EL PAíS
› EN DIPUTADOS NO SE ESPERABAN LA RENUNCIA DEL SUPREMO LOPEZ
Una sorpresa con alegría contenida
En la Comisión de Juicio Político de Diputados especulan con que el próximo supremo a reemplazar será Adolfo Vázquez. Para avanzar esperan que el presidente Néstor Kirchner acepte la renuncia de López.
Por Eduardo Tagliaferro y Felipe Yapur
A la mayoría de los diputados de la Comisión de Juicio Político, la noticia de la renuncia de Guillermo López a la Corte Suprema los tomó por sorpresa. Unos pocos, muy pocos, sabían desde la noche anterior que el cortesano daría un paso al costado. Luego de certificar oficialmente que Diputados lo tenía en carpeta, López se encargó de que la Rosada supiera que a la mañana siguiente recibirían su renuncia. El dato se mantuvo en rigurosa reserva. “La decisión está tomada, el próximo caso es el de Adolfo Vázquez”, confía a este diario un diputado de la comisión de enjuiciamiento. No será inminente por cierto, ya que los legisladores pasaron a cuarto intermedio hasta conocer el texto completo de la renuncia de López. También esperarán que la acepte el presidente Néstor Kirchner. Luego de que esto ocurra, aproximadamente dentro de unos diez días, entonces sí los diputados irán a la carga por Vázquez, el juez que supo agradecerle a Carlos Menem su nominación como miembro de la Corte Suprema en una carta que encabezó diciendo: “Mi muy querido amigo y Presidente”.
Coincidente con los dichos que el integrante de la comisión encargada de juzgar a los integrantes del máximo tribunal de Justicia brindó a este diario, un destacado miembro del oficialismo en Diputados aseguró: “A mi entender el próximo es Vázquez”. “Si los casos que se tuvieron en cuenta para acusar a Eduardo Moliné O’Connor –fundamentó el legislador– fueron firmados también por otros jueces, es lógico que también sobre ellos pesen los cargos de mal desempeño.”
Para algunos miembros de la comisión acusadora es probable que al igual que López, Vázquez no resista la embestida de la Cámara de Diputados. “Nadie se mete con vos dentro de un ataúd. A lo sumo, la gente te acompaña hasta la puerta del cementerio”, comenta a este diario un diputado de la Comisión de Juicio Político. En su análisis, los principales respaldos que supo tener Vázquez fueron los del menemismo. También dice que el establishment económico-político fue el primero en darse cuenta de que los vientos cambiaron. “Vázquez no es Moliné. No tiene los lazos que éste supo anudar con un miembro del alto tribunal norteamericano, ni tampoco tiene los nexos que Moliné supo tener con la embajada estadounidense”, concluye.
A diferencia de los anteriores magistrados, Vázquez ofrece muchos flancos débiles. Medido, el titular de la Comisión de Juicio Político, el tucumano Ricardo Falú (PJ), apenas se enteró de la dimisión de López señaló que “las denuncias serán analizadas en cada caso particular. Las denuncias son de la sociedad y nosotros tenemos la obligación de controlar el mal desempeño de los jueces”. Todos reconocen que el trabajo más sólido fue el que se realizó en el 2002 contra la totalidad de los integrantes de la Corte Suprema. En aquella ocasión, fue el duhaldismo el que dio una vuelta de campana en el aire y puso toda su energía en frenar la acusación que en un primer momento había alentado.
Así también lo entiende el radical santafesino Carlos Iparraguirre que, en diálogo con Página/12, afirma que “la del año pasado fue la verdadera batalla. Ese trabajo permitió que la sociedad argentina conociera lo que sospechaba y que hoy se produzca esta renovación”. Realista al comparar ambos escenarios, Iparraguirre no duda en reconocer que “es obvio que es la voluntad de Kirchner la que hace avanzar este recambio”. Iparraguirre tampoco oculta sus recelos: “Yo tenía temores por los antecedentes que Kirchner traía desde la provincia de Santa Cruz. Sin embargo, el mecanismo que estableció para cubrir las vacantes en la Corte y el ejemplo que dio con la propuesta de Raúl Eugenio Zaffaroni los aleja. Me dio un ejemplo”.
