EL PAíS
› TRES COMISARIOS DE LA FEDERAL EN DISPONIBILIDAD
Coimas y mafias ambulantes
Tres comisarios de la Policía Federal, uno de ellos ascendido hace poco, fueron ayer pasados a disponibilidad de la fuerza por estar involucrados en una causa penal en la que se investiga el cobro de “coimas” a una “mafia” de vendedores ambulantes para dejarla funcionar y para prevenirla sobre inspecciones municipales. Esta medida se sumó a la de octubre pasado, cuando se relevó a casi toda la cúpula de la Policía Federal, entre ellos al jefe y el subjefe.
Se trata de los comisarios Francisco Cóppola, Víctor Vitábile y Luis Serravalle, quienes hace sólo 12 días habían sido confirmados en cargos importantes y uno de ellos había logrado un ascenso.
La denuncia en la que quedaron involucrados es por el delito de “cohecho, incumplimiento de los deberes de funcionario público y desobediencia”, todos excarcelables, que fue presentada en julio por la fiscalía general en lo contravencional porteña, causa que está a cargo del juez de instrucción Guillermo Carvajal y del fiscal Juan Manuel Sansone.
Los tres comisarios son investigados por sus presuntas vinculaciones con “jefes” de vendedores ambulantes que trabajaban en las inmediaciones del Parque Rivadavia, a quienes supuestamente les pedían coimas para evitar que pudieran ser alcanzados por las inspecciones sorpresivas.
El procedimiento habitual consiste en que los inspectores municipales deben labrar las actas de infracción, los fiscales ordenar un procedimiento cuando existe obstrucción en la vía pública y la policía implementarlo.
Precisamente el lunes pasado, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, disolvió por decreto la Dirección General de Verificaciones y Control (DGVC), de la que dependían unos 300 inspectores municipales, en una medida que calificó de “cirugía” ante las continuas denuncias de corrupción en ese área.
En la causa está imputado como jefe de la organización un hombre que, según las denuncias, llegó a someter a palizas a humildes vendedores de nacionalidad peruana porque no les alcanzaba el dinero para pagar “un peaje”.