La Cámara de Casación denegó ayer un pedido de excarcelación de Lázaro Báez por considerar que no se está violando la Constitución y porque las razones del juez Sebastián Casanello para ordenar la detención del empresario no fueron rebatidas por la defensa. El argumento es curioso porque está demostrado que Báez no intentó ninguna fuga sino que aterrizó en San Fernando para concurrir a la primera indagatoria y tampoco puede obstruir un expediente –dice la defensa– que ya lleva tres años de instrucción. El empresario será llevado hoy a Comodoro Py con el objetivo de que amplíe su declaración indagatoria. Como en esta causa y en otras está la expectativa de que Báez involucre a Cristina Fernández de Kirchner en algún delito.

Los integrantes de la Sala IV de la Casación, Mariano Borinsky, Juan Carlos Gemignani y Gustavo Hornos, directamente rechazaron el recurso de los abogados de Báez porque –según los camaristas– no se probó ninguna violación constitucional. Ante el planteo de los abogados Daniel Rubinovich y Rafael Sal Lari la Sala IV afirmó que el recurso es inadmisible y, de paso, manifestaron que la defensa sólo discrepó con los argumentos del juez y luego de la Cámara que sustentaron la detención de Báez.

En general, se esgrimen dos motivos para apresar a un imputado al principio del proceso. El primer motivo es la posibilidad de fuga. Casanello adujo que el empresario utilizó su avión privado y que no estaba claro el plan de vuelo. Después se probó que Báez llegó a San Fernando para presentarse a la indagatoria ordenada por el juez para las 48 horas siguientes. Además, el mismo día ordenó la detención de Daniel Pérez Gadin –que aparece en la filmación en que se contó dinero en SGI–, pero que no tiene avión privado ni plan de vuelo y que estaba en su casa. El show posterior fue llamativo: las cámaras ya esperaban a Báez en San Fernando, pese a que supuestamente no se sabía su plan de vuelo, lo trasladaron con gran despliegue mediático a Plaza Italia, luego lo sacaron de la dependencia policial para llevarlo a otra, todo con la presencia de cámaras y público. Lo cierto es que quedó claro que Báez no estaba en plan de huida y que más bien el Ministerio de Seguridad convenció a Casanello de que el empresario podía fugarse.

La segunda razón que se aduce para la detención es la capacidad de alterar la investigación. La causa iniciada contra Báez a raíz de la aparición televisiva de Leonardo Fariña y Federico Elaskar comenzó en abril de 2013, es decir que lleva tres años.

La defensa argumenta que, supuestamente, si hubiera alguna intención de ocultar o alterar elementos del expediente, hubo tres años para hacerlo, por lo que es irregular tenerlo detenido por ese motivo. La Casación sostuvo que ni este argumento ni la inexistencia del plan de fuga son convincentes.

Báez será trasladado hoy al juzgado de Casanello para que amplíe su declaración indagatoria. Es probable que se le pregunte por las propiedades que estaban a su nombre en el sur y que fueron parte de la excursión del fiscal Guillermo Marijuan.

En su nuevo paso por los tribunales de Comodoro Py a Báez no le podrán preguntar de bóvedas que, aparentemente, no se encontraron, pese a los datos aportados por Fariña, quien trabajó hasta principios de 2012 con Báez. Pasaron cuatro años y las bóvedas que estaban entonces parece que ya no están.

Es posible que la expectativa esté en verificar si el empresario, ahora que le denegaron la excarcelación, involucra en algo a la ex presidenta, torciendo incluso lo manifestado por Fariña, quien dijo que CFK desconocía los movimientos de dinero de Báez y el envío de fondos al exterior.