Sábado, 19 de marzo de 2016 | Hoy
EL PAíS › LA CAMARA DEL CRIMEN REALIZO LA AUDIENCIA EN LA CAUSA POR LA MUERTE DE ALBERTO NISMAN
La jueza Sandra Arroyo Salgado pidió, sollozando, que el expediente pase a la Justicia federal con el argumento de que hubo un “magnicidio”. La jueza Fabiana Palmaghini había resuelto mandarla solo porque hubo violación de correspondencia.
Por Raúl Kollmann
La Sala VI de la Cámara del Crimen, integrada por los doctores Mario Filosof, Rodolfo Pociello Argerich y Marcelo Lucini, realizó ayer la audiencia en la que se debatió el pase o no de la causa por la muerte del fiscal Alberto Nisman al fuero federal. El encuentro, que duró cuatro horas, no fue muy amigable pero tampoco de grandes tensiones. La sensación es que el expediente está dominado por la política y en sintonía con lo que viene pidiendo la ex pareja de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, el gobierno de Mauricio Macri y toda la escudería judicial que rodea al ex espía Horacio Antonio Stiuso, el pase a la Justicia federal será un hecho. La Cámara emitirá su fallo entre lunes y martes y el expediente aterrizará entonces en el fuero más politizado, alineado con el macrismo y en sintonía internacional con las derechas norteamericana e israelí. El objetivo será endilgarle la muerte del fiscal al anterior gobierno. Una de las sorpresas de ayer es que Arroyo Salgado ingresó tarde a la audiencia, pidió la palabra y a lo largo de 40 minutos insistió en que a Nisman lo mataron en el marco de un “magnicidio”. No aportó ninguna prueba científica, sino que se basó en lo emocional.
La audiencia de ayer fue convocada porque la defensa del informático Diego Lagomarsino apeló una decisión de la jueza Fabiana Palmaghini, quien en cuatro carillas argumentó que tal vez le entraron a las computadoras a Alberto Nisman, que eso es equiparable a una violación de la correspondencia y que en ese delito es competente la Justicia federal. Los abogados Gabriel Palmeiro y Martín Chasco insistieron en que la violación de correspondencia es de instancia privada, es decir que requiere una denuncia del afectado. Se trata de una cuestión técnica. Mucho más abarcativos fueron los conceptos del ex juez de la Corte Raúl Eugenio Zaffaroni quien la semana pasada sostuvo que si hubo violación de correspondencia se podía mandar esa parte a la Justicia federal, pero que no hay motivos para enviar todo el expediente. Todo indica que la técnica, las razonas jurídicas y hasta el sentido común han quedado en un segundo plano en la causa de la muerte del fiscal. El expediente Nisman tiene envergadura en la escena política nacional e internacional, algo que quedó probado por el sorpresivo reingreso a escena de Stiuso acusando a Irán y al gobierno anterior.
En absoluta sintonía con ese encuadre político, la querella que conduce Arroyo Salgado y la que representa a la madre de Nisman, Sara Garfunkel, hacen eje en que la muerte del fiscal fue un magnicidio. Los abogados Juan Pablo Vigliero, Federico Casal y Manuel Romero Victorica, por un lado, y Pablo Lanusse por el otro, no se quedaron tranquilos con el pase a la Justicia federal por el delito de violación de correspondencia. Ayer insistieron en que quieren que el traslado del expediente se realice porque a Nisman lo asesinaron.
La realidad es que, hasta el momento, la prueba científica dice lo contrario. No hay evidencia de homicidio. Así lo dijeron 13 de los 15 médicos forenses y aún más contundentes fueron cinco de los seis criminalistas. Estos últimos sostuvieron que no había nadie en el baño en el momento del disparo.
Uno de los abogados reiteró el argumento de que no había rastros de fulminante en las manos de Nisman y que esa es una prueba de máxima importancia. Los peritos ya manifestaron que esa evidencia no es categórica, pero, además, el sofisticado estudio realizado en Salta concluye, textualmente, que “sobre las muestras analizadas (de las manos de Nisman) se hallaron partículas consistentes con residuos de disparo”. Consta en la foja 2441 del expediente.
Otro de los argumentos con los que insisten los abogados querellantes es casi exclusivamente político. “El anterior gobierno –sostuvo Lanusse– se sacó de encima a todos los que se opusieron al Memorándum de Entendimiento con Irán. Por eso destituyeron a la cúpula de la SIDE y a Stiuso. A Nisman también se lo querían sacar de encima pero se demoraron mucho, entonces lo mataron.” Esta argumentación, palabras más, palabras menos, no aporta ni una evidencia. Sólo la sostienen en que Nisman estaba muy convencido de sus posturas y con buen espíritu aquel fin de semana, algo más que dudoso –entró a leer una página de internet sobre el regreso de la muerte– y de escaso peso probatorio.
En ayuda de este argumento político reapareció Stiuso. Sostuvo que a Nisman lo mataron los iraníes con ayuda o participación del gobierno anterior. No aportó un solo elemento. Como señaló la jueza Palmaghini y ayer el abogado Palmeiro, “fue sólo una opinión”. Mucho más duro todavía fue el juez Ernesto Botto, quien absolvió a la fiscal Viviana Fein en la causa que le habían armado por, supuestamente, omitir poner algo que había dicho Stiuso en su declaración anterior: “Stiuso no aportó ningún elemento que haya percibido con sus sentidos. Un testigo es eso, alguien que declara lo que percibió su vista o su oído. Por lo tanto fue sólo una opinión”. El magistrado se preguntó qué validez podía tener esa declaración y deslizó que Stiuso debió ser acusado por falso testimonio.
La ex esposa de Nisman, la jueza Arroyo Salgado, pidió la palabra, pese a estar representada por tres abogados. Tras algunas objeciones, los camaristas autorizaron que haga un intervención breve. No hubo caso. Arroyo Salgado habló durante 40 minutos pese a que el presidente del tribunal, Mario Filosof, le pidió que redondee. La jueza manejó los tiempos de acuerdo a su criterio y se despachó con un alegato que giró siempre en torno al concepto de magnicidio, algo de lo que empezó a hablar a la semana de ocurrida la muerte de Nisman.
La jueza sollozó un par de veces en su alegato, al que le dio un fuerte tono emocional, y pidió el pase a la Justicia federal pero sobre la base de que hubo un homicidio.
Todo indica que el expediente viajará a los juzgados federales de Comodoro Py la semana próxima. Los camaristas no se pronunciarán sobre suicidio u homicidio –tanto Fein como Palmaghini dijeron que no había elementos–, pero es posible que argumenten que la existencia de la hipótesis de un asesinato, aunque sea como hipótesis, amerita el envío a Comodoro Py. El fallo se conocerá lunes o martes.
El cambio más fuerte en el caso Nisman no se produjo en el expediente sino en la política: la asunción del nuevo gobierno. Arroyo Salgado acompañó a Macri en el debate presidencial; los diputados que rodearon a Nisman pasaron a ser funcionarios del gobierno y cobró otra fuerza la óptica internacional: a la derecha republicana e israelí les importa muchísimo acusar a Irán en tiempos en que Barack Obama y las grandes potencias firmaron un acuerdo con Teherán. Pero tal vez lo que más peso tenga es continuar, en el plano local, la ofensiva contra el anterior gobierno. En ruta está el pase a la justicia federal, intentarán acusar a Lagomarsino por algo más que prestarle el arma a Nisman y de inmediato apuntarán a la administración kirchnerista y a la ex presidenta.
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