El movimiento obrero busca tener un rol protagónico en el peronismo que se viene a partir de ahora, desde un lugar opositor al gobierno nacional. En ese sentido, Pignanelli asegura que “no hay que especular con que le vaya mal a este gobierno”, sino construir una alternativa que sea competitiva en las próximas elecciones.

–¿Cómo ve el futuro del peronismo?

–El reordenamiento dentro peronismo es facilísimo. Cada vez que el peronismo no fue a internas, después de la muerte del General, el peronismo terminó perdiendo la elección. Te lo puedo decir porque en enero fuimos a un congreso del peronismo en Buenos Aires y el movimiento obrero llevó como propuesta las elecciones internas como eje fundamental para que todo el peronismo se viera fortificado por la conducción que saliera elegida. Esa es la única forma de ordenarlo. Porque el peronismo es rebelde, el peronismo es sanguíneo, el peronismo es nostálgico, el peronismo es contestatario. Entonces, cuando la masa peronista no elige a su candidato, seguramente se va a dispersar, que fue lo que nos pasó. Debemos retornar a las fuentes del peronismo, que son las elecciones internas. Si no Perón hubiera dejado un heredero, pero no lo hizo. Dijo: “Mi único heredero es el pueblo peronista”.

–¿Cree que tienen lugar Sergio Massa y otros dirigentes que abandonaron al peronismo en estos comicios?

–Todos tienen derecho a participar. Hasta quienes por ahí se olvidaron de la lealtad.

–¿Qué rol imagina para la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner?

–Ella misma lo dijo: volvió al llano. Seguramente va a tener un rol, por su historia. Pero quienes van a conducir el peronismo, lo tienen que decidir los afiliados peronistas. Tenemos un crisol de dirigentes. Esa es la principal diferencia entre el peronismo y otros partidos políticos. Hay que evitar que caigamos en la dispersión que cayeron los otros.