Sáb 29.11.2003

EL PAíS  › CARRIO SE DIFERENCIA DEL RESTO DEL CENTROIZQUIERDA

“Ellos son pasajeros en tránsito”

Mientras que los otros referentes debaten el futuro del progresismo –Ibarra, Binner, Sabbatella, Juez–, la líder del ARI divide las aguas en cuatro categorías políticas: el PJ, la UCR, el ARI y los que están en tránsito hacia el peronismo o hacia otro sitio. Allí pone a Ibarra y a Romá.

› Por José Natanson

Elisa Carrió no duda. “Ahora todo está más claro”, dice la líder del ARI, y define dos constelaciones diferentes en el universo político argentino: el peronismo, por un lado, y el centroizquierda, por otro. En el medio se ubicarían lo que la chaqueña llama “pasajeros en tránsito”, habitantes de la transversalidad que –como los aeropuertos– es un no lugar. Allí militan antiguos operadores, como Rafael “Balito” Romá, y viejos aliados, como Aníbal Ibarra. “Están confundidos si creen que van a un lugar diferente al del movimiento nacional justicialista”, sostiene Carrió. Y, aunque admite que para mantener su postura tuvo que sobreactuar ciertas definiciones, dice que no se arrepiente. Es más: asegura que está dispuesta a ser candidata en la Capital en el 2005, aun si tiene que enfrentar a Kir- chner o Ibarra. “Si es necesario lo voy a hacer”, promete.
–¿Cómo tomó la decisión de Romá?
–Bien.
–¿En serio?
–Sí, porque blanquea la situación. No debe ser entendido como traición. Este es un proceso muy complejo y de cambio que confunde. Yo no tengo ningún interés en causarle ningún daño personal, porque le tengo afecto. Le agradezco profundamente, porque ha estado en momentos difíciles al lado mío y yo de esas cosas no me olvido. Romá tenía derecho, y de hecho lo habíamos conversado, de volver al peronismo.
–Pero Romá no vuelve al PJ.
–Vuelve al movimiento.
–¿Ibarra está en el movimiento justicialista?
–Ibarra está confundido. El proceso se puede entender bien al analizar cómo quedó configurado el universo político. Las definiciones de Cristina Kirchner son esclarecedoras. Dijo: “No somos progres, somos peronistas”. Esas definiciones trajeron definitiva luz sobre el escenario político.
–¿Cómo queda el escenario?
–A partir del 10 de diciembre hay una categoría, que está muy clara en el discurso de Cristina, que es el movimiento justicialista, integrado desde Menem, Saadi, Duhalde e Insfran hasta Kirchner. Es un movimiento que ha tenido capacidad para transformar el país, como en el ‘45, y capacidad de entregarlo, como en los ‘90. En esto no ha cambiado nada respecto de la historia de los últimos 50 años. La segunda categoría es el viejo radicalismo, que ha perdido representación en los grandes centros urbanos pero retiene algunas provincias. En la tercera categoría está el ARI, que cree que ni el radicalismo ni el peronismo pueden sacar al país a una nueva síntesis cultural y política, y que cree que hay que hacer una síntesis entre república y distribución del ingreso. Y hay una cuarta categoría que es la de los pasajeros en tránsito.
–¿En tránsito hacia dónde?
–Están en el aeropuerto, que es un no lugar. Están saliendo de la tercera categoría u otros lugares y no saben claramente adónde van. En ese no lugar hay dos tipos de pasajeros: con boleto hacia el movimiento nacional justicialista, y los que están esperando que aclare a ver adónde van. Este es el universo, sobre este mapa hay que jugar.
–¿Ibarra y Romá son pasajeros en tránsito?
–Yo no voy a decir dónde está cada uno, pero el mejor aeropuerto que tiene el país es sin duda el de la Capital. Ahí están todos los pasajeros en tránsito. Pero yo no elijo el lugar de cada uno.
–Pero al armar esas categorías usted ubica a la gente en determinado lugar.
–El criterio de clasificación es el que eligió el poder. Y es clarísimo, tan claro como el nuestro. Nosotros ahí no estamos. Vamos a hacer oposición y creemos en una idea superadora. Los que no lo tienen claro son otros. No nosotros, ni tampoco el Presidente, que lo tiene bien claro. Los que están confundidos son los que creen que van a un lugar diferente al del movimiento nacional justicialista.
–¿La transversalidad es un modo de disfrazar un tránsito hacia el PJ?
–Vuelvo a la definición del poder. La transversalidad es la aspiración frentista o movimientista del peronismo. Es un debate interesante, y por eso tuvimos que resistir tan fuertemente para que estas categorías se transparenten. Una confusión mía hubiese significado que hoy no estemos como tercera fuerza o en la tercera categoría. Estaríamos con Duhalde, Menem y otros en el movimiento peronista. Ahora está clarísimo por qué peleamos tanto estos tres meses: para evitar la confusión.
–Pero las categorías pueden ser más complejas. De hecho, Ibarra estará confundido pero fue su candidato en la Capital.
–Nosotros tuvimos una definición estratégica, que era que no llegue Macri. Y para eso había que ayudar a que avance Ibarra. Nosotros lo hicimos, a cambio de nada. Nosotros tenemos una clara concepción estratégica. No nos arrepentimos de haber apoyado a Kirchner. Nos parece un avance en términos del movimiento justicialista. Después clarificamos que nuestro destino era ser oposición, pero creemos que fue un avance para la Nación. Y no nos arrepentimos de haber apostado por Ibarra porque Macri era un retroceso en la configuración de un nuevo país.
