Aquel 26 de junio, la cacería llegó hasta el Hospital Fiorito. Los policías bonaerenses se metieron en la guardia donde los médicos atendían a los heridos de la represión del Puente Pueyrredón y la estación Avellaneda. La delegada gremial Isabel Maso fue a pedirle a la directora Adriana d’Astek que sacara a los uniformados. “Se rió y me dijo que no podía hacer nada”, recordó Maso ante Página/12. Los médicos del Fiorito denunciaron que la directora fue cómplice de la represión porque en aquel momento negó la existencia de heridos por balas de plomo, además de permitir el ingreso de los policías que terminaron llevándose presos a algunos heridos. D’Astek contraatacó con una querella por calumnias e injurias contra los delegados médicos.
Los abogados que los representan explicaron que la denuncia de la directora es “un alegato fascista contra la actividad sindical”. D’Astek habría utilizado la seguridad privada del hospital para hacer un seguimiento de las actividades gremiales de los médicos y las enfermeras, filmó las asambleas y acusó a Maso por repartir el periódico gremial, entre otros hechos. En la causa puede leerse que D’Astek se refiere a los manifestantes del 26 de junio como una “caterva de inadaptados”.
Maso aseguró a Página/12 que la directora “hizo lo mismo durante años, nos persiguió e intentó callar la disidencia con medidas intimidatorias, descuentos en los sueldos y sanciones”. Pero la situación se agravó a partir de los hechos del 26 porque los médicos la denunciaron públicamente por haber permitido que la represión continuara adentro del hospital. “Decimos que fue cómplice porque dejó que la policía ingresara a la guardia donde estábamos atendiendo a las personas que habían sido reprimidas, abrió la puerta de la calle Belgrano para que se llevaran a algunos heridos sin ser vistos por los manifestantes, nos prohibió dar información a los medios y salió a decir que no había heridos con balas de plomo, cuando ya habíamos comprobado que así era”, afirmó Maso. Además, los médicos acusaron a D’Astek por hacer discriminación con los pacientes y por desvío de fondos. Según Maso, las auditorías del Ministerio de Salud les dieron la razón. El viernes 26 unos 10 mil militantes piqueteros y de organizaciones sociales manifestaron frente al Fiorito contra D’Astek.