EL PAíS
› COMUNICADO ARGENTINO-CHILENO POR EL ESPIONAJE
“Un deplorable incidente”
Kirchner y Lagos acordaron el texto y repudiaron el episodio. Varios funcionarios argentinos quieren una rápida investigación.
Los gobiernos de Argentina y Chile pusieron ayer punto final al caso de presunto espionaje protagonizado por miembros del ejército chileno en el consulado argentino de Punta Arenas. “El alto nivel de las relaciones diplomáticas y de gobierno entre ambos países ha permitido, precisamente, dar a esta lamentable materia el tratamiento adecuado”, señalaron los presidentes Néstor Kirchner y Ricardo Lagos en un comunicado conjunto, en el que calificaron como “lamentable” ese hecho y advirtieron que “contraviene normas institucionales”. Aun así, distintos funcionarios argentinos dejaron en claro que esperan una rápida investigación de la Justicia chilena sobre los móviles que llevaron a ese accionar.
La decisión de emitir un comunicado conjunto para dar por terminado el incidente que generó el confuso episodio en el consulado argentino de Punta Arenas fue tomada por Kirchner y Lagos en la conversación telefónica que mantuvieron para analizar las derivaciones del caso. La redacción del texto quedó en manos de los cancilleres Rafael Bielsa y Soledad Alvear y ambos mandatarios dieron el aval final para su difusión antes de que se diera a conocer en forma simultánea en Buenos Aires y Santiago.
“Esta acción de personal militar chileno está reñida y contraviene normas institucionales, así como el espíritu y nivel de excelencia alcanzado en la relación bilateral de ambos países, particularmente en el área de Defensa”, sostiene el comunicado, además de calificar de “deplorable incidente” el “ocurrido en la sede del Consulado General de Argentina en la ciudad de Punta Arenas”.
El texto destaca también que “el alto nivel de las relaciones diplomáticas y de gobierno” permitieron “dar a esta lamentable materia el tratamiento adecuado, posibilitando una reacción inmediata, la determinación de responsabilidades, la adopción de las sanciones pertinentes y la decisión de alcanzar el pleno esclarecimiento de los hechos”. Y en el último de sus tres puntos ratifica “la voluntad” de Argentina y Chile de “continuar trabajando en la profundización de las relaciones entre los dos países, que ha permitido una permanente coordinación en materia de interés regional y mundial, así como importantes logros y avances en todos los campos”.
El comunicado tuvo por objetivo dar por finalizado el tema en el terreno de la diplomacia, aunque las declaraciones de distintos funcionarios pusieron en evidencia que el gobierno de Kirchner espera ahora que el caso sea investigado más allá de las disculpas que hayan dado los chilenos. “Festejamos que Chile haya hecho esto con celeridad”, dijo por caso el ministro de Defensa, José Pampuro, pero también advirtió que “lo que esperamos es conocer a fondo los motivos que llevaron a la intromisión de esta persona en el consulado, y creo que eso la Justicia de Chile lo podrá llegar a determinar, si es posible, en el curso de esta semana”.
Como consecuencia del presunto caso de espionaje, el gobierno de Chile dio de baja al jefe de la Región Militar Austral, general Waldo Zauritz Sepúlveda, y al jefe de inteligencia la unidad involucrada en el hecho, Víctor Hugo Poza Reyes. Zauritz Sepúlveda era uno de los generales chilenos en ascenso y, de hecho, hace poco se había dispuesto su próximo traslado a la región de Santiago.
En sintonía con el reclamo argentino, Alvear afirmó que el episodio será investigado por la Justicia “para determinar si se trató de espionaje o robo frustrado” y volvió a calificar lo ocurrido como “un hecho bochornoso”. La canciller chilena también trató de tranquilizar a Bolivia y Perú, los otros países limítrofes con Chile, y sostuvo que “no deben sentirse preocupadas” por el episodio de presunto espionaje.