EL PAíS
› EL GOBIERNO QUIERE RELANZAR EL DIALOGO CON LOS PIQUETEROS
Con teléfono abierto al piquete
Para bajar el enfrentamiento, el Gobierno relanza el “gabinete piquetero” compuesto por las segundas líneas de Trabajo, Interior, Desarrollo Social y la Secretaría General de Presidencia. Habrá un “teléfono abierto” para evitar otras crisis.
Por Laura Vales y Martín Piqué
El “gabinete piquetero” –un equipo de funcionarios encargado de atender a las organizaciones de desocupados– existe como proyecto desde los inicios del Gobierno. Pero en los últimos días, dos medidas de confrontación (el anuncio de una brigada especial para los cortes de ruta y la denuncia contra los manifestantes que bloquearon el Ministerio de Trabajo) acaban de remozarlo. En la Rosada quieren relanzar una suerte de minigabinete que atienda (a “teléfono abierto”, dicen) los reclamos surgidos del conflicto social. Buscan de esta manera evitar que se repitan episodios que vuelvan a tensionar la relación con los piqueteros.
Ese equipo está integrado por las segundas líneas de los ministerios de Desarrollo Social, Trabajo, Interior y la Secretaría General de la Presidencia. Y la función encomendada es prestar mayor atención a la relación política con las organizaciones, que Néstor Kirchner delegó en el secretario de la Presidencia Oscar Parrilli, y a la distribución de alimentos y subsidios para la producción que coordina Alicia Kirchner.
¿Quiénes son los interlocutores designados por el Presidente? A continuación, un panorama en base a lo que cuentan en el Gobierno y las organizaciones de desocupados.
- Oscar Parrilli: Lleva la discusión política y las negociaciones por los planes de empleo de cada agrupación. Neuquino, amigo personal de Kirchner desde la década del ‘70, es uno de los operadores de confianza del presidente Kirchner. Cultiva el bajo perfil, una característica que le ha permitido llevar con comodidad las relaciones con los distintos grupos.
- Rafael Folonier: Subalterno de Parrilli, es quien mantiene el trato diario con los referentes de los desocupados. “Un cincuentón setentista”, lo definen los piqueteros. En este caso, el encargado de que haya con ellos un contacto estable. Pampeano, trabajó con el gobernador Rubén Marín, afín al menemismo.
- Sergio Berni: Es el hombre de Alicia Kirchner en Desarrollo Social. Médico y ex director de hospitales en Santa Cruz, es quien se ocupa de atender los reclamos por alimentos. También monitorea el plan Manos a la Obra, que ha empezado a entregar algunos subsidios a los emprendimientos productivos para la creación de panaderías, pequeños talleres y huertas en los barrios. Este programa fue una de las claves en los acuerdos que bajaron la cantidad de protestas en el último semestre.
- Aníbal Fernández: El ministro del Interior es un viejo conocido de los piqueteros, el funcionario que históricamente ha tenido más trato con los desocupados del conurbano. Duhaldista, desde fines de los ‘90 (como secretario de Empleo bonaerense y luego ministro de Trabajo) fue quien tuvo a su cargo toda la relación con las nacientes agrupaciones de desocupados del Gran Buenos Aires. “Es simpático pero también prepotente, de querer apabullarte con el tono y la elocuencia”, lo define un jefe piquetero.
- Héctor Metón: Director del Programa Arraigo, que resuelve la cuestión de la tenencia de las tierras, Metón es primo de Aníbal Fernández, con quien trabajó en el Ministerio de Trabajo bonaerense. Su rol es importante debido a que el plan de Viviendas que se acordó con algunas organizaciones (y que es, aunque limitado, el primer programa estatal que da empleo genuino) tiene como requisito que las cooperativas piqueteras cuenten con los títulos de propiedad del lugar sobre el que van a construir. Es decir, que el Estado regularice la situación en los asentamientos y villas.
A la estructura del Plan Arraigo, como indicador de la sintonía entre el Gobierno y la Federación de Tierra y Vivienda que preside Luis D’Elía se incorporó en los últimos meses el abogado de esa organización, José “el Colorado” Rocha.
- Carlos Kunkel: Aunque no es parte del “gabinete piquetero”, sí es uno de los impulsores del piqueterismo kirchnerista, como el MTD Evita y el Frente de Desocupados Eva Perón.
Era el jefe político de Kirchner: Kunkel fue, en los ‘70, el responsable de la agrupación Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN) de la Facultad de Derecho de La Plata, donde el Presidente comenzó su militancia y conoció a su mujer, Cristina Fernández. Hoy encabeza el grupo Michelángelo, un espacio que congrega a ex montoneros, integrantes de la JP y nuevos simpatizantes.
- Pedro Cámpora: Sobrino del ex presidente Héctor J. Cámpora (el sobrenombre de “el tío” viene de él), Pedro Cámpora es la cara más amigable que los piqueteros dicen encontrar en el Ministerio de Trabajo.
Estos son los funcionarios que tratarán de que las relaciones vuelvan a normalizarse después del cimbronazo de la semana pasada. Sobre todo teniendo en cuenta la presión de aquellos sectores interesados en que el Gobierno se distancie de los piqueteros y resuelva la protesta social con represión.
En los meses iniciales de su gestión, la estrategia de abrir canales de comunicación con los desocupados y la búsqueda de acuerdos con las organizaciones más grandes había dado resultados en el objetivo oficial de bajar el número de movilizaciones. A su vez, el intento para crear un movimiento de desocupados propio, que se declare abiertamente kirchnerista, hasta ahora no logró la masividad esperada. La marcha del 17 de octubre, lejos de la idea inicial, no llenó la Plaza de Mayo como soñaban, meses atrás, algunos estrechos colaboradores del Presidente.
La ofensiva verbal y judicial que encabezaron la semana pasada el ministro del Interior Aníbal Fernández, de Trabajo Carlos Tomada y el jefe de Gabinete Alberto Fernández complicó la relación con todo el movimiento.
En la Rosada ahora dicen que a Tomada “le faltó muñeca” para manejar la protesta. Ni Aníbal Fernández, quien habló de un giro para “hacer sentir la autoridad con el Código Penal en la mano”, ni el jefe de Gabinete Alberto Fernández, quien anunció la brigada antipiquetera, volvieron a hablar del conflicto social en los últimos días.
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