EL PAíS
En Entre Ríos, la victoria fue de Jorge Busti y sus dos apoyos
Cuando recibió la llamada de
Kirchner para felicitarlo, Busti sonrió satisfecho. Tras varios tropiezos, el triunfo lo devuelve al redil presidencial, de la mano de su vice Guastavino y del intendente electo de la ciudad de Paraná, Julio Solanas.
› Por Felipe Yapur
“Gozala, Jorge, porque éste es un gran triunfo.” La frase que surgió del teléfono lo alegró tanto que no pudo evitar la sonrisa. Una vez que cortó la comunicación, la repitió a todo aquel que se le acercara. Es que quien felicitó a Jorge Busti era Néstor Kirchner, y para el gobernador electo no era un dato menor porque significa un claro y necesario mejoramiento de la relación con el Presidente, deteriorada desde los comicios presidenciales cuando el entrerriano se mantuvo prescindente de las candidaturas. De todas formas, el triunfo no es sólo de Busti porque en la capital provincial se impuso el justicialista Julio Solanas por un amplio margen. Esto obligará al todavía senador nacional a compartir el poder con un hombre que mantiene una relación mucho más estrecha con el patagónico. Así, al cierre de esta edición con 37,68 por ciento de mesas escrutadas, el PJ se imponía con el 45,88 por ciento de los votos sobre el 36,6 del radical Sergio Varisco.
El clima previo a los comicios no era el mejor. Los hechos de violencia durante la campaña hacían presagiar inconvenientes. Sin embargo, nada pasó. Los entrerrianos votaron con tranquilidad. Desde las 11, cada sesenta minutos, Busti recibió encuestas a boca de urna que le proveyó la consultora de Enrique Zuleta Puceiro. En todos los cortes, el justicialista superó al candidato radical, por un porcentaje que fluctuó entre 18 y 13 puntos. Estos datos tranquilizaron al legislador nacional y junto a unos amigos se dedicó a mirar el partido de Boca por televisión. No era para menos: le estaba dando al Gobierno central una provincia hasta ayer en manos de la UCR. Diferente era la situación en el comando radical, donde desde temprano las caras presagiaban el peor de los resultados.
La principal razón del triunfo justicialista fue la capacidad de Busti para instalar la idea de que él representaba el kirchnerismo en la provincia. Para ello contó con la inestimable ayuda de su vicegobernador, Pedro Guastavino, quien es tal vez el hombre más cercano al Presidente en Entre Ríos, y la del intendente electo Solanas. Con estos laderos y este resultado, Busti sabe que ahora podrá ingresar al redil kirchnerista, fruto vedado por su prescindencia en las elecciones presidenciales y, sobre todo, por su respaldo a Luis Barrionuevo en la Cámara alta cuando la senadora Cristina Fernández de Kirchner encabezó el intento de destituir al catamarqueño.
Las alianzas de Busti a nivel nacional quedaron claras a la hora de los agradecimientos. Primero que nada dijo que el resultado “es un triunfo de Kirchner”. Luego enumeró a los dirigentes nacionales que lo llamaron para felicitarlo. Destacó al gobernador bonaerense, a quien denominó “mi amigo Felipe Solá”, y, casi al pasar, nombró a Eduardo Duhalde, con quien mantiene una fría relación desde que el ex presidente no lo respaldó en el juicio político contra Montiel.
Al triunfador también lo favoreció la dispersión del voto “anti-Busti”, que no se quedó en el radicalismo –como se esperanzaba Varisco, que lo buscó a través de la convocatoria al voto útil– y se concentró en el Nuevo Espacio que tenía como candidato al rebelde del PJ, Emilio Martínez Garbino.
El radical, en cambio, no pudo despegarse de la pesada herencia que resultó la gestión de Sergio Montiel, tal vez la peor vista desde que se recuperó la democracia. Creyó que el simple hecho de haber superado a los representantes del actual gobernador en la interna partidaria era suficiente. Se equivocó. Nunca se podrá saber, pero de haber prosperado el intento de unificar las candidaturas de Varisco y Garbino, es probable que otra hubiera sido la historia.
Solanas también aportó lo suyo al recuperar Paraná. Entre sus colaboradores la alegría era total y anoche festejaban en la plaza 1º deMayo de la capital provincial. El dato que aportaban a la prensa era que a las 13 –y remarcaban con firmeza el horario– recibió el llamado de Kirchner para felicitarlo por el triunfo. “A esa hora y con las encuestas a boca de urna que recibía en la Rosada, le anticipó el resultado. Si hasta lo trató de intendente”, aseguró a este diario uno de los allegados del electo jefe comunal.
Sólo el 3 por ciento de las mesas escrutadas –donde figuraban datos de Paraná y nada de su Concordia natal– le permitió a Busti anunciar que ya era el nuevo gobernador. Sin embargo, el triunfo tiene un costo político que seguramente se verá con el devenir de su gestión. Es que deberá compartir el control del PJ entrerriano con Solanas, quien todavía no asumió como intendente y ya suena como el sucesor natural de Busti.
“Regreso sin espíritu revanchista”, aseguró anoche desde Concordia el ganador. Rápidamente buscó imprimirle a su inminente gestión el perfil del patagónico al anunciar que el primer decreto que firmará será el de la autolimitación en la designación de unos 24 magistrados judiciales: “Como se hizo en la Nación, los jueces serán electos en audiencias públicas”, dijo sonriente.
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