Por F. Y. y E. T.

“Sería importante que el juicio a (Eduardo) Moliné O’Connor termine con el mismo jurado que comenzó”, confía a este diario un importante senador del oficialismo. La frase habla por sí sola. Detrás de ella, los principales referentes del peronismo parlamentario no ocultan sus deseos de que el proceso contra el magistrado del alto tribunal de Justicia finalice antes del 10 de diciembre. En esa fecha se produce el recambio de un tercio del cuerpo. El juramento de los nuevos senadores y el tiempo necesario para que éstos se pongan al día con lo actuado podría demorar el caso. La primera pulseada se verá el próximo miércoles en el recinto cuando se tenga que decidir sobre las pruebas que el Senado considera válidas y cuáles rechaza. Si el oficialismo logra que no haya más de dos dictámenes en debate, habrá dado un paso importante para acelerar los tiempos. Luego de que se aprueben las modalidades de recolección de pruebas, transcurrirán los 30 días reglamentarios para finalizar con los testimonios y las pruebas. Luego vendrá el tiempo de la sentencia. Mucho tendrán que trajinar los legisladores del oficialismo para lograr que la destitución de Moliné llegue al recinto antes de fin de año.