EL PAíS › CLAUDIO BONADIO INDAGARA A CFK CON LA AMENAZA DE DETENERLA
La ex presidenta debe declarar el miércoles. El magistrado la imputó como jefa de una asociación ilícita y sentó así las bases para su eventual detención. La mayoría de los jueces federales piensan que se trata de un peligroso show montado por Bonadio.
› Por Raúl Kollmann
“Nunca tuvimos una justicia farandulizada como ahora. Estamos igual que con el caso Coppola”, sostuvo el viernes una de las máximas autoridades en materia penal de Comodoro Py. El diagnóstico se refería a la ampulosa convocatoria de Claudio Bonadio a Cristina Fernández de Kirchner, con el dibujo de una asociación ilícita, en una causa donde no se investiga ningún hecho de corrupción y con la amenaza de detenerla. Y también al paseo de cinco horas al que fue sometido el empresario Lázaro Báez, detenido con el argumento de que no se sabía adónde iba con su avión privado, pero con todas las cámaras de televisión presentes en el aeropuerto de San Fernando al momento de su arribo. En ese clima debe declarar la ex presidenta el miércoles ante Bonadio, con el difundido pronóstico de que el magistrado la procesará con prisión preventiva. No sería el miércoles mismo, sino en los diez días posteriores. Antes que eso, mañana a las 10.45, habrá una audiencia ante la Sala II de la Cámara Federal para definir la recusación del juez por las insólitas maniobras que Bonadio concretó en el expediente del dólar futuro.
A fines de marzo, Bonadio empezó a preparar el terreno para amenazar con la detención a Cristina. En la primera indagatoria de la causa, a una directora del Central, sostuvo que hubo una asociación ilícita en la que los jefes fueron el ex ministro de Economía Axel Kicillof, y la ex presidenta. Dijo que en la operatoria del dólar futuro existió “un grupo de funcionarios que en forma sistemática, concertada y organizada emprendieron diversas acciones de carácter político y administrativo en violación a las competencias del Banco Central para concretar operaciones en el mercado de dólar futuro en condiciones dañosas al erario público”. Como jefes señaló a Kicillof y Cristina. No se acusa a nadie de llevarse dinero al bolsillo o de un acto de corrupción, sino de una política económica que produjo pérdidas. Los imputados, como Alejandro Vanoli, sostuvieron que las pérdidas se produjeron porque la administración de Mauricio Macri devaluó un 60 por ciento y no por la operatoria de dólar futuro.
Lo cierto es que calificando a Kicillof y a Cristina como jefes de una asociación ilícita, Bonadio puso las bases para detener a la ex presidenta. Con Kicillof no lo puede hacer porque es diputado.
En los primeros días de abril, desde el juzgado de Bonadio fueron saliendo cada vez más rumores de que el juez pretendía detener a CFK, no el mismo día de la indagatoria sino dentro de los diez días posteriores, que es el tiempo que tiene para resolver los procesamientos. “Quiere ser el Sergio Moro argentino”, deslizaron. Moro es el juez que pretendió detener a Luis Inacio Lula da Silva y es el magistrado que encabeza la ofensiva judicial contra Dilma Rousseff.
Las incesantes versiones de una detención de la ex mandataria pusieron en guardia al peronismo que prepara una concentración frente a Comodoro Py. Pero también las intenciones de Bonadio prendieron las señales de alerta en la estructura judicial: la mayoría de los jueces federales piensan que se trata de un peligroso show montado por Bonadio. Por un lado, hay una mayoritaria oposición al uso de la figura de la asociación ilícita –de dudosísima constitucionalidad– en el caso, y por el otro lado, argumentan que la política económica no es judiciable y que se trata de hechos que no significaron el enriquecimiento de ningún funcionario. Bonadio utilizó como testigos a integrantes del actual gobierno, a periodistas claramente enfrentados al kirchnerismo, como Marcelo Bonelli, y hasta a algún economista tuitero.
Desde Santa Cruz, la ex presidenta mandó un mensaje taxativo: quiere declarar ante Bonadio, lo hará con su propia voz, no a través de un escrito, y está lista incluso para su detención. Cuando se pidió el apartamiento del magistrado, CFK transmitió su deseo de que no haya ninguna dilación.
Seguramente el lunes, la ex mandataria hará la designación oficial de su defensor, el conocido penalista Carlos Alberto Beraldi, profesor de Derecho Penal en la Universidad de Buenos Aires y durante muchos años socio de León Carlos Arslanián.
Hace una semana, los abogados de Pedro Biscay, uno de los directores del Banco Central imputados en la causa, pidieron el apartamiento de Bonadio. Es que durante un mes y medio los doctores Alejandro Rúa y Paula Honisch reclamaron el acceso al expediente y copias de las actuaciones, siempre negadas por el magistrado. El colmo ocurrió cuando el fiscal Eduardo Taiano pidió también copias y Bonadio se las facilitó en menos de 24 horas. El juez exhibió así –según Rúa y Honisch– una parcialidad manifiesta, en favor de la acusación.
Biscay tenía que prestar declaración indagatoria el lunes pasado, pero el domingo tuvo un accidente y sufrió una doble fractura de clavícula. Los abogados se presentaron ante Bonadio y le exhibieron el certificado del hospital. Aún así, quisieron entregarle un escrito con el descargo del ex funcionario. El juez, de forma absolutamente inusual, no aceptó siquiera el escrito, que es una presentación voluntaria a la que cualquier imputado tiene derecho. Ante la negativa de Bonadio, los abogados Rúa y Honisch se presentaron a la Cámara Federal que recibió el texto y se lo mandó a Bonadio para que lo incorpore la expediente de inmediato. Finalmente Biscay declaró aquel día al mediodía y fue operado este viernes de las fracturas.
Sobre la base de estos hechos y otros, Rúa y Honisch pidieron el apartamiento de Bonadio del expediente de dólar futuro. Lo más llamativo es que la Sala II de la Cámara –integrada por los jueces Horacio Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Farah– convocó de inmediato a la audiencia para resolver el planteo. Lo habitual es que se demoren dos semanas o más, pero esta vez se tomaron muy pocos días: será mañana mismo, a las 10.45. El trascendido es que la Cámara resolverá si Bonadio es confirmado o desplazado en la tarde de este lunes o el martes a más tardar. El pronóstico es incierto.
En cualquier caso, los primeros manifestantes ya estarán acampando y preparándose frente a los tribunales de Cómodoro Py antes del anochecer de mañana. Si nada cambia, el martes acompañarán a Axel Kicillof y el miércoles a la ex presidenta.
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