EL PAíS
› SERVINI DE CUBRIA DESCARTO INTERVENIR AL PJ
“No participo en la interna”
Formalmente, el congreso partidario no incurrió en irregularidades. A ese argumento apelará usía mientras el duhaldismo trabaja en el esquema de las elecciones internas con lista única. El kirchnerismo observa y deja hacer, pero considera que aún no hay acuerdo.
› Por Diego Schurman
La jueza federal con competencia electoral María Servini de Cubría descartó “por ahora” la posibilidad de intervenir judicialmente al peronismo y dijo que eso sólo puede suceder una vez que se agoten todas las instancias partidarias. “Yo no tengo participación alguna en la interna del PJ y sé sobre lo que está sucediendo sólo a través de los diarios”, señaló la magistrada a Página/12 ante las versiones que indican que el conflicto interno del PJ puede dirimirse en su juzgado.
Servini de Cubría aguarda para las próximas horas que el apoderado del PJ presente el acta del congreso partidario, celebrado el último viernes en Parque Norte, donde el peronismo nombró su nueva conducción. La Justicia, como es habitual, tenía en ese predio recreativo a sus veedores.
Más allá de los cruces verbales, desde lo formal el congreso no registró irregularidades. Y si bien en los días subsiguientes se produjo una retahíla de renuncias, no está conformada la figura de la acefalía. Aun si las dimisiones continuaran y el PJ quedara si conducción formal existen varias alternativas para superar la crisis.
Por ahora, la que más consenso reunió es la que Eduardo Duhalde le presentó a Néstor Kirchner. Se trata de acordar con el Presidente la confección de una lista y convocar a elecciones internas. El ex mandatario presume que nadie presentará una boleta opositora y, por lo tanto, la lista oficial quedará consagrada automáticamente.
Duhaldistas y kirchneristas, en todas sus expresiones, aprueban la iniciativa. Y en las últimas horas Duhalde conversó con Juan Carlos “Chueco” Mazzón la manera de implementar esta particular salida del conflicto. Mazzón es el titular de la Unidad Presidente, una suerte de secretaría privada de Kirch-ner, y es el encargado de la Casa Rosada para “contener” a la liga de gobernadores peronistas.
Kirchner no quiere aparecer como cabeza de esa lista consensuada, ya que representaría una contradicción con su discurso refractario hacia la estructura partidaria. Un ayuda memoria: justo el día antes del congreso del PJ, el Presidente dijo que no iría porque tenía cosas más importantes que hacer.
En ese marco, la negociación encarada por Duhalde se hacía trabajosa. Pero ayer se hizo tiempo para mechar llamados a Eduardo Camaño y José María Díaz Bancalari, los presidentes de Diputados y del bloque del PJ de la Cámara baja, y participar de un encuentro en Cancillería con los embajadores de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur.
“Vamos a ir paso a paso. Primero, hay que definir la metodología para salir del conflicto y recién después vamos a comenzar a hablar de personas y de tiempos”, señaló a Página/12 un hombre de extrema confianza de Duhalde.
Se especula que para después de Semana Santa saldrá un documento rubricado por todos los gobernadores respaldando la convoctoria a internas partidarias. En el ínterin, Kirchner deberá calmar su bronca con Luis Barrionuevo. El Presidente está envenenado con el sindicalista por su inclusión fuera de agenda en la conducción partidaria y también con José Manuel de la Sota, quien había prometido, y no cumplió, que su provincia no intervendría en la discusión de Parte Norte.
Así como están las cosas, no hay duda que el Gobierno no quiere aparecer involucrado en una instancia negociadora en el PJ y eso lo dejó en claro el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, al salir al cruce de las versiones que daban cuenta de un acuerdo con Duhalde. En rigor de verdad, lo que no quiere la Casa Rosada es que las tratativas sean traducidas como una aceptación de Kirchner a una conducción donde tengan participación activa sus declarados enemigos internos.
Por eso muchos creyeron encontrar una referencia a ellos cuando el Presidente habló en Moreno. Allí dijo: “En las jornadas diarias hay que soportar permanentemente presiones de todo tipo, presiones de muchos queno quieren cambiar las cosas de esta Argentina, de muchos que quieren que las cosas sean iguales y esa es una tarea permanente de persuasión para que entiendan que hay que hacer un país con todos”.
Más allá de las palabras duras, entre los justicialistas creen que se llegará a buen puerto, y que el Gobierno simplemente está buscando que el paso del tiempo ayude a bajar los decibeles de la disputa. Claro que en el medio lo teléfonos rojos no dejan de sonar, sobre todo por si algún “descolgado” –este es el término utilizado por los negociadores– se le ocurre hacer una presentación ante Servini de Cubría.
En ese caso la jueza no tendrá más remedio que involucrarse en el conflicto y eventualmente intervenir el partido, una alternativa a la que por ahora se opone la mayoría. En ese sentido, llamaron la atención las palabras del gobernador salteño Juan Carlos Romero, quien promovió una “salida judicial” al conflicto luego de un encuentro con Kirchner en la Casa Rosada.
En verdad, explicaron en su entorno, Romero imagina que por acuerdo de todos los gobernadores se desactive la conducción del PJ nombrada en Parque Norte –o lo que queda de ella– y se busque una autorización judicial que allane el camino hacia las internas partidarias que está fogoneando Duhalde.
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