EL PAíS › RICARDO PIGNANELLI, SECRETARIO GENERAL DEL SMATA
El líder del sindicato de los mecánicos remarcó que hasta ahora Macri benefició a los sectores empresario, agrícola-ganadero y financiero. Advirtió que es necesaria “una primera acción fundamental dirigida al movimiento obrero: despidos cero”.
› Por Nicolás Lantos
“Es necesario que el Gobierno tenga una primera acción fundamental dirigida al movimiento obrero: despidos cero”, plantea Ricardo Pignanelli, el secretario general de Smata, uno de los gremios industriales más importantes del país, a una semana del comienzo de la presidencia de Mauricio Macri. En diálogo con Páginað12 y acompañado por el secretario adjunto del gremio, Mario “Paco” Manrique, Pignanelli manifestó su preocupación porque “todas las medidas que se tomaron hasta el momento fueron las que necesitaba el mercado”.
–¿Se puede hacer un análisis del gobierno de Mauricio Macri en base a las medidas que tomó en estos primeros días?
–Creo que hay que esperar. Todavía esta nueva forma de gobernar, este cambio, no lo alcanza a palpar el trabajador. El pueblo quería un cambio y muchos trabajadores, que son pueblo, querían un cambio. Por ahí cambio de actitudes, por ahí cambio de formas, lo que estoy seguro es que no querían un cambio de modelo. Porque el modelo fue el que incorporó a cinco millones de argentinos, a tener nuevamente la cultura del trabajo, la dignidad de trabajar. Al pueblo que lo votó le entró eso de pobreza cero, eso de trabajo para todos, eso de trabajo en lugar de subsidios, eso es parte de la cultura de los trabajadores argentinos. Entonces, como decía el General, tenemos que ser sabios y prudentes, más allá de que todas las medidas que se tomaron no le llegaron aún al pueblo trabajador, hay que apretar los dientes y esperar para ver si este cambio que se planteó es el cambio que estaba esperando la gente. Todas las medidas que se tomaron hasta ahora no reflejan ese cambio. Pero hay que darle un tiempo de gobernabilidad tranquila para que el pensamiento de los que están gobernando no se altere con conflictos que todavía no se deben hacer.
–¿Se refiere a la marcha que convocaron sectores del sindicalismo para el martes?
–Me refiero a todas las marchas. No especifico a las de un sector. Yo creo que tenemos la obligación de darle los 100 días para ver el resultado de todas las medidas que tomó más todas las que aún tiene que tomar.
–¿Por qué decidieron no participar de la conferencia de prensa conjunta entre diferentes sectores de la CGT que se hizo en Azopardo el viernes?
Mario Manrique: –La unidad del movimiento obrero por lógica es algo necesario. ¿Quién puede discutir que es necesario? El tema es la forma y los objetivos que se persiguen: una cosa es unirse y otra cosa es juntarse. Unirnos nos deberíamos unir por objetivos comunes y con unidad de concepción, cosa que hoy es muy difícil porque todavía siguen persistiendo las mismas cuestiones que nos dividieron. Prometer hoy unidad es más una declamación política que una realidad.
–En el gobierno nacional se habla de establecer un pacto social. ¿Se sentarían a discutir un acuerdo en esos términos?
M. M.: –Un pacto social como se propone, nadie puede rehuir a esa situación, es una charla que hay que dar, pero primero hay que analizar qué país queremos. Estas primeras medidas son difíciles de analizar. Porque es como un cuadro, primero pintás la base, y si tengo que ver la base que se está pintando del cuadro, es negra. Pero por ahí dentro de diez días le empiezan a dar color y lo que pensabas que es negro toma un cariz distinto.
Ricardo Pignanelli: –El único pacto social posible es el que se hace entre tres partes: los formadores de precios, los empresarios; la Confederación General del Trabajo y el Estado. Eso sólo lo logró hacer funcionar Perón con un poder político muy fuerte en las tres patas. Tiene que haber un empresariado conducido por una figura fuerte, en ese caso era Gelbard. Tiene que haber un gobierno muy fuerte, que conducía Perón. Y una CGT muy fuerte como era la de Rucci. Era un pacto social muy bien planificado, con acuerdos cuatrimestrales en salarios y precios que aumentaban en función de eso, todo discutido en la misma mesa, viendo la plantilla de costos. Mientras duró la fortaleza de esos actores, el pacto funcionó, con índices de inflación bajo, producto bruto alto y la mejor repartija de la historia, casi cincuenta-cincuenta. Esto dejó de funcionar cuando esos actores fueron desplazados, a algunos los mataron, y ese equilibrio se violentó. Eso desembocó en la primera hiperinflación en la Argentina, de la mano de un ingeniero, Celestino Rodríguez. Después vino el golpe militar y empezamos el camino del neoliberalismo.
–¿Hoy cree que están dadas las condiciones para que se avance en un pacto de esas características?
–Un pacto social requiere un modelo integrador donde todos nos sintamos contenidos y progresemos. Eso lo vas a tener si sabés qué modelo seguir. Hay muchos intereses que por ahí la vorágine de todo lo que pasó no hace ver que todas las actividades son importantes y a todas las actividades les toca discutir con actores distintos. La actividad industrial es en un momento crítico la primera que empieza a tener problemas. Somos los primeros que tenemos que lidiar con los problemas importantes, principalmente, mantener las fuentes de trabajo.
–Esta semana ya hubo algunas empresas que anunciaron despidos. El caso más resonante fue el de Siderca...
–Nosotros también tenemos posibilidades de perder puestos de trabajo. Nosotros lo estamos conteniendo. Pero es necesario que el Gobierno tenga la primera acción fundamental dirigida al movimiento obrero, el primer decreto, diría yo. Porque para llegar a la pobreza cero tenemos que tener trabajo. Entonces lo primero que necesitamos es cero despidos. Partamos de cero despidos y después empezamos a discutir todo. Salvo temas disciplinarios, no puede haber reducción de fuentes de trabajo. Cero. No a la caída de un solo puesto laboral. Yo creo que es importante que el Presidente arranque su gobierno con despidos cero. En ese caso va a tener todo el apoyo del movimiento obrero pero no de los dirigentes sino de los trabajadores, que es lo que le importa a él. Esa es la primera medida que hay que tener, para después sentarnos a arreglar todo lo demás.
–Hasta ahora no parece ir en ese sentido...
R. P.: –Si hay algo que tengo que valorarle a este gobierno es que tiene reversa. Es fundamental.
M. M.: –Para poder discutir un pacto social, vos necesitás paz social. Vos no podés discutir un pacto social si las actividades se están deteriorando. Vos no podés discutir qué vas a hacer con precios y salarios si te cierran las fábricas. Una estabilidad en ese sentido de seis meses va a permitir a las partes, poder analizar todo con paz social.
R. P.: –Vos fijate que todas las medidas que se tomaron hasta el momento fueron las que necesitaba el mercado. El mercado empresarial, el mercado agrícola-ganadero, el mercado financiero. Si con todo esto, al solo pedido de Macri, presidente de la Nación, todos los sectores no responden diciendo que va a haber cero despidos, ahí el compañero presidente va a darse cuenta que tiene un problema grande con nosotros.
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