El mayor símbolo del terrorismo de Estado quedará transformado desde hoy, por acuerdo del gobierno nacional y el gobierno porteño, en un Museo de la Memoria. A 28 años del último golpe militar se repetirá la marcha a Plaza de Mayo, un ritual que fue gigantesco en 1996, en la conmemoración de los 20 años, pero la novedad será el cambio de destino de la Escuela de Mecánica de la Armada.
El presidente Néstor Kirchner tomó la decisión recogiendo una propuesta de los organismos de derechos humanos. El jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, acompañó la idea desde el principio de su gestión, pero hasta ahora las administraciones nacionales habían rechazado modificar el status de la ESMA. En el Congreso, la primera iniciativa correspondió al socialista Alfredo Bravo, que murió el año pasado sin verla concretada.
No se puede hacer un ranking del horror, pero es posible que la ESMA haya sido el campo de concentración con el mayor número de víctimas y donde mayor se haya industrializado la máquina de la tortura y la muerte.
El traspaso se inscribiría así, por ejemplo, en la decisión de Raúl Alfonsín de juzgar a las primeras juntas (y no, obviamente, en la Obediencia Debida y el Punto Final), en los juicios de la verdad, en los procesos judiciales que apresaron a los secuestradores de chicos y en la tozudez de los organismos de derechos humanos de reclamar el conocimiento de la verdad y que se imparta justicia.
El mismo diseño de este 24 revela cómo se conjuga la nueva situación:
- Los organismos de derechos humanos pondrán las fotos de los desaparecidos en las rejas de la ESMA sabiendo de antemano que cuentan con el amparo institucional del Ejecutivo. Tal como informó ayer este diario, ese amparo se completará con la ausencia de la Policía Naval, que será reemplazada en la custodia por la Federal.
- Por primera vez las rejas de la ESMA sobre Libertador al 8300 estarán abiertas.
- Kirchner e Ibarra firmarán el convenio ubicados en el terreno de la ESMA, cerca de la calle.
- El Ejecutivo, en sus versiones nacional y porteña, “bajará” a la ESMA por segunda vez en una semana, luego de acompañar, el viernes pasado, a los ex secuestrados en su primera recorrida por el campo de concentración donde fueron privados de su libertad, reducidos a servidumbre y torturados.
- Después, Kirchner e Ibarra compartirán un acto con un chico que recuperó su identidad y cantarán León Gieco, Víctor Heredia y Joan Manuel Serrat. Solo le pido a Dios, de Gieco, fue en 1978 un himno popular contra la casi guerra con Chile. Heredia tiene él mismo una hermana desaparecida. Y Serrat fue solidario desde España con las víctimas de la dictadura.
Cómo será el museo en el futuro, de qué manera se financiará y qué sucederá con el predio de 17 hectáreas es un tema en discusión. El Gobierno sostiene que la solución última debe surgir de un debate de los organismos de derechos humanos, las universidades y la sociedad en general. En discusiones privadas, algunos sostienen que las escuelas militares, no la ESMA, deben convivir con el museo y otros que el total de hectáreas debe transformarse en museo o lugar de recordación.
Pero hoy mismo quedarán al menos dos frentes abiertos.
Uno es el político. Un grupo de gobernadores justicialistas quedó resentido con el gobierno nacional por la falta de una invitación a compartir el acto.
Otro es el militar, aunque paradójicamente no tiene que ver con la Armada, de la que depende la ESMA, sino con el Ejército. Tal como se informa en estas mismas páginas, hoy podría haber un gesto de retirada por parte de un grupo de generales en la ceremonia de retiro de fotografías de los dictadores Jorge Videla y Reinaldo Bignone del Colegio Militar por parte del Presidente.
Esta misma mañana se verá si los rumores de anoche fueron una maniobra de intoxicación o el poder político sufrirá un intento de desaire en la propia cara de Kirchner.
“Hay que tener en cuenta que muchos de los actuales generales, de las promociones 99, 100 y 101, eran subtenientes a fines del gobierno de Alejandro Lanusse y criticaban a los generales, después pasaron por la represión de la dictadura y en los primeros años de la democracia se acostumbraron a la conspiración permanente”, dijo a Página/12 un alto oficial que pidió reserva de su nombre.
–¿Y por qué surgiría ahora un acto de indisciplina público? –preguntó este diario.
–Porque durante muchos años con la conducción férrea de Martín Balza y con Ricardo Brinzoni estuvieron contenidos –fue la respuesta–. Y le aclaro que mi descripción es técnica, desde el punto de vista del mando. No ignoro que Balza hizo la autocrítica de 1995 y Brinzoni quiso desandarla.