EL PAíS
› UNA MULTITUD DE PIQUETEROS DUROS
MARCHO DE CONGRESO A LA PLAZA DE MAYO
Miles en contra de la criminalización
Numerosas organizaciones de desocupados se movilizaron contra la criminalización de la protesta. Aunque no adhirieron la FTV ni la CCC, fue la mayor concentración desde que asumió Kirchner. El tono fue marcadamente opositor y se llamó a una nueva marcha, esta vez el 20 de diciembre.
› Por Martín Piqué
La postal que mostraban ayer la Plaza de Mayo, el Obelisco y el centro porteño confirmó la convocatoria que mantiene el movimiento piquetero. Pese a las especulaciones oficiales sobre el “aislamiento” de esa protesta, una multitud pasó por la Plaza y sus adyacencias durante varias horas. Los oradores acusaron al Gobierno de querer avanzar en la “criminalización de la protesta” e ironizaron por el frustrado anuncio de la brigada antipiquetera. También anunciaron que el 20 de diciembre próximo volverán a convocar a la Plaza. La marcha –realizada por 32 organizaciones, con el predominio del Bloque Piquetero Nacional, el MST y el MIJD de Raúl Castells– mostró que, tras cinco meses de monopolizar la escena, el Gobierno confrontará con un nuevo adversario por izquierda que será decididamente opositor.
Por los actos reflejos de la política, esas cosas de acción y reacción, la primera movilización de la gestión de Kirchner tuvo un carácter masivo. Convocada como protesta por la denuncia contra las cuatro organizaciones que bloquearon el Ministerio de Trabajo, la marcha reunió a unas treinta mil personas –los organizadores calcularon cincuenta mil–, mientras que la policía estimó un número de siete mil, cuando las columnas habían ocupado la plaza –aunque con claros–, la avenida de Mayo desde Bolívar hasta Bernardo de Irigoyen y también parte de Diagonal Norte, cuando comenzó la desconcentración.
Fue la primera protesta callejera de dimensiones contra Kirchner. Sin embargo, su apellido no fue el centro de los cantitos, que fueron más bien dirigidos al Gobierno y no personalizados sobre el santacruceño: “Qué boludos/ qué boludos/ a la brigada se la meten en el culo”. De todas formas, sí se pudo escuchar una consigna sobre el Presidente, enarbolada por los piqueteros de la CTD Aníbal Verón, una agrupación ligada a Quebracho: “Un minuto de silencio/ para Kirchner que está muerto”. Otros se cantaban a sí mismos (“Soy piquetero/ señor/ lo llevo en el corazón”) y los más “peronistas” del FB 19 recordaban el ‘73.
También se escucharon críticas por el acuerdo con el FMI, por el cierre de la inscripción de los planes Jefes de Hogar, y avisos de que habrá más movilizaciones por cuestiones no solo reivindicativas. “Ya no alcanza con llegar a los umbrales del poder, como el 20 de diciembre de hace dos años. No alcanza con las treguas, como en Bolivia. Hay que entrar de una vez a tomar la Casa de Gobierno”, propuso Castells en el acto de cierre, en el Obelisco. La frase –altisonante– sonó coherente con el resto de los discursos, inspirados por la rebelión popular que hizo caer a Gonzalo Sánchez de Losada en Bolivia.
Casi todos los oradores resaltaron la unidad entre los desocupados y los trabajadores, en lo que pareció una estrategia para evitar el aislamiento del que se hablaba en el Gobierno. Pitrola, del Polo Obrero, reclamó un “aumento de salario” para los trabajadores ocupados y pidió también que se creen un millón de puestos de trabajo, uno de los puntos del “programa estratégico” que diseñaron las organizaciones del Bloque Piquetero. Los recursos provendrían de la estatización de las AFJP y el no pago de la deuda externa. De hecho, a la tardecita, en un local de la AFJP Siembra de la Avenida de Mayo apareció una pintada en aerosol rojo que decía “Cuando los estaticemos daremos trabajo para el pueblo”.
En la protesta participó un importante número de agrupaciones piqueteras –aunque no adhirieron la FTV de Luis D’Elía, la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie, las tres con mucha convocatoria– que se movieron con autonomía según si pertenecían, o no, a la Asamblea Nacional de Trabajadores. El MST “Teresa Vive” ocupó una parte del centro de la plaza, el MIJP de Castells se ubicó sobre Rivadavia y el MTD Aníbal Verón se mantuvo algo apartado, en Hipólito Yrigoyen. La columna más nutrida –del Polo Obrero y el MTL– llegó más tarde y llenó la parte posterior de la plaza, pero se retiró rápido por Diagonal Norte hacia el Obelisco.
Las organizaciones más chicas –como el Futrade, el Fitod y el MUP-20, que organizaron el bloqueo al Ministerio de Trabajo– o las recientes –el MTD Evita, el FB 19 de Diciembre, de extracción más “peronista”– fueron las últimas en ingresar a la Plaza. Llegaron cuando las columnas más grandes se estaban yendo, tal vez por prudencia. “Nosotros no somos kirchneristas”, aclaró a Página/12 Emilio Pérsico, abogado y coordinador del MTD Evita, quien había tenido bastante trabajo para asegurarse que las demás organizaciones no los hostigarían durante el trayecto.
Durante la marcha por las calles, los líderes caminaron en primera línea, separados de sus columnas. Además de Pitrola (Polo Obrero) y Castells (MIJD), estaban Beto Ibarra y Carlos Chile (MTL), Oscar Kuperman (C.U.Ba), Nicolás Lista (CTD Aníbal Verón) y Antonio Vitto (MTR), entre otros. Quien llamó la atención fue el ex jefe montonero Roberto Perdía, que marchó del brazo del ex candidato a jefe de Gobierno del Partido Obrero, Marcelo Ramal. “Muchos de los que están acá se solidarizaron conmigo cuando estuve detenido”, dijo Perdía. Tenía una pechera con la sigla de la OLP, con la que participó del homenaje a Evita que ofició de estreno de los movimientos piqueteros “peronistas”.
Cuando la primera fila llegó a las vallas de la Rosada, los organizadores leyeron un documento con 17 puntos que habían acordado. Reclamaron que “se desprocese a los luchadores populares”, que se reabra la inscripción de los planes Jefas y Jefes de Hogar, una jornada laboral de seis horas, el fin de la flexibilización laboral y del trabajo en negro. Habían pensado en entregar el documento al Gobierno, pero al final no lo dejaron. “Si no nos reciben Kirchner o Aníbal Fernández no entramos, porque ya nos pasó muchas veces que dijeron que nos recibiría Oscar Parrilli y al final nos atendía Rafael Folonier (asesor de Parrilli)”, se quejó Kuperman con la aprobación de todos.
La jornada de protesta terminó ante el Obelisco, donde hablaron Pitrola, Castells y el resto de los referentes de la Asamblea Nacional de Trabajadores. Allí se pudo comprobar las diferencias políticas que, hoy por hoy, separan al movimiento piquetero: mientras unos se inspiran en Bolivia para apostar por la insurrección, otros apuestan a fortalecer las organizaciones y un bloque de poder regional frente al ALCA.
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