EL PAíS
› UN TESTIGO EN LA CAUSA DE MARIA
JULIA DENUNCIO SOBRESUELDOS EN EL MENEMISMO
“Eran 50 mil dólares todos los meses”
Roberto Martínez Medina, ex secretario de Raúl Granillo Ocampo, reveló que iba a cobrar esa cifra cada mes a la Jefatura de Gabinete y que ahí se encontraba con secretarios de otros funcionarios, entre ellos Claudia Bello, Víctor Alderete, Alberto Mazza y la propia María Julia. A la ex funcionaria enjuiciada podrían abrirle otra causa por estas nuevas acusaciones del testigo sorpresa.
› Por Irina Hauser
–Se llevaron una sorpresa, ¿no es cierto? –se relamió Roberto Martínez Medina después de declarar en el juicio oral por enriquecimiento ilícito contra María Julia Alsogaray. Peinado a la gomina, hablaba como si estuviera pipón después de un banquete. Acababa de denunciar ante el Tribunal 4 que entre julio de 1997 y noviembre de 1999 fue todos los meses al edificio de Jefatura de Gabinete a retirar un sobre con 50 mil pesos/dólares para el ex ministro de Justicia Raúl Granillo Ocampo, de quien era secretario privado. Pero no fue todo: también dijo que allí se encontraba con otros secretarios que iban a retirar sobresueldos en nombre de Alberto Mazza, Claudia Bello, Víctor Alderete y la ex secretaria de Recursos Naturales. A ella, por esta historia, le pueden abrir otra causa por malversación de fondos.
“¿Vos también venís a cobrar lo tuyo?”, contó Martínez Medina, de 49 años, que comentaban en broma entre los secretarios que se encontraban “entre el 1º y el 10 de cada mes” en el ascensor o en la antesala del despacho de Rodolfo Aiello, secretario del jefe de Gabinete, que en ese entonces era Jorge Rodríguez. El presidente del tribunal, Horacio Vaccare, miraba con las cejas arqueadas y lo bombardeaba a preguntas. El testigo sorpresa desplegó un estilo vertiginoso y ronco al hablar. “Durante uno, dos o tres meses, Aiello venía al ministerio, fue cuando recién comenzábamos. Después me mandaban a mí a buscar el dinero. Yo aprovechaba para ir cuando Granillo estaba jugando al tenis”, se explayó. “Eran 50 mil pesos/dólares todos los meses”, precisó, aunque acotó que desconocía “el origen de los fondos”.
–¿Y usted cómo sabía el monto? –le preguntó este diario.
–Aiello me decía “acá están tus cincuenta”. Era dinero en efectivo que ponían en una carpeta marrón con elásticos negros. En los bolsillos no entraba eso. Después yo se lo daba a Granillo, él lo separaba adelante mío, llamaba a otra secretaria y la mandaba a pagar sus gastos personales.
–¿En qué lugar exacto usted recogía el sobre?
–Creo que era el noveno piso de la Jefatura de Gabinete, en Diagonal Sur y avenida Belgrano. La oficina era saliendo del ascensor a la izquierda. Me atendían las secretarias, Dorita o Marta, que me hacían pasar con este señor Aiello, él sacaba de una caja fuerte el dinero. La operatoria duraba menos de un minuto.
–¿Quién más iba a cobrar ahí?
–Me cruzaba con otros secretarios. Estaba el de Claudia Bello, que creo que está en Estados Unidos, el de Víctor Alderete, los de María Julia, el hijo de Alberto Mazza que era su secretario privado en el Ministerio de Salud.
–¿Todos retiraban 50 mil pesos?
–Tengo entendido que sí. Pero no quiero involucrar a otra gente, ya les sugerí que colaboren. Hay que decir la verdad. Uno no es un arrepentido. Yo vengo de una formación saleciana, me enseñaron que las órdenes no son para discutir. Si me dicen andá a buscar el dinero, yo voy.
Con el testimonio de Martínez Medina, el juicio por enriquecimiento a María Julia empezó a tomar aspecto de olla a presión. No tanto por las consecuencias en este caso para ella, sino para otros de sus viejos camaradas. “Sabía que todo esto ocurría en el Poder Ejecutivo, pero no sé en otros poderes”, le dijo al tribunal oral, para alivio de sus miembros.
El fiscal del juicio, Oscar Amirante, pidió ayer la citación del ex ministro Rodríguez y que “se individualice” con urgencia a Aiello, que el tribunal pretendía interrogar ayer pero aún no lo encuentra. También pidió testimonio de las secretarias Marta y Dorita. Y un reporte a la Jefatura de Ministros sobre las visitas del testigo a sus instalaciones. El tribunal oral, que junto con Vaccare integran María Cristina Sanmartino y Leopoldo Bruglia, hoy decidirá si concede esas medidas. Para Alsogaray el testimonio del ex secretario de Granillo Ocampo ratifica como práctica usual un argumento que ella utilizó cuando la Justicia le exigió justificar su aumento patrimonial. Tal vez por eso, por un instante ayer miró con una sonrisa cómplice y un parpadeo de sombra de ojos gris perlado al sobrino que la asiste en el juicio. María Julia había admitido que cobró 622 mil pesos de gastos reservados en virtud de la ley secreta 18.302 (ver aparte) y argumentó que en una reunión de ministros Domingo Cavallo instruyó que ese dinero debía constar en las declaraciones juradas. Todo fue cuando Eduardo Bauzá comandaba el Gabinete. La fiscalía que investigó a la ex funcionaria, sin embargo, sostuvo que era un cobro ilegal, porque su Secretaría de Recursos Naturales no estaba contemplada por aquella norma. Bauzá está muy enfermo y posiblemente no declare. Presentó un certificado médico por parkinson. Pase lo que pase en la cuestión por enriquecimiento, a Mary July la revelación de Martínez Medina le puede costar una nueva causa por malversación.
Con corbata de estampado amarillo y un aire Alpacinezco, Martínez Medina les hablaba a los jueces con lenguaje de legajo policial, con términos como “apersonarse” y pidiendo permiso para contar anécdotas con “lenguaje chabacano”. En confianza, dice que no tiene en claro por qué lo citaron en esta audiencia. Aunque supone que es por un comentario que hizo al declarar ante el juez Jorge Urso en la causa por el pago de sobreprecios en la construcción de cárceles, la misma por la que tramita la captura de Carlos Menem. Hay registros, sin embargo, de una declaración espontánea que hizo en la causa de María Julia, en el fuero de instrucción, poco después que fue elevada a la instancia oral. Por eso, un fiscal de juicio que precedió a Amirante sugirió convocarlo a declarar.
El asunto de las cárceles reapareció en un tramo de la declaración de Martínez Medina de ayer. “Yo denuncié y fui privado de mi libertad, me secuestraron. Fue durante el gobierno de De la Rúa. Me apretaron diciéndome ‘olvidate de hablar de las cárceles, los viajes y los fondos’”, relató ante el trío de jueces. Hasta que concluyó: “Mi conciencia está tranquila”.
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