EL PAíS
› TRES MILITARES SUSPENDIDOS, VARIOS ALLANAMIENTOS
Tango que nos hiciste mal
La Presidencia descubrió que altos oficiales de la Fuerza Aérea facturaban a través de la Casa Militar valores inflados por mantenimiento del Tango 01 y del helicóptero Sikorsky. Podría haber detenciones y procesamientos.
› Por Raúl Kollmann
El escándalo del avión presidencial amenaza con salpicar a altos mandos, actuales y sobre todo anteriores, de la Fuerza Aérea Argentina y pone en la mira a quienes operaron el Tango 01 y el helicóptero Sikorsky en tiempos de Carlos Menem. Es más, el escándalo podría derivar en detenciones en las próximas horas. Para muestra basta un botón: si una empresa en una escala en Londres le facturaba a la Fuerza Aérea 13.000 dólares por servicios al Tango, la Fuerza Aérea –a través de la Casa Militar– le presentaba a Presidencia una factura falsa, de una empresa falsa, por 39.000 dólares. La sobrefacturación parece que abarcó todo: la comida en el avión, la seguridad, el combustible, el mantenimiento, los hangares, la operación en pista. La jueza María Romilda Servini de Cubría allanó las oficinas y las casas particulares en countries de Diego Cerioni y Guillermo Bunse, quienes operaban el Tango y el Sikorsky durante la década menemista. A ellos se les adjudica el armar facturas truchas por importes más que elevados, que después eran usadas por la Casa Militar para cobrarle a Presidencia. Por la responsabilidad de los aviadores en la maniobra, ayer se pidió el apartamiento de tres hombres de la fuerza, el comodoro Aldo Perotti –actual piloto del Tango 01– y los vicecomodoros Gustavo Cercedo y Ernesto Pellizaro.
El secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, empezó a percibir que los gastos del avión presidencial eran desmesurados. A raíz de ello, y con el visto bueno del primer mandatario, puso en marcha una investigación para evaluar las facturas y los fondos que se usaban en los viajes. La frutilla del postre, sin embargo, la puso una carta anónima en la que se dieron detalles de escandalosas maniobras en el último viaje de Eduardo Duhalde y el primero realizado por Néstor Kirchner, ambos a Europa.
Con los elementos acumulados, Parrilli hizo la denuncia y la causa recayó en Servini de Cubría. La magistrada ordenó seis allanamientos, que empezaron por las casas en countries de Cerioni y Bunse y las oficinas de la empresa de ambos, Sky Support, en Ezeiza y la Capital Federal. De allí, los investigadores se llevaron una laptop y abundante documentación que ahora será analizada en el juzgado de Servini. La empresa fue creada en 2001 y le armaba facturas inventadas a la Fuerza Aérea por prestaciones al Tango 01. Luego los gastos eran trasladados por la Casa Militar a Presidencia. Justamente, por la percepción de irregularidades en la Casa Militar, Parrilli le pidió al ministro de Defensa que desplace de sus puestos a los tres aviadores sospechados y, además, le dio intervención a la Auditoría General de la Nación, la Sindicatura y la Oficina Anticorrupción.
Un primer cálculo realizado en el Gobierno habla de maniobras de unos 100.000 dólares en los viajes a Europa –según consignó ayer el diario Clarín– y valores menores en los vuelos destinados a países limítrofes, lo que significa millones de dólares en los últimos años. Habrá que ver si la cifra no trepa a mucho más de diez millones de dólares si se toma en cuenta la época menemista en la que, según todo indica, se empezó a armar el negocio.
El sistema usado es sencillo:
- Cuando el avión presidencial vuela tiene que contratar servicios en los distintos aeropuertos: pagar derechos de aterrizaje, uso del hangar, carga del combustible, manejo de rampas y cargas, servicio de comidas. En cada escala hay una o varias empresas que facturan esos servicios.
- Las facturas originales nunca llegaban a Presidencia. Se las reemplazaba por otras facturas truchas, de valores mucho más elevados, y además se agregaban otras facturas por servicios que nadie prestaba. Por ejemplo, un servicio de comidas que en el aeropuerto de Londres se facturó en 8400 libras –o sea 13.000 dólares–, los integrantes de la Fuerza Aérea lo facturaban en 39.000 dólares.
- La metodología resultó grotesca. Parte de las facturas eran hechas en computadora, carecían de número o de dirección de la empresa y, a veces, ni siquiera se discriminaban valores: aparecía un monto total sin que se especificara a qué se imputaba.
- Por supuesto, aparecieron facturas de empresas inexistentes, como Firestone International Corporation (ver facsímil), que era un falso proveedor de neumáticos.
Lo que le permitió al Gobierno darle solidez a la denuncia fue que tuvo acceso a las facturas reales, o sea las emitidas por las empresas que efectivamente le dieron el servicio al Tango 01, y las facturas truchas presentadas por la Casa Militar.
Según los primeros indicios, los ex operadores de las naves en tiempos de Carlos Menem constituyeron la empresa Sky Support en 2001 y se dedicaban a estas falsificaciones. En el juzgado anoche sostenían que la documentación es abundante y con los elementos que surgen de las computadoras hay una buena base para la imputación. En principio, el delito que mencionó Parrilli en su denuncia es la defraudación de la administración pública, pero podrían surgir otras acusaciones como la de asociación ilícita, evasión y otros. La magistrado podría, una vez analizados los elementos, ordenar detenciones, empezando por las de los hombres involucrados de la Fuerza Aérea y los titulares de Sky Support.
“No nos movemos con espíritu corporativo –advirtió Parrilli anoche a este diario–. Piense que se trata de personas que han estado muy cerca del Presidente, como el comandante del avión. Pero si existen sospechas de corrupción, de ninguna manera vamos a permitir que sigan en las cercanías del Presidente. Además, resolvimos armar rápidamente un cuerpo de auditores que estudie gasto por gasto para determinar el monto de la defraudación.”
–¿La investigación abarcará todos los viajes hechos en los últimos gobiernos, incluyendo el de Carlos Menem? –preguntó este diario.
–Sí. Más allá de la pesquisa que realice la Justicia, nosotros estamos mirando con lupa todas las facturas que podemos. La falsificación en algunos casos es tan grotesca, que podremos determinar parte de las maniobras ocurridas hace tiempo –concluyó Parrilli.