Si el casamiento con la vedette Jésica Cirio fue todo brillo, su salida del Congreso no pudo ser más opaca. Martín Insaurralde formalizó ayer su renuncia a la banca de diputado a la que había accedido hace apenas un año, encabezando la lista del Frente para la Victoria. En una carta dirigida al presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, señaló “razones de índole personal”, sin otros argumentos y sin mencionar su regreso a la intendencia de Lomas de Zamora. Oficialistas y opositores sumaron nuevas críticas a lo que fue su desempeño como legislador, y en general a su perfil como dirigente.

Entre los cuestionadores más frontales se anotó el senador y precandidato presidencial Aníbal Fernández, para el que Insaurralde “se cagó en la gente”. Fernández dijo que si él hubiese estado a cargo del armado de la listas legislativas de 2013 “no lo hubiese puesto nunca encabezando” a Insaurralde, “porque no lo merecía”. Y agregó que lo votó por disciplina partidaria: “Me tapé la nariz”. Fernández le sugirió a Insaurralde que “tome las decisiones que quiera tomar y las diga, por lo menos por respeto a tanta gente que creyó en él y que él, evidentemente, se cagó en esa gente, nada más que por eso”.

Desde el massismo, los precandidatos a competir por la gobernación bonaerense Felipe Solá, Darío Giustozzi y Gustavo Posse le tiraron con munición gruesa. “No hizo nada en la Cámara de Diputados” y “trató de crecer sólo por lo mediático”, opinó Solá. El bonaerense no descartó el ingreso de Insaurralde al Frente Renovador, pero Posse, en cambio, lo rechazó. El intendente de San Isidro en su momento ya amenazó con irse si Sergio Massa incorporaba a Insaurralde, y ayer advirtió que no competirá “contra el dinero de un sector del juego”. “Cada uno responde por su historia”, cargó tras recordar que el diputado renunciante “toda su vida fue secretario privado de Jorge Rossi”, ex presidente del Instituto Provincial de Lotería y Casinos durante la gobernación de Eduardo Duhalde. A su vez Giustozzi, que ayer presentó su precandidatura, se mostró igualmente molesto. “Yo también renuncié a una banca de diputado nacional, pero no por especulación política”, señaló.

En la Casa Rosada evitaron los comentarios sobre el tema. El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, contestó en su habitual conferencia de prensa que “cada uno es responsable de sus propias decisiones”. Por su parte, el secretario de la Presidencia, Oscar Parrilli, dijo que “no” le cabía “opinar si está bien o está mal” que regresara a su cargo de intendente.

En cambio, en Lomas de Zamora se generó un clima de tensión. El bloque de concejales del FpV llamó para hoy a una reunión en el PJ para “ratificar desde el PJ su respaldo al liderazgo de Cristina Kirchner”.