–¿Cómo se explica que haya apoyado a Ibarra y que ahora el ARI no participe del gabinete?
–No había que aceptar cargos en el gabinete justamente para perfilar el sentido estratégico de la fuerza. Nosotros no podemos estar en compromisos políticos mayores con personas que fluctúan entre el oficialismo y la oposición. En los sistemas democráticos no hay no lugares: o estás en el Gobierno o en la oposición. Y yo no quiero estar en ningún aeropuerto. La sociedad tiene claro dónde estamos: Kirchner está en el Gobierno y nosotros estamos en la oposición, construyendo una fuerza superadora con muchas dificultades. Yo siempre lo tuve claro. La verdad es que terminamos este proceso muy bien. Tenemos todos los diputados nacionales, nuestra dirigencia estructurada en las provincias. Como la situación era difícil y las agendas se confundían había que poder bancarse esta transición, sobreactuar algunas cosas para marcar el camino.
–¿Hubo una sobreactuación de su parte?
–Absolutamente.
–¿Premeditada?
–Sí. Los demás suponen que me enojo porque soy irascible, pero yo me enojo cuando quiero.
–Entonces no se enoja.
–Es cierto. Manifiesto enojo para sostener una posición.
–¿No tiene miedo de que se deshilache el ARI?
–No. La intransigencia es lo que nos permitió sostener un lugar para un crecimiento posterior. Lo peor que nos hubiera podido pasar era plegarnos a la confusión, porque ahí nos disolvíamos. En momentos difíciles hay que aglutinarse y volverse intransigente. Nosotros no pensamos en términos de coyuntura, sino de mediano y largo plazo. Tenemos una perspectiva distinta y podemos operar de manera diferente. No nos interesa el cargo, el ministerio, la ocupación de estructuras. Estamos pensando en cómo se arma el país para el futuro.
–Pero una fuerza política que se sostenga en el tiempo necesita lugares institucionales.
–Tenemos muchos lugares institucionales. De los cuatro candidatos, Menem y Rodríguez Saá quedaron disueltos y hoy no tienen legitimidad pública. López Murphy con Recrear logró dos diputados. Nosotros mantuvimos los trece diputados, diputados provinciales, concejales e intendencias y un partido organizado en 24 distritos. Lo que pasa es que había que tener paciencia, dejar pasar la confusión y resistir en una posición. Si el ARI no hubiera resistido no existiría la tercera categoría y el país hubiera vuelto al pasado: movimiento justicialista por un lado y radicalismo porel otro. Nosotros evitamos esa catástrofe. En cuanto esto decante, para marzo, iniciaremos un camino de un diálogo interfuerzas con aquellos que quieran estar en esta categoría. Con el socialismo, sectores de la CTA, aunque no toda, sectores independientes.
–¿Por qué el peronismo y el radicalismo están en un lugar totalmente diferente al del ARI?
–En los últimos 30 años se ha demostrado que no fueron capaces de construir otra idea de Nación. El peronismo, que tuvo en su origen una gran capacidad de transformación social, siempre tuvo un gran desprecio por la república. Y el radicalismo respetó entre comillas la república pero fue incapaz de producir la transformación social. Esa disociación cultural produjo la tragedia de la Nación. La única salida es la constitución de una fuerza superadora que provoque la síntesis entre instituciones republicanas fuertes, ley fuerte y redistribución del ingreso. Y esto no lo pueden hacer las fuerzas que nos llevaron a la tragedia. Nuestro camino es más largo y más difícil. Pero que sea difícil no significa que sea imposible. Por eso estamos en desacuerdo con la resignación de vastos sectores intelectuales y de muchos políticos que creen que hay que condenarse al pasado por incapacidad para construir el futuro. Los partidos mayoritarios van girando desde el centroizquierda al centro. Nosotros queremos hacer eso, pero con dos ejes claros. Una gran bandera de centro, que es la república, y una bandera de centroizquierda, que es la lucha por la redistribución del ingreso.
–¿El Gobierno no está cumpliendo con esos dos ejes?
–No.
–Pero usted misma reconoció avances institucionales importantes, como la nulidad de las leyes de impunidad.
–La república se mide por la división y limitación del poder. Y con cinco leyes con poderes absolutos para la Presidencia la verdad es que se degrada la república. No hay prevalencia de los factores republicanos, aunque puede haber una coincidencia en sacar lo peor de lo viejo. Yo sigo rescatando de Kirchner algo enormemente sanador, que es la nulidad de las leyes. Hoy no tendría quizás muchas razones para decir por qué apoyé a Kirchner para la segunda vuelta, pero estoy justificada por esa razón.
–En su decisión de consolidarse en un lugar de oposición, ¿cómo imagina su futuro?
–Estoy muy contenta. En diciembre dejo la banca. Probé que los líderes políticos pueden quedarse sin cargos, sin prebendas y sin privilegios para poder transitar la política desde otro lugar. Estoy armando un instituto de formación para dirigentes.
–¿Va a ser candidata en el 2005?
–Si es necesario lo voy a ser.
–¿Dónde?
–En la Capital.
–Quizás eso implique enfrentar a Kirchner o a Ibarra.
–Si es necesario lo voy a hacer.

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