Sáb 06.02.2016

EL PAíS  › MAXIMILIANO RUSCONI ABANDONO LA DEFENSA DE DIEGO LAGOMARSINO

Renuncia por cambio de rubro

El abogado dejó de asistir al técnico informático imputado por entregarle el arma de la que salió el disparo que mató a Nisman, porque fue nominado para ser fiscal de Casación. Su salida tendrá fuerte impacto en la causa por la muerte del ex titular de la UFI AMIA.

› Por Raúl Kollmann

El defensor del técnico informático Diego Lagomarsino, el jurista Maximiliano Rusconi, anunció ayer la renuncia a esa defensa, así también como a todas las demás defensas que ejerce en su estudio. Rusconi fue elegido por el gobierno de Cambiemos para ser fiscal de Casación, por lo cual su pliego será enviado al Senado. Ese cargo es obviamente incompatible con defensas particulares. Lagomarsino está imputado por haberle facilitado a Alberto Nisman el arma de la que salió el disparo que terminó con la vida del fiscal. El técnico informático no está imputado por homicidio, porque hasta ahora no hay evidencias en la causa de que a Nisman lo hayan matado sino que se quitó la vida, pero la ex esposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, siempre apuntó a Lagomarsino como parte del plan criminal. Desde ahora, la defensa de Lagomarsino será ejercida por Gabriel Palmiero, asociado de Rusconi. El primer desafío para Palmiero y todas las partes será una pericia multitudinaria.

El paso al costado de Rusconi –que cerrará su estudio– impacta fuertemente en la causa Nisman por cuanto siempre jugó un papel de contrapeso con la querella que encabeza Arroyo Salgado. La ex esposa del fallecido fiscal insiste desde el primer día en que a Nisman lo asesinaron, pero sin explicar quiénes estarían detrás del crimen ni cómo entraron y salieron del departamento del edificio Le Parc. Su acusación es que Lagomarsino fue parte del plan y que es mentira que le haya prestado el arma a Nisman. De entrada sostuvieron que el técnico informático estuvo en el momento del disparo, pero hoy parecen haber cambiado de posición, afirmando que fue parte del complot para matar a Nisman. Esa hipótesis tiene dos problemas:

- Hay evidencias de que el fiscal le pidió prestada el arma no sólo a Lagomarsino, sino al custodio Rubén Benítez. Es decir, que el mismo Nisman estuvo buscando un arma aquel fin de semana.

- No tiene mucho sentido que el técnico informático haya participado de un complot ultrasofisticado y al mismo tiempo los supuestos homicidas hayan dejado un arma en el baño a nombre de Lagomarsino que, también supuestamente, era un integrante del grupo complotado.

Más allá de las certezas y falsedades, Arroyo Salgado y ahora la madre y la hermana de Nisman continúan acusando a Lagomarsino de alguna participación en la muerte del fiscal. El adversario de mayor peso, Rusconi, se aparta ahora del caso, aunque Palmiero es un gran conocedor del expediente que instruyó la fiscal Viviana Fein y viene trabajando con Rusconi desde hace más de una década.

Uno de los primeros desafíos de las querellas y las defensas es la convocatoria de la junta pericial multidisciplinaria que dispuso la jueza Fabiana Palmaghini. Todo indica que será una especie de convención multitudinaria de expertos porque participarán en ella nada menos que los 22 forenses y criminalistas que intervinieron en los estudios anteriores, a lo que se sumarán una gran cantidad de peritos. Todo hace presumir que serán 40 o más. Por ejemplo, la querella que encabeza el abogado Pablo Lanusse en representación de la madre y la hermana de Nisman ya designó dos especialistas a los anteriores. Y esta semana, la jueza Palmaghini decidió que expertos de la Gendarmería sean de la partida. Esa fuerza no participó de la pericia criminalística inicial, sino que se trató de peritos de la Policía Federal. Por lo que se sabe, a la jueza le gusta tener opiniones diversas y de distintas fuerzas. La magistrada incluso baraja convocar a algún hombre de las Fuerzas Armadas, si es que proponen algún especialista que pueda aportar elementos.

En la causa Nisman ya hubo tres pericias. La junta médica de 16 forenses concluyó que no se observa un accionar homicida en la muerte del fiscal y que Nisman murió el domingo 18 de enero a la mañana. De los 16, los dos que representaron a Arroyo Salgado discreparon con las conclusiones, aunque tuvieron dificultades para contrarrestar el diagnóstico mayoritario. En la junta criminalística hubo seis profesionales. Cinco sostuvieron que Nisman estaba sólo en el baño en el momento del disparo. El que representó a Arroyo Salgado también firmó un dictamen en discrepancia. El tercer trabajo, el informático, no está concluido, pero igualmente hay diferencias entre las partes.

Todas estas pericias se hicieron cuando la causa era instruida por Fein y las conclusiones apuntaban claramente a que Nisman se suicidó. Habrá que ver el dictamen que se viene ahora. Provendrá de una de las juntas –la interdisciplinaria– que reunirán más peritos en la historia judicial argentina.

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