Aunque se encargaron de señalar públicamente que “no estaban ni alegres, ni tristes” por la renuncia de López, los diputados de la comisión de enjuiciamiento no podían ocultar que estaban exultantes. Para la mayoría de ellos, la renovación de la Corte Suprema avanzó mucho más de lo queellos mismos hubieran imaginado. Por cierto que esperan que el tema tampoco se detenga con Vázquez. “Sobre Antonio Boggiano, no hablamos nada”, confía a este diario un diputado de la comisión parlamentaria. Aquí las versiones coinciden en destacar que, llegado este punto, “se impone una consulta con la Rosada”, ya que a esa altura se habría producido el desplazamiento de la mitad del tribunal. No por ello dejan de admitir que sería importante no detenerse en Vázquez. “Si hay margen político, también habría que avanzar con Boggiano”, resumen. También marcan las diferencias con los otros casos. “El hombre tiene un currículum importante. Tiene varios libros publicados y es conocido como un conocedor del derecho privado”, señalan. A los legisladores no les pasa inadvertido un dato realmente importante: “Además Boggiano tiene tras de sí el respaldo del Opus Dei”, dicen. Por cierto, los legisladores no desconocen que los seguidores de José María Escrivá de Balaguer tienen con el papado de Juan Pablo II un espacio determinante en los esquemas de poder dentro de estructura de la Iglesia Católica. Y ése también puede ser un freno para avanzar sobre Boggiano.
En la Cámara baja también hay cierta expectativa de que el recambio se complete con la renuncia del actual titular de la Corte, Carlos Fayt. El cortesano ya puso fin a su trámite jubilatorio y los legisladores le endilgan cierto cansancio y una marcada sobreactuación de su rol docente. “Me retiro para que deliberen tranquilos”, comentan que dijo Moliné a sus pares cuando les pidió que en una acordada cuestionaran la inconstitucionalidad de su suspensión. El silencio de los cortesanos sólo fue interrumpido por las palabras de Fayt. “No olvide leer para su defensa mi libro sobre la independencia del Poder Judicial”, comentan los diputados que fue la frase que le regaló de despedida a Moliné. Dicen también que la mirada de Moliné lo decía todo.
Por lo pronto, aunque piensen en las batallas que se avecinan, los diputados festejan en privado la renuncia de López. “Creo que su renuncia facilita la renovación de la Corte Suprema. Un objetivo irrenunciable de la sociedad argentina. Así se podrá impulsar la reforma judicial necesaria para acercar la Justicia a la gente”, confía la diputada Nilda Garré a Página/12. Para otros diputados de la comisión, el caso de López “fue demasiado fácil”.
El retiro estratégico de López reavivó la nómina de posibles reemplazantes que se habían aplacado por la demora de la resolución del juicio político a Eduardo Moliné O’Connor. No hay por ahora definición, lo único seguro es que será una mujer. Los nombres en danza son los que ya se hicieron públicos: Elena Highton, Berta Kaller, Alicia Enriqueta Ruiz, Ana María Figueroa, Carmen Argibay y Aída Kemelmajer de Carlucci.
Sin embargo, varios legisladores –la mayoría justicialista– presentaron ante el Ejecutivo carpetas de posibles postulantes y todas mujeres. Es más, estos diputados consideran que este virtual cupo femenino para la Corte no debería terminar en una sola designación y aseguran que sería conveniente que la futura integración del máximo tribunal contara por lo menos con dos mujeres.
Ahora bien, no sólo la elección de la reemplazante de López es materia de discusión entre los legisladores. En el Senado, por caso, ya comenzaron a escucharse voces sobre la conveniencia de realizar un cambio en el proceso de selección de la nueva integrante de la Corte. En el bloque del PJ hay quienes plantean que sería conveniente que en esta oportunidad el Ejecutivo enviara una terna de postulantes. “Es para evitar que suceda lo mismo con Zaffaroni. Si bien el candidato era intachable, la campaña contra su candidatura fue desgastante y llegó a complicar la aprobación de su pliego”, confió a este diario un senador con predicamento en la bancada oficialista.
Subnotas