EL PAíS
El cargo será para una mujer pero esta vez presentarían una troika
Además de Carmen Argibay y otras juristas reapareció el nombre de Daniel Sabsay. El PEN ahora propondría tres candidatos.
› Por Adriana Meyer
Aunque el Gobierno sólo adelantó que será una mujer la nueva integrante de la renovación en la Corte Suprema, varias juristas se prueban el traje porque la renuncia de Guillermo López duplica todas las posibilidades. Siete nombres ya sonaron para ocupar el lugar que dejará López en diciembre, cuando oficialmente el Ejecutivo le acepte la renuncia. Sin embargo, las candidatas podrían ser postuladas para cubrir la vacante del supremo Eduardo Moliné O’Connor si su destitución se produce antes de esa fecha. Carmen Argibay, Ana María Figueroa, Aída Kemelmajer de Carlucci, Elena Highton de Nolasco, Berta Kaller de Orchansky, Alicia Ruiz e Hilda Kogan son las mujeres de la Justicia, con perfiles profesionales diferentes aunque reconocidas en el país y en el exterior, que están en carrera para mudar sus bibliotecas al Palacio de la calle Talcahuano. A diferencia de lo que ocurrió con Raúl Zaffaroni, que fue el único candidato sometido al nuevo sistema de evaluación pública, esta vez el Gobierno podría exhibir a tres de estas juristas o una terna de la que participaría un hombre.
Si bien a nivel oficial se mantiene a rajatabla el estilo del anuncio sorpresa protagonizado por el Presidente, Carmen Argibay sigue sonando como la que tendría más chances. En la Justicia coinciden en que técnicamente tiene un nivel casi inmejorable, y una visión acertada del Poder Judicial. Al presidente Kirchner no terminaría de complacerle ninguno de los nombres que salieron a la luz, pero finalmente tomaría la decisión eligiendo entre las mujeres que ya fueron mencionadas a través de los medios, comentaron a Página/12 fuentes judiciales. Ante el desgaste público que sufrió el designado ministro de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni, en la Rosada piensan dar tres nombres para la primera etapa de evaluación pública mediante adhesiones e impugnaciones. De hecho, el decreto 222 de autolimitación del Poder Ejecutivo para la elección de los miembros de la Corte no establece que deba ser un solo candidato el elegido. Y de esa manera se produce, en todo caso, un desgaste parejo pero a la vez una virtual competencia de los candidatos. En cualquier caso, terminado ese proceso, Kirchner elegirá sólo un pliego para enviar al Senado. Pero algunos arquitectos jurídicos que rodean al Presidente imaginan que la terna podría estar integrada también por un hombre, que en caso de quedar segundo estaría bien posicionado para ocupar la tercera vacante de la renovación del máximo tribunal. En ese caso, suena fuerte otra vez el nombre del constitucionalista Daniel Sabsay, de un valorado perfil independiente, pero hay quien recuerda que antes de la postulación de Zaffaroni también fueron mencionados Esteban Righi y Atilio Alterini.
Carmen Argibay, de 64 años, es integrante del Tribunal Penal Internacional (TPI) para la ex Yugoslavia en La Haya y aunque manifestó que le gustaría integrar la Corte, “como a toda persona que ha dedicado su vida profesional a la Justicia y al Poder Judicial”, también había deslizado que quería terminar su mandato en el TPI. De todos modos, su cargo no es permanente y se ocupa sólo de algunos casos de ese organismo internacional. Su nombre volvió a escucharse ayer, a pesar de que su especialidad, el derecho penal, es la misma que la de Zaffaroni, y la renovación pretendía tener en cuenta, según el decreto, la diversidad de especializaciones. Cada una de las demás candidatas despiertan adhesiones y rechazos tanto en las filas progresistas como en las conservadoras. El Gobierno evalúa ahora, tras la cruzada de Zaffaroni, a qué sector dará representatividad para que se sigan completando los reemplazos de la mayoría automática.
A algunas de las candidatas les jugaría en contra el tope de los 75 años de edad que había establecido la reforma constitucional, aunque la Corte Suprema, a instancias de Fayt, declaró la inconstitucionalidad de esa limitación.
Subnotas