“Por ahora no hay nada.” Esa es la explicación que surge del grueso de los referentes del Frente Renovador para negar un posible acuerdo electoral con la alianza Cambiemos que encabeza Mauricio Macri, al menos antes de la elección general de octubre. La foto junto a Macri y la candidata de Progresistas, Margarita Stolbizer, –afirman cerca del líder renovador– fue parte de “la disputa por el liderazgo opositor” y para no cederle al alcalde porteño la iniciativa en los cuestionamientos al oficialismo por las denuncias de anomalías en la elección tucumana. “Macri es nuestro rival a vencer para entrar al ballottage” con el oficialista Daniel Scioli, coincidieron varios dirigentes renovadores consultados por Página/12. “Sería un error estratégico”, sumaron unos. “No vamos a ser furgón de cola de Macri”, sentenciaron otros. Por eso, insistieron, Massa dejó en claro que el acuerdo opositor es solo para “impulsar un sistema electoral más transparente” para octubre e hizo pública sus cartas a los distintos candidatos presidenciables –incluido Scioli– para mostrarse como el “convocante” e intentar desplazar a Macri del centro de la escena.

Los hombres cercanos al candidato presidencial de UNA afirman incluso que Massa estuvo a punto de patear el tablero del cónclave opositor porque se negó a suscribir la idea del candidato a gobernador del frente opositor tucumano Acuerdo para el Bicentenario, José Cano, de denunciar “fraude electoral” en Tucumán: “Buscan estigmatizar al peronismo en cada elección y nosotros somos peronistas”, dijeron a Página/12.

Tampoco dejaron pasar por alto que el Frente Renovador no fue un convidado de piedra en la disputa tucumana. El compañero de fórmula de Cano, el intendente peronista de San Miguel de Tucumán, Domingo Amaya (que desertó del oficialismo provincial), es un aliado del massismo, igual que su sucesor electo y también peronista, Germán Alfaro. “Nosotros tenemos más para festejar que Macri en Tucumán”, chicanearon ante Página/12. Y recordaron que UNA solo estuvo apenas tres puntos por debajo de Macri en las PASO nacionales de esa provincia, aunque lejos de Scioli, que le sacó más de 37 puntos de ventaja a ambos. “Macri es nuestro rival a vencer para entrar al ballottage” con Scioli, insistieron desde el entorno de Massa.

En el bloque massista de diputados también señalaron que el acuerdo con el macrismo sólo alcanza al trabajo legislativo para intentar vencer la resistencia del oficialismo a cambiar el sistema electoral “por otro más transparente y sano” para la elección general de octubre, y al que también adhieren otras bancadas de la oposición. “Por ahora no hay nada”, dijeron a este diario quienes están abocados a esa tarea en el Congreso para desechar un acuerdo electoral con Macri, luego de reunirse con el líder renovador que fijó la estrategia parlamentaria.

Algunos massistas más osados le adjudican al Círculo Rojo –como definió el propio Macri al poder fáctico– las versiones, “otra vez”, sobre un acuerdo electoral que disparó la foto Macri-Massa-Stolbizer. “No se puede ser interpretado como un acuerdo electoral, sino como una responsabilidad institucional”, dijo Massa tras el cónclave opositor para intentar desmarcarse de caulquier pacto de cara a octubre.

“La idea fue no cederle a Macri el liderazgo opositor”, afirmaron cerca del ex intendente de Tigre. Massa completó la embestida para pararse en el centro de la escena, difundiendo el viernes las cartas que envió a los candidatos presidenciales que competirán en octubre, incluido Daniel Scioli. Massa expresa allí su “profunda preocupación por los lamentables hechos ocurridos en Tucumán y comunicarle nuestro compromiso por garantizar un proceso electoral más democrático y transparente con miras a la elección del 25 de octubre”. Explica su favoritismo por el “voto electrónico” pero contempla como alternativa la opción de reemplazar la boleta partidaria por la “boleta única”, que ya experimentaron Córdoba y Santa Fe, además de proponer a la ONG Poder Ciudadano (muchos de cuyos integrantes terminaron como candidatos en las boletas macristas) como coordinador de una mesa de trabajo conjunto.

Claro que las misivas también llevan dardos políticos para sus principales adversarios. “Aunque guardo la íntima convicción de que no han sido de su directa responsabilidad los hechos que son de dominio público, temo que su pasividad pueda colocarlo en el triste papel de cómplice”, dice un párrafo del texto dirigido a Scioli. Los asesores massistas sostienen que golpeando al gobernador bonaerense, en un contexto que aseveran de “debilidad”, se le pueden “arrebatar votos peronistas”.

“Frente a la gravedad institucional que enfrentamos, debemos deponer intereses políticos y partidarios”, le escribió a Macri. Allí también los renovadores no solo creen que le pueden disputarle el centro del espacio opositor al jefe de Gobierno porteño sino también quitarle votos dentro del antikirchnerismo “menos antiperonista”.

Aunque dentro del Frente Renovador no todos coinciden en cerrarle definitivamente las puertas a un acuerdo con Macri. Quienes prolongan la indefinición y aseguran que “por ahora no hay nada”, se justifican afirmando que será Massa quien ingrese al ballottage. Otros quieren desecharlo de cuajo y lo hacen público. “No hay ninguna posibilidad de votar a Macri, eso lo tengo claro”, dijo el ex jefe de Gabinete y actual colaborador massista Alberto Fernández. “Dije que no votaría a Macri en ninguna circunstancia, soy peronista y Macri es un dirigente que representa a la derecha y sus intereses”, había dicho Facundo Moyano, primer candidato a diputado nacional por la provincia, en una entrevista con Página/12. “Me he tragado varios sapos pero hay algunos que no me voy a tragar”, expresó en su cuenta de Facebook el intendente de Villaguay y candidato a gobernador de Entre Ríos por el massismo, Adrián Fuertes, para aclarar que Macri es un límite para muchos peronistas renovadores.