EL PAíS › OPINION
Texto completo del discurso pronunciado el jueves en el acto de homenaje a Hipólito Yrigoyen realizado en Atlanta, donde Mempo Giardinelli compartió la mesa con Cristina Kirchner, Leopoldo Moreau, Leandro Santoro, Sergio Palazzo y Gustavo López.
› Por Mempo Giardinelli
Correligionarios/as, Compañeros/as, Estoy aquí por invitación del amigo Leopoldo Moreau, por el Movimiento Nacional Alfonsinista y también por una doble circunstancia. Además de la Literatura, yo nací a la Política en el Radicalismo del Pueblo de los años 60, junto a uno de los dirigentes más originales, luchadores y decentes que dio este país: Luis Agustín “El Bicho” León, que fue mi padrino y mentor político y moral.
Después en los 70 milité en el Peronismo Revolucionario, de manera que he sido correligionario y he sido compañero.
Acompañé a León, aquél yrigoyenista ejemplar, en los duros años del onganiato, cuando él, que había sido senador nacional, hacía política contra la dictadura sin un mango pero con su decencia impecable. Atributos que después honré como militante en la universidad y en mis inicios periodísticos y sindicales, en la Juventud Trabajadora Peronista.
Así, me guié siempre por las mejores enseñanzas cívicas: del radicalismo yrigoyenista la sólida convicción democrática y el firme alineamiento nacional y popular.Y del peronismo la inclaudicable vocación de alineamiento y servicio popular, social, inclusivo y de autodeterminación que caracterizó a Juan Domingo Perón, primero, y a Néstor Kirchner después.
Vengo a este acto del Movimiento Nacional Alfonsinista para decir, con orgullo y humildad, que el radicalismo es un partido que la democracia argentina necesita fuerte y vigoroso, y no de rodillas como lo han puesto los que se doblaron ante las migajas del macrismo estafador, y digo estafador, este gobierno estafó y sigue estafando a la ciudadanía que lo votó. Y vengo, con sencillez intelectual y firmeza moral, a recordara Don Hipólito Yrigoyen, que hace 100 años asumió la presidencia de la República e inauguró el primer gobierno popular surgido de elecciones libres con voto secreto. Un acto fundamental como también lo fue, hace 70 años y desde otro octubre memorable, el de Juan Domingo Perón estableciéndolos derechos sociales, la dignificación del trabajo y la soberanía nacional y popular como valores inclaudicables de nuestro pueblo.
En estos 100 años esos dos enormes argentinos marcaron el rumbo de los gobiernos del pueblo y para el pueblo, eso que la oligarquía y los estafadores llaman despreciativamente “Populismo”, como si fuera mala palabra. Ellos no son populistas, pero sí son enemigos de la Patria porque destruyen el trabajo, la educación, la salud y la previsión social de millones de argentinos y argentinas en todo el territorio nacional. Y se aprovechan maliciosamente de su legitimidad para destruir las instituciones de la república, entregar la soberanía y achicar la democracia.
Yo los denuncio ahora porque son mentirosos, insensibles e inmorales, y encima son violentos. Se quejaban de los modales de la militancia y el kirchnerismo y se decían republicanos, pero son vulgares autoritarios. Se dicen modernos pero representan lo peor de la historia de la entrega, de la conquista del desierto y de los neoliberales en dictadura y en democracia. Se dicen pluralistas, pero persiguen a los opositores, balean a niños murgueros, apalean a jubilados y trabajadores despedidos, encarcelan a militantes populares sin juicio previo y encima torturan a los pibes como lo hicieron con los chicos de la Garganta Poderosa y a varios más... Infames mentirosos y violentos, eso es lo que son, apañados por los diarios y la basura televisiva que miente y envenena al pueblo día a día y noche a noche y hora a hora...
Hablo aquí en nombre de El Manifiesto Argentino, que es un colectivo de ciudadanos/as que impulsa una urgente alternativa al desastre nacional del macrismo. Y vengo a decir que El Manifiesto Argentino convoca a todos los trabajadores, profesionales y estudiantes, y a productores, empresarios, partidos políticos populares y organizaciones sindicales no cooptadas a una gesta patriótica refundacional: exigimos una reforma constitucional profunda, en base a principios que son propiedad y esencia del pueblo argentino.
