Atestada de fotógrafos, periodistas y asesores, la pequeña sala en el hotel Sheraton Libertador mostraba al seleccionado del centroizquierda. Estaban los intendentes de las dos ciudades más grandes del país, Aníbal Ibarra (Buenos Aires) y Hermes Binner (Rosario), el peronista disidente Luis Juez –vencedor del delasotismo en Córdoba capital– y el reelecto intendente de Morón, Martín Sabbatella. Como anfitrión, luciendo su oficio de conductor televisivo, Carlos “Chacho” Alvarez. Faltaba Elisa Carrió, quien aun estando ausente ocupó una parte del debate, especialmente por su pelea con Ibarra tras la designación de Rafael “Balito” Romá.
Habían sido invitados por Alvarez a su programa, “El Poder de las Ideas”, para discutir sobre la construcción del espacio político progresista. “Dejemos de lado la palabra transversalidad”, aclaró el ex vice una vez que las cámaras empezaron a grabar. Esa palabra quedó asociada a la búsqueda extramuros del presidente Néstor Kir-chner. Alvarez prefirió no usarla para no herir la sensibilidad de quienes no quieren depender tanto del Gobierno. Entonces, el proyecto de unir a los nuevos actores políticos opuestos al bipartidismo quedó sin nombre y cada orador lo llamó a su gusto.
El peronismo
Aunque el debate los mostró distendidos, (“Aníbal”, “Martín”, “Hermes”, “Chacho”, se llamaban entre sí), también expuso sus diferencias a la hora de relacionarse con el Gobierno. Ibarra, por ejemplo, pronosticó una ruptura en el peronismo y opinó que esa situación permitirá la consolidación del espacio progresista. “La estructura nacional (del progresismo) se va a crear a partir de una fractura. Porque en un momento la estructura que acompañó al Presidente va a confrontar, es inevitable. Aunque eso puede llevar un tiempo”, dijo. Minutos después Sabbatella opinó lo contrario. “No se puede construir el nuevo progresismo a partir de la interna del peronismo”, advirtió.
Otro cruce lo protagonizaron Sabbatella y Alvarez, cuando el primero cuestionó en bloque al justicialismo. “Es muy difícil construir lo nuevo con estructuras viejas. Es imposible. Esos sectores se resisten a cambiar, porque con el cambio se pone en juego su propia supervivencia”, afirmó. La frase sonó como una referencia implícita a las tensiones entre Felipe Solá y los intendentes y legisladores del duhaldismo. “Son estructuras irrecuperables, caducas”, agregó Sabbatella en relación al PJ y la UCR –antes había reconocido a algunas figuras de ambos partidos–. “Si hubieras dicho eso hace unos meses, Luis (Juez) no podría estar acá”, retrucó Chacho. Y luego aseguró que los peronistas disidentes como Juez son claves para que el progresismo logre mayor inserción en el interior del país.
El debate se sucedía en bloques de quince minutos. La escenografía era austera, a pesar del hotel cinco estrellas. Binner, Ibarra, Sabbatella y Juez rodeaban una pequeña mesa ratona, mientras Alvarez dirigía la charla desde un sillón de estilo francés. El ex vice hablaba como si estuviera coordinando una reunión partidaria. Apenas miraba a cámara para abrir y cerrar los bloques. “Ahora sí queda claro que Chacho es el conductor”, lo gastó Ibarra en un momento, cuando las cámaras se habían apagado.
La gestión
En el resumen de la charla se destacaron los acuerdos, los elogios y la apelación a la “gestión” como el signo del nuevo progresismo. “Tenemos que vincular todo con la gestión. Con la capacidad para llevar adelante los principios en la práctica, para administrar conflictos. Eso es lo más difícil”, dijo Ibarra. “Tenemos que fundar un progresismo de gestión, que se hace cargo, que puede afrontar los problemas de la sociedad”, coincidió Sabbatella. “Ellos (por Binner, Ibarra y Sabbatella) vienen de gestiones exitosísimas y hay que copiar lo que ya tuvo éxito”, elogió Juez. Con voz grave y pausada, Binner dijo que la democracia está en crisis y que el “que se vayan todos” aún sigue vigente. “La democracia representativa está cuestionada. Hay una fractura entre la sociedad civil y la política. En las últimas elecciones de Santa Fe, más del 50 por ciento de los electores impugnaron su voto”, afirmó. En ese punto, Alvarez interpuso un argumento que fue compartido por Ibarra y, luego, por el propio Binner. “En la Argentina ha cambiado el clima. El gobierno de Kirchner ha logrado más autonomía para la política”, aseguró. Después señaló que un reciente estudio de una encuestadora arrojó que las dos instituciones más creíbles de la Argentina son “los bomberos... y el presidente Kirchner”. Como se ve, elogios no faltaron.
