El capítulo del PJ bonaerense de ayer tuvo dos escenarios. El presidente Néstor Kirchner se mostró en Casa de Gobierno con el gobernador bonaerense, Felipe Solá, y el intendente de La Matanza, Alberto Balestrini, dos de los más duros adversarios de Eduardo Duhalde en la provincia. Los duhaldistas se expresaron en la reunión de la conducción partidaria, donde amenazaron a los legisladores felipistas con la expulsión si no dan quórum a la sesión de mañana en la Cámara de Diputados, para tratar la ley de la adhesión provincial al Programa nacional de Financiamiento Ordenado (PFO), que ya votaron los senadores. También convocaron a una sesión especial para sancionar al diputado felipista Raúl Pérez, quien acusó a la conducción del bloque justicialista de utilizar el aumento del presupuesto de la Legislatura como “caja negra de la política”.
El duhaldismo no guardó reproche alguno para con el gobernador Solá en la reunión de conducción provincial, que ayer se realizó en la sede porteña del PJ bonaerense. Los más enardecidos fueron el presidente de la junta electoral partidaria e intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto; el también intendente de Avellaneda, Carlos “Cacho” Alvarez de Olivera, y el diputado Alfredo Atanasof. Allí decidieron poner a prueba a Solá y a su tropa con una advertencia clara y concreta: la expulsión del bloque justicialista de los legisladores que responden al gobernador.
El argumento es que si no dan quórum en la sesión de mañana para aprobar la incorporación provincial al PFO, por pedido expreso del gobierno nacional, dejarán de pertenecer al bloque. A lo que los propios felipistas respondieron, en la reunión, que ellos “apoyan” la sanción de la ley pero no quieren que les impongan “como moneda de cambio” la modificación de la ley de internas partidarias abiertas y simultáneas, como sucedió en la frustrada sesión de la semana pasada. Hasta allí hubo acuerdo, aunque los ánimos igual terminaron muy caldeados.
Sobre todo después de que el duhaldismo votara la convocatoria a la Cámara de Diputados para tratar una posible sanción legislativa al diputado Raúl Pérez. El legislador acusó a la conducción de la Cámara y del propio bloque partidario de usar como “caja negra de la política para la interna partidaria” el aumento de 33 millones en el presupuesto legislativo que votaron favorablemente todos los alineados con Osvaldo Mércuri y Duhalde. Pero nadie arriesga que habrá sesión el miércoles. Los hombres de Solá, como ya lo hicieron en el Senado, acompañarán la ley que reclaman Kirchner y Roberto Lavagna, pero insistirán en que también se trate el veto del gobernador al presupuesto. Tema que el duhaldismo se rehúsa a debatir al menos ahora. Quieren arrinconar a un Solá que se mostró dispuesto a ir a fondo en la pelea a la que, según sus propios funcionarios, no va a renunciar.