Exigimos un cambio, pero un cambio verdadero, un cambio en serio para que nunca más los oligarcas corruptos e inmorales destruyan los sueños, el trabajo y la paz del pueblo argentino.Y digo corruptos para señalar al gobierno actual, para acusarlos a ellos y no al revés. Porque de corrupción acusaron también a Don Hipólito y a Perón. De corrupción acusaron a Evita. De corrupción los acusaron cuando prohibieron que se pronunciaran sus nombres... Y hasta a Raúl Alfonsín pretendieron enlodarlo. Pero es este gobierno macrista y mentiroso el que está lleno de corruptos. Ellos son los que robaron miles de millones de dólares que tienen escondidos en cuevas de Panamá, Bahamas, Suiza. Se han llevado el esfuerzo y el sudor de generaciones de argentinos. No tienen autoridad moral porque son parte de los que se afanaron más de 300.000.000.000 (trescientos mil millones) de dólares, sí, un 3 con once ceros. Esa cantidad está en las cuentas ocultas de acaparadores, banqueros, particulares y empresarios que yo no sé quién los parió pero sé que esconden esas millonadas en bancos y cuevas que llaman “paraísos fiscales”.
Estos tipos son tan caraduras que aplauden cuando el presidente le pide perdón a un rey que ya no es rey, y le atribuye a nuestros próceres, Belgrano, Castelli y tantos más, una estúpida “angustia” por habernos independizado... Angustia las pelotas, señor Macri. Traiga la plata que usted, su familia y sus amigotes se llevaron y guardan en Panamá y otras cuevas, y pida perdón al pueblo argentino. Eso debería hacer y no pedirle perdón a una corona que se afanó durante siglos la riqueza, la sangre, el sudor y las lágrimas de los pueblos de nuestra América.
Termino reiterando la convocatoria de El Manifiesto Argentino a exigir una profunda reforma constitucional para que de una vez y para siempre la salud, la educación y la previsión social las maneje el Estado de manera irrenunciable e insustituible... Para que el manejo de los recursos naturales también sea función exclusiva y excluyente del estado argentino, y nunca más ningún Congreso autorice cualquier extranjerización de la tierra... Para que la República Argentina ejerza su soberanía integralmente frente a los poderes mundiales, reafirme el principio de autodeterminación y recuperemos el Mercosur, la Unasur y la unión latinoamericana como lo hizo la expresidenta Cristina... Para que de una vez sea política de estado la transparencia de todos los actos públicos y se controle y castigue a los corruptos, empezando por los del poder económico explotador... Para que el estado argentino tenga una política de comunicación basada en el principio de horizontalidad no monopólica, que habilite muchos medios y voces como lamentablemente no se llegó a hacer en estos años... Y para que el estado argentino instaure un sistema fiscal equitativo en base al principio de que paguen más quienes más tienen y más reciben. Y que pague impuestos el Poder Judicial en pleno, como toda la ciudadanía. Y que toda actividad bancaria, financiera y especulativa también los pague.
La reforma constitucional tendrá mucho que cambiar en materia ejecutiva, legislativa y sobre todo judicial. Y ni se diga en materia electoral, que es el fraude que ahora mismo están preparando con el voto electrónico.
El Manifiesto Argentino es un conjunto de ideas que ofrecemos para formar un gran frente nacional y popular que continúe, mejore y recomponga todo lo bueno que hicieron los gobiernos populares de Hipólito Yrigoyen, de Perón y Evita, y de Néstor y Cristina. Por eso proponemos y exigimos una profunda reforma constitucional basada en la soberanía popular como última palabra de la democracia y no en la oscura, secreta y tantas veces corrompida decisión de los jueces del poder conservador.
Compañeros/as, correligionarios/as de la mejor estirpe radical, de la mejor estirpe peronista, de la mejor estirpe socialista y de la izquierda, o sea la mejor sangre del pueblo argentino trabajador, el cambio verdadero es el que hará el pueblo argentino para su felicidad y para la paz, el trabajo, el techo y la dignidad de la ciudadanía. Por eso desde El Manifiesto Argentino proclamamos que si nos reculan el país por decreto, por decreto será la restauración. Que lo sepan los que estafan a sus propios votantes y al pueblo todo.
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