EL PAíS
› JUSTICIALISTAS A LA OFENSIVA, PROGRESISTAS EN PELIGRO Y RADICALES EN SUSPENSO
Cómo quedará el Congreso tras la elección
En el primer test nacional para la administración Kirchner, el justicialismo pone en juego sus mayorías en las dos cámaras. No parece correr mucho peligro: se prevé que aumentará aún más su caudal.
› Por Eduardo Tagliaferro
En diciembre se irán, no todos por cierto, los diputados y senadores que ingresaron al Congreso Nacional cuando el grito “que se vayan todos” rodeaba el palacio. Para el oficialismo representará el primer test nacional desde que Néstor Kirchner llegó a la Rosada. De acuerdo con los primeros análisis, el partido del Gobierno, el PJ, aparece con muchas posibilidades no sólo de mantener sus holgadas mayorías en ambas cámaras, sino además de acrecentarlas. El crecimiento será probablemente sobre el denominado espacio de centroizquierda que en algunos distritos encontrará a sus más conocidos referentes compitiendo por una banca.
El PJ es el partido que pone la mayor cantidad de las bancas en juego. En la Cámara baja, donde sus 129 diputados le garantizan quórum propio, renovará 60 escaños. Para algunos diputados la reelección dependerá de extrañas alquimias políticas. Tal el caso del cordobés Humberto Roggero, que logró su anterior inclusión en las listas electorales casi a último momento. De compleja relación con el gobernador José Manuel de la Sota y enfrentado al kirchnerismo, su lugar en el futuro Parlamento es una incógnita. Algo similar sucede con algunos nombres que han perdido peso específico, como los casos del bonaerense Saúl Ubaldini o el de la porteña Irma Roy.
Con la renovación parlamentaria, el PJ también pone sobre la mesa dos nombres que se destacaron en la Comisión de Juicio Político, el del tucumano Ricardo Falú y el del porteño Gerardo Conte Grand. Con la acusación del juez de la Corte Suprema, Antonio Boggiano, en el Senado, el futuro de la comisión es un tema abierto. El logro más incuestionado del Gobierno, la remoción de la mayoría automática, tuvo en el trabajo de la comisión su principal aliado.
En la interna justicialista nadie desconoce que la de Buenos Aires será la madre de las batallas, si es que tal batalla ocurre. Nombres como los de Carlos Brown, Jorge Casanova o Rodolfo Frigeri son algunos de los bonaerenses que finalizan su ciclo en Diputados. No son los únicos pero, como sucede con los grandes distritos y con las listas mayoritarias, el resto de los nombres alterna luces y sombras. Tantas sombras que son pocos los que han logrado trascender por alguna iniciativa. Algunas provincias como la de Salta o La Pampa, donde el justicialismo tiene clara mayoría, la renovación de diputaciones como las de Leila Chaya o Manuel Baladrón no parecen complicadas más que por la propia interna.
A la izquierda de su pantalla
El amplio abanico que incluye a los bloques que apuestan a proyectos de izquierda o “progresistas” pondrá en juego 21 bancas en la elección de octubre. Cinco son los diputados del socialismo que terminan su mandato: los porteños Héctor Polino y María Elena Barbagelatta, los bonaerenses Jorge Rivas y Ariel Basteiro y el cordobés Eduardo García. También terminan los mandatos de Patricia Walsh de Izquierda Unida; de Luis Zamora de Autodeterminación y Libertad; de José Roselli, ex zamorista y hoy miembro del bloque Convergencia, de Alicia Castro de Frente para el Cambio; de Francisco “Barba” Gutiérrez, de Lucrecia Monteagudo del Partido Intransigente; de Mario Cafiero del bloque Soberanía Popular y de Margarita Jarque.
El ARI pondrá en juego cinco bancas: las de las porteñas María América González y Laura Musa; las de los bonaerenses Marcela Rodríguez y Fabián De Nuccio y la del santafesino Alberto Piccinini. Institucionalmente se hará evidente algo que en el escenario político es palpable: desaparecerá el Frepaso. Los tres únicos diputados que hoy integran este bloque terminan su mandato. El barilochense Julio Acavallo, el bonaerenseAlejandro Filomeno y la porteña Nilda Garré darán los hurras. La despedida de Garré llegará un poco antes y será para ocupar la embajada argentina en Venezuela.
Los nombres de los legisladores y los distritos que representan muestran que muchas de estas fuerzas no sólo tendrán que competir con el peso del justicialismo sino que también competirán entre sí. Algo de eso se insinuó en la última sesión de extraordinarias, cuando se votó la denominada ley cerrojo. En esa ocasión, las críticas de Walsh apuntaron con igual fuerza contra sus potenciales aliados del socialismo, por su abstención, que contra el oficialismo. A pesar de que el espacio de centroizquierda, conocido como Encuentro Rosario, anunció a través de distintos de sus referentes la conformación de un interbloque parlamentario, la iniciativa todavía no se transforma en algo concreto.
No tan adelante
La Unión Cívica Radical tendrá que demostrar que su caída ya encontró un piso desde el cual rebotar. De los 44 diputados que forman el bloque radical, para unos 27 llegará el término de su mandato. Entre ellos su jefe de bancada, el catamarqueño Horacio Pernasetti, el porteño Aldo Neri, el cordobés Luis Molinari Romero, la santafesina Lilita Puig de Stubrin, la entrerriana Gracia Jaroslavsky y los bonaerenses Margarita Stolbizer y Leopoldo Moreau. Stolbizer anunció en un reportaje con este diario que seguramente será la candidata del radicalismo para ocupar una banca de senadora por la provincia de Buenos Aires. Pero ésa es otra historia y otra cámara. La que habitan los legisladores a los que suele bautizarse con el sobrenombre de padres de la patria.
Apostando al relativismo, ya casi no hay políticos que se identifiquen con la derecha. Pero igual no son muchos los diputados de este espacio que finalizan su mandato. Por el partido de Patti, al que los propios justicialistas le auguran una buena performance en Buenos Aires, terminan mandato Antonio Ubaldo Rattin y Nélida Morales. También concluye el tiempo de la diputada María Rico, la hija de Aldo, el ex carapintada que está al frente del municipio de San Miguel.