que la causa tiene muchas fotos aportadas por reporteros gráficos que constituyeron importantes pruebas. Además, indicó que los policías cargaron sus escopetas con balas de plomo y goma en forma intercalada para causar confusión, y que también utilizaron pistolas 9 milímetros. Pandolfi se mostró sorprendido porque el compañero de patrullero de Colman, el oficial Paggi, fue reconocido por el diputado Luis Zamora en el allanamiento ilegal del local, pero no figura en elexpediente. Además, está acusado en un caso de gatillo fácil ocurrido en Dock Sud, pero se encuentra en Italia de licencia sin goce de sueldo. “La autoría material de los hechos fue bien investigada, pero la autoría intelectual está pendiente. Hay 14 policías procesados y ninguna autoridad que les haya dado órdenes, no hay cuestionamientos a ningún responsable por omisión. ¿Cómo pueden esgrimir la excusa del jardín de infantes si quedó demostrado que dispararon con plomo?”, se indignó Pandolfi.
En la causa principal que investiga el asesinato de Kosteki y Santillán la jueza dictó la prisión preventiva del sargento Carlos Leiva, por la tentativa de homicidio de siete militantes piqueteros. Leiva fue fotografiado vestido de civil levantando cartuchos tras la feroz represión, y estuvo un año prófugo. Junto a Alfredo Fanchiotti y a Alejandro Acosta, son los tres uniformados presos por la masacre.
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