Vie 04.03.2005

EL PAíS  › EL GOBIERNO NACIONAL BUSCA UNA SOLUCION AL CONFLICTO

El árbitro entró a separar

Un fiscal ordenó a la policía reprimir a los camioneros y hubo veinte heridos y al menos quince detenidos. Reunión de urgencia en Casa Rosada. Hoy habrá un encuentro en el Ministerio de Trabajo.

› Por Laura Vales

El centro de distribución de Coto en Esteban Echeverría, un complejo que abastece la red de supermercados de todo el conurbano, está rodeado por dos barrios humildes. De un lado hay unas veinte manzanas con calles de tierra y zanjas de agua estancada: es el barrio 9 de Abril. Del otro, un asentamiento que la gente del lugar bautizó como Villa Cotito. Esas cuadras angostas, regadas de basura, fueron el escenario donde ayer el conflicto entre el sindicato de Camioneros y la empresa de Alfredo Coto escaló para terminar en una represión policial que dejó 20 heridos. La situación produjo la intervención del presidente Néstor Kirchner y la convocatoria de urgencia a una reunión en la Casa Rosada, donde medio gabinete buscó desandar el camino que habían tomado las cosas para volver a encauzar la disputa en un marco de la negociación.
Anoche, luego del encuentro en el que participaron Alfredo Coto, Hugo Moyano, los ministros de Interior, Aníbal Fernández; el de Trabajo, Carlos Tomada, y el gobernador Felipe Solá, sindicalistas y empresarios quedaron en mantener todo como está hasta esta mañana, cuando habrá una nueva ronda de diálogo en el Ministerio de Trabajo. La provincia dictó, de manera simultánea, la conciliación obligatoria.
En el conflicto, el sindicato de Camioneros que lidera Pablo Moyano reclama el reencuadramiento de unos 600 choferes afiliados a Comercio. La pelea se agravó a mediados de la semana con el despido de 17 trabajadores. En respuesta, unos 300 camioneros bloquearon las entradas del centro de distribución, impidiendo la entrada y salida de mercaderías.
El miércoles se produjo un grave incidente con la seguridad privada de Coto, que disparó balas de goma sobre los manifestantes. Entre acusaciones cruzadas sobre quién había originado la violencia, el bloqueo continuó e incluso se reforzó con la llegada de más camioneros.
Ayer, desde temprano en la mañana, cerca de 500 integrantes del gremio se instalaron en el playón de ingreso del complejo, ubicado en Camino de Cintura y los Andes. A las nueve de la mañana el fiscal de Lomas de Zamora Daniel Gualtieri anticipó que ordenaría el desalojo por la fuerza y se trasladó al lugar. Unos 200 efectivos de infantería y la policía montada se desplegaron en el predio.
El subsecretario de Seguridad, Martín Arias Duval, se presentó en el centro de distribución para que la provincia tuviera intervención en la crisis. Al mismo tiempo, el ministro de Trabajo bonaerense, Roberto Mouilleron, convocó a una reunión de conciliación en Banfield. Voceros cercanos al conflicto aseguraron que también se iniciaron negociaciones entre los camioneros, la empresa y el gobierno nacional.
La intención era conseguir que el sindicato se retirara del interior del predio como una señal de que había voluntad de diálogo. Sin embargo, las cosas se fueron dilatando. A las cuatro de la tarde, mientras dirigentes y funcionarios seguían buscando una salida acordada, el fiscal, todavía en el interior de una de las oficinas de Coto, anunció que se habían terminado los plazos y redactó la orden de desalojo.
El subsecretario de Seguridad bonaerense e incluso los jefes policiales rechazaron la idea, pero Gualtieri amenazó con pedir la detención del funcionario y dijo a la policía que si no actuaban ellos, él se pondría al frente del operativo. “Si ustedes no avanzan van detenidos”, escucharon decir al fiscal varios testigos (ver aparte).
En el playón de entrada, los camioneros se habían puesto a hacer un suculento asado y estaban terminando de comerlo cuando la policía avanzó. La infantería delante, tirando gases lacrimógenos y balas de goma, la caballería detrás haciendo detenciones.
Los manifestantes respondieron con piedras. La represión se metió en las calles de tierra del barrio y avanzó unas quince cuadras. Hugo Pistone, vocero del gremio, informó que hubo al menos 15 detenidos y 25 heridos, dos de gravedad. Entre los leves estuvo Pablo Moyano, que recibió una bala de goma cerca de la oreja.
La represión, sin embargo, no implicó la finalización del conflicto, porque los manifestantes volvieron a reunirse frente al complejo y aunque del lado de afuera, anoche mantenían el bloqueo.
En la Casa Rosada la dimensión tomada por el conflicto y la actuación del fiscal generó un fuerte malestar. “El Presidente le pidió a (el ministro del Interior) Aníbal Fernández que interviniera para bajar la tensión. El deseo del Gobierno es que en los conflictos se evite la violencia. ¿Qué sentido tiene reprimir si amplificás el problema?”, se preguntaba anoche un vocero oficial.
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, anunció que hoy se reunirá con Hugo Moyano, el secretario general de los Empleados de Comercio, Armando Cavalieri, y el empresario Alfredo Coto para analizar la resolución del conflicto. El encuentro fue convocado para las 10 en la sede de la cartera laboral.

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