Vie 16.04.2004

EL PAíS  › DETIENEN POR EL CASO BLUMBERG
AL JEFE ANTISECUESTROS DE LA POLICIA FEDERAL

Toda la cúpula quedó bajo la lupa

El fiscal ordenó detener al comisario Juan José Schettino, a quien acusa de encubrir el secuestro de Axel, retener información y falsear datos del hecho. Kirchner pidió los legajos de los 50 jefes de primera línea de la Federal para analizarlos personalmente.

› Por Raúl Kollmann

El hombre que está a cargo de combatir secuestros fue apresado ayer, acusado de encubrir el secuestro de Axel Blumberg, retener información y falsear datos sobre ese mismo hecho. El comisario Juan José Schettino, jefe de la Brigada Antisecuestros de la Policía Federal, fue apresado por el fiscal Jorge Sica, quien lo acusa de ocultarle a lo largo de siete días que Martín “El Oso” Peralta era el jefe de la banda que secuestró a Axel. Según el fiscal, Schettino recibió información el 23 de marzo de que El Oso Peralta era el cabecilla de los secuestradores. Al día siguiente, 24 de marzo, la misma información le fue confirmada por otra fuente. Sin embargo –siempre según Sica–, la Policía Federal recién le informó al fiscal lo que sabía el 31 de marzo, o sea con una semana de atraso. Y, además, incluyó información falsa en el informe. En la Federal se defienden con el argumento de que todo es parte de una interna feroz desatada por el fiscal en contra de esa fuerza: “Sica sabe que está perdido por la muerte de Axel. Que su futuro es negro. Por eso quiere arrastrar a todo el que pueda con acusaciones falsas”. Anoche, sorpresivamente, el presidente Néstor Kirchner le pidió al ministro Gustavo Beliz los legajos de los 50 jefes de primera línea de la Federal. Sus allegados dicen que va a revisar uno por uno.
Schettino está detenido en la Unidad Antiterrorista ubicada en Palermo y el fiscal le imputa tres delitos: encubrimiento, omisión de denuncia y falsedad ideológica de documento público. La versión de la fiscalía es la siguiente:
- El 23 de marzo, un suboficial de la Comisaría 15ª, de apellido Catalano, le informa a Schettino que presenció un diálogo en un lavadero de la zona de Villa de Mayo, al norte de la Capital Federal. Un individuo se vanaglorió de haber secuestrado a un ejecutivo de Arcor y de tener también secuestrado a Axel. Catalano indica que se trataba de Martín “El Oso” Peralta e incluso aporta el número de documento.
- Al día siguiente, el 24 de marzo, el subcomisario Daniel Gravinia, de la Comisaría 23ª, aporta una información idéntica. En una conversación con el reducidor de autos Jorge Sagorsky, éste le cuenta que le ofrecieron el Volkswagen que le habían quitado a un secuestrado de Arcor. Sagorsky también menciona al Oso Peralta.
Sica sostiene que toda esa información le es ocultada y que recién le envían un informe tras una reunión que mantuvieron en el Ministerio de Justicia Gustavo Beliz, el subcomisario Gravinia, el jefe de la Federal, Eduardo Prados, y otros funcionarios de esa cartera. Sobre este episodio hay dos versiones elaboradas en el marco de una feroz pelea entre Beliz y Sica. La primera versión, que emana de la fiscalía, es que Beliz le dijo a Gravinia que debía hacer un informe de inmediato “porque seguramente usted tiene los teléfonos intervenidos y además hay chances de que lo hayan fotografiado”. La segunda versión es que Beliz ordena hacer el informe enterado de que hay importante información sobre el caso Blumberg y una conversación telefónica con un desarmador de autos que fue detenido.
Sea como fuere, Sica la emprende contra Schettino porque considera que hubo una semana de demora en hacerle llegar la información, que hay mentiras en el texto que le enviaron y que no se le dice cómo, cuándo y quién consiguió los datos. Por ejemplo, no fue Catalano el que presenció el diálogo en el lavadero de Villa de Mayo sino un amigo. Y es casi seguro que el Volkswagen pasó por el lavadero el 21 o 22 de marzo y no el 23.
En la Federal sostienen que la detención de Schettino es parte de la interna de Sica y la SIDE contra la Federal. Así explican su comportamiento:
- Schettino recibe los datos de policías que a su vez los consiguieron a través de informantes, buchones. Siempre los datos que tienen ese origen deben ser confirmados, porque la mayoría de las veces son equivocados ofalsos. Por ello, lo apuró a Gravinia para que contactara a Sagorsky y concurrieran de inmediato al aguantadero donde supuestamente se iba a poder encontrar al Oso.
- “Si nosotros le trasladamos a un fiscal toda la información que recibimos de los buchones, el fiscal nos mata, porque la mayor parte de los datos son equivocados. Entonces el fiscal nos dirá que aprendamos a trabajar. Nuestra misión es confirmar lo que nos dijeron los buchones y recién después trasladarle al fiscal lo que averiguamos”, se defienden en la Federal.
- “En el caso Blumberg –siguen esgrimiendo los hombres de azul–, el desarmador de autos Sagorsky le prometió a Gravinia llevarlo al aguantadero del Oso. Pero en ese momento fue detenido por Sica. Eso nos hace sospechar que el fiscal, en su feroz interna en contra nuestra, detuvo a Sagorsky para que no nos pasara el dato a nosotros. Agarró la información y se la pasó a sus fuerzas amigas, la Bonaerense y la SIDE.”
- “En el caso del secuestro de Ana María Nordmann detuvimos a un hombre de apellido Carmona. Declaró ante la fiscal Rita Molina y de ninguna manera dijo que la Federal se había quedado con el rescate. Ahora, de golpe, ante el fiscal Sica, revela que nosotros nos quedamos con el botín. ¿No es llamativo?”, insisten desde la calle Moreno.
- “Aun así, fuimos nosotros, desde la Unidad Antisecuestros, los que les dimos el dato a los cordobeses de que el Oso podía estar en La Falda. Así lo reconoció el jefe de la policía cordobesa. Nosotros no le dimos cobertura ni a Sagorsky ni al Oso, proporcionamos el dato para que lo detuvieran”, completa la información el hombre de la Federal.
Desde la fiscalía contestan argumentando que la Federal ha tenido negocios de automotores con Sagorsky y también con El Oso, por lo cual estaban reticentes a detenerlos. Eso explica la lentitud en proporcionar los datos. “En diciembre, hombres de la Federal viajaron a La Falda a capturar al Oso y volvieron diciendo que no lo encontraron. Los vecinos sostienen que El Oso siempre andaba por ahí”, redondean los funcionarios judiciales. “Es mentira. Fuimos y no lo encontramos. Parece que El Oso iba sólo después de haber dado algún golpe. Además, aportamos ese dato y fue gracias a nosotros que se lo detuvo”, se irritan en la Federal.
En el medio de esta polémica, anoche volvió a irrumpir en la escena el presidente Kirchner. “Quiero todos los legajos de los jefes de la Federal. Si se ha hecho eso en la Bonaerense, también debe hacerse en la Federal, sin privilegios. Voy a revisar uno por uno”, le dijo en la Quinta de Olivos al ministro Beliz. Kirchner tiene buen concepto de Prados, el jefe de la Federal, pero quiere estar bien seguro de lo que está pasando en esa fuerza. Especialmente cuando en pocos días más lanzará el plan nacional de seguridad.

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