La bandera que adornaba el escenario no dejaba lugar a dudas: dibujadas con realismo, se veían en serie las caras de Fidel Castro, Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y Hugo Chávez. “Por una Navidad latinoamericana con paz y justicia. Viva la unidad latinoamericana”, era el lema del acto, el primer acto piquetero en un estadio de fútbol para recordar el 19 y 20 de diciembre de 2001. El compromiso con el Gobierno quedaba claro desde la escenografía, pero mucho más explícito fue en los discursos que se escucharon después. “Hay que reconstruir una nueva coalición social que le diga a la derecha que ésta es una oportunidad histórica a la que no vamos a renunciar. Para que, con el presidente Kirchner a la cabeza, haya más distribución de la riqueza, más democracia y autonomía nacional”, instó el líder piquetero Luis D’Elía. En el césped de la cancha de Atlanta lo escuchaban entre diez y quince mil desocupados, según las distintas evaluaciones.
Organizado por la Federación de Tierra y Vivienda (FTV), el acto se realizó en la cancha de Atlanta, en Villa Crespo. De hecho, el barrio, típico de clase media, fue invadido por cientos de micros escolares desvencijados o colectivos del conurbano fuera de línea. Conscientes de que la situación alteró el paisaje, los organizadores explicaban que su intención al hacer el acto allí fue “hacerle un gesto a la clase media y al resto de la clase trabajadora”, en palabras del propio D’Elía. “La intención fue no confrontar con la clase media”, insistió Lito Borello, otro de los oradores, quien luego advirtió que para la FTV los piquetes no están archivados. “Si la derecha intenta terminar con lo que conseguimos, saldremos de las canchas y volveremos a las calles”, prometió.
La decisión de no asistir a las marchas que se harán hoy en Plaza de Mayo también era motivo de charla entre los desocupados de los distintos barrios del conurbano. “Me parece bien –aprobaba Lorena, una morocha de 21 años que trabaja de empleada doméstica y vive en Isidro Casanova– porque nosotros somos pacifistas y los otros piqueteros no.” “Lo que nos diferencia de los otros son problemas políticos –coincidían Daniel, portero de escuela, y Adriana, animadora de un comedor, ambos de Laferrère–. Ellos plantean la insurrección y nosotros creemos que todavía no es el momento. El Presidente está dando buenas señales.” Con mayor elaboración, esos argumentos serían esgrimidos por D’Elía y los demás dirigentes de la FTV que hablaron desde el palco.
“Los pequeños partidos autodenominados vanguardia ven en el conflicto su forma de acumulación política. Pero a Kirchner no lo regaló nadie, fueron las luchas de nuestro pueblo lo que nos llevaron hasta acá. A los que quieren derrocar a Kirchner, y que andan diciendo que Kirchner es como el menemato, yo les pregunto: ¿no es revolucionario haber pasado a retiro a todo el generalato de Brinzoni por apoyar a Estados Unidos?”, se preguntó D’Elía en voz alta, como si les estuviera hablando a otros dirigentes del movimiento piquetero. “No nos dejemos correr por izquierda. Nosotros buscamos una revolución desde la gente y con la gente. No esa revolución mágica, y muchas veces violenta, que buscan otros”, chicaneó Claudio Palermo, otro de los oradores, a los mismos destinatarios.
Desde el palco se veía el césped ocupado en toda su extensión, aunque la gente se podía mover con facilidad (muchos tomaban gaseosa acostados en el pasto). Casi todos llevaban carteles del conurbano, mientras que en la platea –llena en un 60 por ciento– se habían instalado las delegaciones de Capital y del interior. En su discurso, D’Elía admitió que habían tenido problemas para movilizar a la gente. También acusó al intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, por entorpecer la contratación de los colectivos que necesitaban para el acto. “Los intendentes duhaldistas organizaron los saqueos, los mismos que hoy, como Balestrini, amenazan con el caos. Pero Balestrini, cuidado, porque el pueblo de La Matanza puede hacer tronar el escarmiento, porque vota al peronismo, no te vota a vos”, advirtió D’Elía, quien dijo que muchos colectivos alquilados habían sido retenidos por la policía municipal en varias intendencias.
También hubo espacio para los símbolos, y para los mitos vinculados con la historia. D’Elía habló de Simón Bolívar citando El otoño del patriarca de García Márquez, mientras que todos los oradores, sin excepción, recordaron el acto de Montoneros que se realizó en ese mismo escenario, la cancha de Atlanta, en agosto de 1972. “Y ya lo ve/ y ya lo ve/ es la gloriosa FTV”, cantaron luego para completar el revival.