EL PAíS
› LA MATANZA
La madre de todas las batallas
En medio de la interna bonaerense, hoy vuelven a juntarse en la Casa Rosada el presidente Kirchner con Felipe Solá y el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini. ¿Qué se juega en ese municipio más grande que una provincia?
› Por Martín Piqué
Eduardo Duhalde tiene más de un millón doscientas mil razones para depositar su ojo atento sobre La Matanza. No se trata de una suma de dinero. Es, sencillamente, la cantidad de habitantes del distrito (1.255.288 personas) según el último censo del Indec. De ese número se desprende que el padrón de ciudadanos habilitados para votar sea el más grande de la provincia (751.813 hace un año y medio). Néstor Kir- chner también sigue de cerca al municipio. Lo trata con preferencia, muchas obras públicas –como los planes Agua + Trabajo o el anuncio de la pavimentación de la Ruta 3– han logrado que el distrito tenga, en los hechos, un presupuesto casi duplicado. De La Matanza es Alberto Balestrini, intendente y lugarteniente de Kir- chner y Felipe Solá en el esquivo conurbano, base de poder del duhaldismo. La importancia de ese territorio de 327 kilómetros cuadrados que contiene al 3,9 por ciento del padrón nacional se ha profundizado por la pelea interna del PJ bonaerense.
No es casualidad, entonces, que hoy el Presidente realice un acto en la Casa Rosada para anunciar más obras en La Matanza. Tampoco es casualidad que el jueves próximo Chiche Duhalde descienda al municipio para encabezar un acto. Allí lanzará la agrupación Lealtad, la corriente creada por Duhalde para frenar (o “aplastar”, según palabras del diputado Alfredo Atanasof) a Solá. La visita de Chiche podría ser el momento más ríspido, hasta ahora, de la interna bonaerense. Porque se trata de la primera acción de una agenda diseñada con un objetivo claro: organizar la oposición a Balestrini en el justicialismo de la comuna. Este año, como mínimo, Duhalde aspira a competir en las internas locales para recortar el poder del intendente. Si es posible, quiere ganarle la presidencia del PJ. Si no, obligarlo a negociar. Duhalde tiene dos embajadores que están operando en La Matanza. Uno es el concejal Raúl Mathiú, quien ya compitió –sin suerte– con el respaldo de los Duhalde. El otro es un diputado nacional, Aníbal Stella, quien ingresó al Parlamento como suplente por la designación como procuradora de María del Carmen “Pochi” Falbo.
La Matanza no es un territorio tranquilo a la hora de hacer internas. Por su cantidad de habitantes, quien controla el distrito tiene mucha influencia sobre los resultados electorales. Y el poder, allí, se disputa en la interna justicialista. No por casualidad en la última elección local de candidatos del PJ votaron unas 100 mil personas. Una cifra impresionante si se considera que, por ejemplo, en Santa Cruz hay 173.293 habitantes. Esto lo vuelve decisivo. Para Solá, por caso, garantizarse un resultado favorable en el municipio es vital para su pelea con el duhaldismo. Duhalde lo sabe. Y Kirchner también. La atención que le dan al tema quedará a la vista en los movimientos de las próximas semanas. Aunque parezca menor, lo que suceda en La Matanza influirá mucho sobre la pelea bonaerense. Y también, llegado el caso, sobre la elección de los principales candidatos para el 23 de octubre.
La pelea está en sus primeros pasos. Desde el duhaldismo se critica a Balestrini por haber impulsado a la Secretaría de Obras Públicas a Herminio Bayón, un dirigente local del Frepaso que en 1999 ingenió la candidatura a intendente de Lidia Satragno, Pinky. La conductora compitió por la Alianza y perdió con Balestrini. Hoy, un sector del PJ cuestiona al intendente por “discriminar al peronismo” y favorecer a dirigentes como Bayón y el piquetero de la FTV, Luis D’Elía. Inspirados en argumentos de ese tipo, los duhaldistas están buscando aliados. Ya contactaron a allegados al papelero Alberto Pierri, ex hombre fuerte de La Matanza y propietario de Canal 26. Tras ser la mano derecha de Duhalde, Pierri se pasó al menemismo. En el 2003 fue coordinador de campaña del riojano. Ahora se dedica a sus negocios, pero dos de sus hombres, el ex diputado provincial Andrés Bevilacqua y Juan Carlos Piriz, a quien todos conocencomo “el Gordo”, ya se contactaron con los duhaldistas. Cerca de Balestrini dicen que ya empezaron a operar contra ellos.
Los muchachos no son carmelitas descalzas. Ni de un lado ni del otro. Y la pelea promete mucha acción. En el municipio, los hombres del intendente prometen explotar los antecedentes judiciales de algunos de sus contrincantes. Piriz y Stella, por ejemplo, comparten su condición de ex directores del Mercado Central en los tiempos de “batatas” y patotas. En aquellos días, paradójicamente, Balestrini trabajaba en la Cámara de Diputados, apoyaba a Menem y tenía buena relación con Pierri. Pero el peronismo es así. Los amores son fugaces. Basta recordar que Pierri dejó a Duhalde y Duhalde, alguna vez vicepresidente, luego se distanció de Menem.