Cristina Kirchner sumará apoyo internacional a la decisión oficial de llevar adelante un Museo de la Memoria en el predio de la ESMA. La senadora recibirá a una comitiva norteamericana –integrada entre otros por la directora del Consejo de Liderazgo de Amnesty International, Kerry Kennedy– que acercará el know how de experiencias similares desarrolladas en países disímiles. Además del encuentro con la esposa del presidente Néstor Kirchner, el grupo de visitantes participará de las habitual ronda de las Madres de Plaza de Mayo y recorrerá al ex centro de torturas de la Armada.
La comitiva que hoy por la mañana aterrizará en Ezeiza está integrada por Kennedy; la directora del Museo del Holocausto de los Estados Unidos, Sara Bloomfield, y el director ejecutivo de Human Rights First, el abogado Michael Posner. Antes de su incursión por Plaza de Mayo, el trío tendrá una agenda ajustada que incluye un encuentro con el canciller Rafael Bielsa.
Por gestiones del cónsul argentino en Nueva York, Héctor Timerman, en su último viaje a Manha-ttan Cristina Kirchner participó de varias reuniones para recopilar información para instalar el Museo de la Memoria. En esos días de septiembre, la primera dama estuvo con Susana Torre, una arquitecta experta en museos de la memoria. Pero también se encontró con la directora de Parques Nacionales, Marie Rust, que controla el museo de inmigrantes de Ellis Island.
Ahora Timerman logró concertar el viaje a Buenos Aires de los tres representantes norteamericanos vinculados a organismos de derechos humanos, quienes acercarán a Cristina Kirchner algunas otras experiencias internacionales. Lo harán en un encuentro privado, pero también en el seminario “Memoria, Verdad y Justicia”, que se desarrollará el viernes en el Teatro Nacional Cervantes.
La apertura del seminario, que organiza la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, estará a cargo de la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto. Para el cierre, Cristina Kirchner ofrecerá un discurso que ya comenzó a despertar expectativas en el PJ y la oposición. Eso sí, como todos debaten por estas horas si su futuro político estará en la provincia de Buenos Aires, la senadora hizo saber a través de su gente que no utilizará esa platea para hablar de nada ajeno al tema que la convoca.
El aperitivo al seminario estará marcado por la recorrida que la comitiva norteamericana realizará en el predio de la ESMA, sobre la avenida Libertador. Originalmente se especuló con la presencia de Cristina Kirchner en el lugar. Pero fuentes de la Casa Rosada negaron a Página/12 que la senadora tuviera ese programa agendado.
Aunque no hay una fecha exacta de la inauguración del Museo de la Memoria, está previsto que para fines del año próximo el predio quede totalmente desalojado. El gobierno nacional y el de la ciudad anunciaron que este mismo año podrían realizarse visitas al lugar.
De los visitantes, Kerry Kennedy es la que más despierta la atención. Se trata de la hija del asesinado Robert “Bob” Kennedy, a su vez hermano del también asesinado presidente norteamericano John Fitzgerald Kennedy. La mujer es la fundadora de la RK Fundation, miembro de Amnesty Internacional.
Amén del apellido y la herencia de una fuerte historia familiar, Kerry logró sumar un reconocimiento personalizado en el campo social. Es la autora del libro Speak the Truth, que prologó Nelson Mandela, presentó en sociedad Bill Clinton y transformó en obra de teatro Ariel Dorfman.
El libro aborda en textos y fotos la lucha por derechos civiles en el mundo. Kerry es quien podría aportar experiencia a la hora de explicar políticamente la preservación de la memoria en la sociedad.
Bloomfield ostenta un conocimiento innegable ya que el Museo del Holocausto es el más grande del mundo en el rubro. Sabe como pocos las discusiones y resistencia que se generan en las comunidades involucradas a la hora de levantar un museo, como lo será el de la memoria en el predio de la ESMA. Y, sobre todo, sabe cuáles son los caminos para que los más chicos puedan realizan un examen del pasado.
Lejos de interpretarlo como un factor de desgaste, Bloomfield es de las que considera que la extensión en el tiempo de las discusiones técnicas de un museo no hace más que consolidar el proyecto. Y sabe que en Argentina, el tema fue muy discutido.
Por su parte, Posner es un viejo militante de los derechos humanos, quien desde Nueva York trabajó junto a Timerman contra la dictadura militar, en los tristes y célebres años ’70. Sabrá evocar entonces el valor del dolor de una época para construir el futuro.