Carrió
Uno de los momentos más densos se produjo cuando Sabbatella nombró a Carrió, cada vez más distanciada de Ibarra y de Kirchner (ver página 3). “Este espacio progresista tiene que contemplar a Lilita Carrió”, dijo. “Los que estamos acá, incluyendo a Lilita Carrió, apostamos por la recuperación de la política y de las ideas. Aquí no hay un liderazgo excluyente”, advirtió Sabbatella.
La mención a la líder del ARI no pasó inadvertida. Luego de definirse como “orgullosamente peronista”, Juez enalteció el gesto de Sabbatella. “Con lo que significa cargar a los hombros a Lilita”, ironizó el cordobés. Algo similar hizo Ibarra, que por sus últimas decisiones se convirtió en uno de los blancos predilectos de la diputada. “Lilita es una dirigente que forma parte de este espacio político y es necesaria para lo que tenemos que hacer hacia adelante”, remarcó. Binner, entretanto, asentía en silencio. En cambio, Alvarez, tal vez por su rol de presentador, no emitió opinión alguna sobre Carrió.
¿Tranversalidad?
Los oradores coincidieron también en la crítica a los partidos tradicionales. “Tenemos que terminar con la lógica que todo el que está dentro de un partido es, por eso mismo, bueno o malo. No todos los que están en mi partido son buenos, ni todos los que están en los otros son malos. Aunque tampoco es cuestión de demonizar estructuras. Hay que reconocer la diversidad de orígenes y las capacidades de gestión”, evaluó Ibarra. “La pertenencia partidaria hoy dice poco, son estructuras vacías”, coincidió Sabbatella. “La sociedad demandaba un cambio y se puede llegar a encontrar con que volvemos al viejo bipartidismo”, alertó Alvarez.
Con un perfil distinto, Binner mostró más preocupación por la crisis de representatividad y propuso como solución profundizar la participación popular. “A la democracia representativa la tenemos que engordar con democracia participativa”, dijo el socialista. Luego destacó experiencias como el Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo) y el presupuesto participativo que implementó en su ciudad por inspiración del PT de Porto Alegre. Los demás participantes volvieron a llevar el tema a la discusión sobre las fronteras partidarias.
Humor cordobés
El debate derivó entonces en una crítica hacia los sectores del peronismo que acompañan a Kirchner pero que “resisten la agenda que propone el Presidente”, en palabras de Alvarez. “Hay que terminar con la lógica de aquellos que apoyan a cualquiera simplemente por pertenecer al justicialismo. Ahí prevalece el partido sobre los contenidos”, cuestionó Ibarra, quien como ejemplo lanzó el nombre del santiagueño Carlos Juárez. Para dar un ejemplo de esa contradicción, el cordobés Juez contó que había estado en la jura de los nuevos senadores, el jueves, en el Congreso. “Después de saludar a algunos senadores tenía que contarme los dedos para ver si no se habían quedado con alguno”, bromeó. El intendente de Córdoba exponía sus ideas tirando un chiste tras otro. “En el peronismo, hay algunos que son más peligrosos que piraña en inodoro”, acusó mientras todos contenían la risa. Binner, Ibarra y Sabbatella también. Sólo Alvarez destacó la pertinencia de sus chistes. Pero todos festejaron una de sus ocurrencias para definir la respuesta del PJ ante la demanda de “que se vayan todos”. “No solamente no se fue nadie, sino que la abuela tuvo nietos.”